El trompetista norteamericano se presentará en el Club Chocolate el 01 de octubre Conocido anteriormente…
Chief Adjuah en Chile: una fiesta tribal
El debut del músico norteamericano en suelo nacional estuvo marcado por un aire de festejo y sencillo carisma
Fotos: Jerrol Salas
La primera visita del multi instrumentista Chief Adjuah (anteriormente conocido como Christian Scott) trajo consigo renovadas energías al Club Chocolate, en un espectáculo que recorrió lo mejor de su discografía en conjunto a una banda de músicos de diversas edades. El trompetista no tuvo reparos en mostrar su conformidad con la energía presente en el recinto, además de invitar en todo momento al público a dejarse llevar por la música. Y es que, de una forma muy cercana, no escatimó en recordar anécdotas y en inclusive burlarse de la caricatura habitual existente entre los fanáticos del jazz: el supuesto asistente altanero que en un rincón escucha fumando. Él quería que la gente bailara, y ese fue el resultado de su enérgica presentación.
El inicio de la velada estuvo bajo la tutela del saxofonista Edén Carrasco, quien subió al escenario solamente equipado con su saxo y una caja de sonidos, quien a través de loops y diversos efectos se permitió improvisar frente al expectante público que esperaba el ingreso del trompetista ya 6 veces nominado al Grammy. Edén se dejó llevar, mostrando todo el potencial y sonoridad aun poco explorada de su instrumento de bronce, el cual está aún lejos de dar punto final a sus alcances.
Con 15 minutos de retraso, Chief ingresa al escenario acompañado de 4 músicos de lujo, componiendo su banda en formato quinteto, además de su papel, por guitarra eléctrica, contrabajo, batería y congas con djembé. Las primeras canciones ofrecidas son de su último disco recientemente lanzado titulado «Bark out Thunder, Roar out Lightning«, en donde ejecuta un instrumento de su propio diseño nombrado «Chief Bow», arpa con forma de arco que mezcla la sonoridad contemporánea con características de los instrumentos afrodescendientes de los que el músico hace habitual reconocimiento. La canción ‘Blood Calls Blood’ dió cátedra de distintos elementos rituales perfectamente compenetrados con el jazz y la improvisación, siendo el inicio de los repetitivos y enérgicos cánticos rituales.
Solos de trompeta, de arpa, de guitarra, de bajo, de batería y de djembe fueron rotando entre múltiples historias, mensajes sobre la unidad y el detener la segregación, invitando a que el público se cuidaran unos con otros y que disfrutaran lo ocurrido no solo ahí, sino en el constante día a día. ‘Songs She Never Heard’, una completa dedicación a una pieza de Miles Davis, ‘The Last Chieftain’ y ‘West of the West’ fueron algunas de las piezas elegidas para deleitar al público, y entregar uno de los momentos más intensos y místicos que el jazz ha experimentado en suelo chileno, dejando a Chief alegre con la acogida y prometiendo volver en una próxima ocasión.