Conciertos que hicieron historia: Def Leppard – Live in Mountain View (1988)
La banda se presenta en Chile en Santiago Rock City celebrando 30 años del gran «Hysteria»
Cuando se recuerdan las giras más exitosas de finales de los ’80, el nombre del Hysteria Tour es revisión obligada. La banda de Sheffield había tomado por asalto al mundo del rock con su cuarto LP “Hysteria” y gracias al apoyo de sus festivos videos para MTV, se hicieron un nombre que era sinónimo de algarabía, de alucinante escenografía, luces, colores, sonoridad perfecta, todo en directo.
El año 2012, los Def Leppard celebraron el aniversario nº25 de su famoso tour, con un DVD llamado “Viva Hysteria”, el que presentó un concierto completo de la banda, tocando su afamado álbum de forma íntegra. Ese show no llegó a Sudamérica y las opciones de poder disfrutar de su desempeño en vivo ya estaban quedando olvidadas para los fans del rock ochentero, sin embargo, la edición de Stgo Rock City los trae por primera vez, por lo que más que recordar lo que hicieron para el 25º aniversario, quisimos escudriñar en viejos videos y recordar la fuerza inagotable que emanaban de los shows del Hysteria Tour.
La gira duró 18 meses y una de las paradas más exitosas fue en Mountain View (California), el 17 de agosto de 1988. Sin mayor preámbulo partieron los acordes de “Stagefright”, la que dejó claro desde el primer momento, que la adrenalina iría en alza a través del show; el desempeño de Joe Elliott fue descollante. “Rock! Rock! (Till You Drop)” en la misma línea, muy enérgica, con Elliott desplazándose por el escenario, logrando altísimos tonos, mientras la guitarra de Steve Clark sacaba notas vibrantes en el solo. El público ya vitoreaba feliz. En ese momento, Joe saludó al público y los invitó a seguir contagiándose de histeria, mientras se metían esos guitarreos perfectos de “Women” y su rítmica sensual mezclada con rock, a cargo de Collen y Clark y un bajo muy potente. La interpretación, al compás de las palmas, fue realmente excelente. Un guitarreo fantasmal nos introdujo en “Too Late for Love”. Con el escenario en penumbras, la voz de Joe se dejaba caer lastimera en este tema más lento, pero igual de enérgico. El solo es brutal, para llorarlo, mientras Rick Allen acompañaba con suaves golpes. Los platillos y un buen riff indicaban que era el turno de “Hysteria”, canción que dejó la combinación de las guitarras por las nubes; el tema es más tranquilo dentro de la propuesta festiva del show, pero fue perfecta para que cada integrante mostrara su virtuosismo.
Luego de eso, vino otro gran momento: el solo de Steve Clark. A la distancia de los años, no solo se aprecia con mayor cariño, sino que también con más admiración. Es cierto que Def Leppard, con este disco, quiso acercarse más a las radios y a lograr temas que cayeran en el top 40, pero ninguno pierde la maestría del rock, el que se sostiene en los acordes de Clark. Un gran momento de Mountain View. “Gods of War” sigue el seltlist con toda su fuerza y otro riff extraordinario de Clark. “Die Hard the Hunter” comenzó con el escenario a oscuras y algunos juegos de luces típicos de la época, para dar paso a la energía de la canción; vibrante, rocanrolera, buenas guitarras, poderosas, una batería tremenda y un Elliott que repartía su vigor por el escenario; Clark, de rodillas en el suelo, le sacó lustre a su guitarra. Joe agradece por enésima vez los aplausos del público y presentó a sus compañeros, dejando un solo de flamenco de Phill Collen, el que introduce “Bringin’ on the Heartbreak”.
En el primer minuto, Joe sólo se acompaña de esa guitarra para cantar un tema bien desangrante, transmitiendo la tristeza, la que da paso, luego de una pausa en la que el público no paró de vitorear, a una explosión de balada excepcional, típica ochentera, donde la guitarra sangra y el vocalista sufre susurrando en tono lastimero; pero acá, Joe Elliott, demostrando que es un frontman fantástico, elevó los tonos acompañado por sus fieles y sensacionales guitarristas. “Foolin’” devuelve la energía para enfrentar la parte final con las pilas arriba; sus cambios de ritmo son geniales. “Animal” y su calidad radiable dejaba la mesa servida para un solo de Rick Allen, en compás con un buen juego de luces y unos sonidos atronadores que introducen uno de los momentos top de esa anoche: “Pour Some Sugar on Me”, single que mandaba por esos días, por lo que el público respondió extasiado y hay que decir que sonaron igual al disco. Riff de Phill Collen para seguir con “Rock of Ages” y otro buen cometido de esas dos guitarras que pasaban por su mejor momento y que fueron las reinas de la noche. Una pequeña despedida y entra la fuerza de “Love Bites”, power ballad de que si las hay. Los coros perdieron algo de fuerza pero Elliott lo arregló todo logrando muy bien los tonos altos del coro. Su interpretación fue a flor de piel y la rítmica, genial. Un juego en las pantallas, semejando unas fotos, nos metió de lleno en la fiesta que es “Photograph”, para lograr un buen final de show.
Con la disposición escénica clásica, más la plataforma posterior donde se sitúan la batería y las escaleras laterales, de las que los músicos hacen buen uso durante sus shows, Def Leppard hizo gala del fantástico estado en el que se encontraban, interpretando cada una de las canciones con mucho virtuosismo y un nivel vocal insultante. Fueron más de 100 espectáculos (en etapas separadas) los que configuraron el mítico Hysteria Tour, el que dio cuenta de la particularidad de Def Leppard de convertirlo todo en fiesta, ayudando a acercar el género a las radios y al público en general, gracias a esa mezcla de hard rock melódico con un gran trabajo vocal, combinación que transformaron en marca registrada desde ese mítico tour y que hoy, a 30 años de esa magia, resurge con más fuerza.