Hace tres décadas enero era el mes de Rock in Rio y el de la…
Conciertos que hicieron historia: Leyendas de la Guitarra – Noche Hard Rock (1991)
La ciudad española de Sevilla presentó la Exposición Universal a lo largo de 1992 —que coincidió con el V centenario del descubrimiento de América. Pero seis meses antes, a modo de anticipo, se gestó un contundente festival con inclinación a las seis cuerdas: Leyendas de la Guitarra —Guitar Legends para los anglo parlantes; que tuvo por locación el recientemente construido Auditorio de la Cartuja, de enormes dimensiones que se llenó hasta el último asiento. Casi treinta guitarristas de clase mundial, estelarísimos, se tomaron el escenario durante cinco noches —entre el 15 y 19 de octubre de 1991; las cuales fueron temáticas. La primera le correspondió al blues, la segunda fusión, la tercera experimental, la cuarta folk rock y la quinta hard rock —cada una bordeando los noventa minutos de duración; y que al menos una de las presentaciones fue transmitida en directo, o diferido, a gran cantidad de países; con una vistosa cortina de apertura animada, que rescató la obra surrealista de Joan Miró.
La última, como gran broche, resultó ser la que más se le recuerda —cuya consiguiente portada figuró una Ibanez JEM, de color verde y negro, modelo literalmente patentado por una de las personas que se paró allí bajo los reflectores. Brian May, como siempre cálido y ameno, ofició como el maestro de ceremonias de la velada final; presentando a cada una de las atracciones, sin escasearle correctos diálogos en español.
Destacó por sobre las otras, cargadas al recuerdo y glorias pasadas, por entrar de lleno con un refrescante y punzante rock instrumental —que a punta de esfuerzo se estaba haciendo un lugar en la industria; de hecho correspondiéndole gran mérito al primer invitado: Joe Satriani, por aquel entonces todavía de larga cabellera, quien hizo cambiar las reglas del juego con Surfing With the Alien (1987) —y que, por la dinámica del festival, pudo haberlo tomado de referencia para unos pocos años después dar con la idea millonaria de las giras G3. Para el recuerdo la balada Always With Me, Always With You —antecedida por las teclas del otrora Yes, Rick Wakeman; y la cantada Big Bad Moon —secundado por Brian May.
Si no es él quien se roba las miradas, lo hace su pupilo y secuaz: el dueño de la ya nombrada Ibanez JEM, Steve Vai —recién salido de Whitesnake. La razón salta a la vista: un genio con todas sus letras, que con impronta entró con la ceremoniosa Liberty —apoyado por Satriani y May. Un talento que inició joven, ya habiendo trabajado con Frank Zappa y David Lee Roth; además hace muy poco publicado su segundo y más importante disco solista: Passion and Warfare (1990), cuyo momento culmine fue For the Love of God —tocada allí por primera vez en vivo, descontando la docena de veces en la corta estadía dentro de la Serpiente Blanca. No es de extrañar que sea de ese modo; puesto que esta llegada a España fue su gran iniciación, dejando en el olvido el par de ínfimos conciertos que tuvo con anterioridad cuando enseñó su ópera prima Flex-able (1984).
El último nuevo eslabón fue el portugués Nuno Bettencourt; nombre revelación de las seis cuerdas de la temporada pasada, por supuesto dentro de Extreme. Junto a su compañero, Gary Cherone en voces, asomó con la acústica More Than Words —canción que por cuenta propia ascendió hasta la primera posición del ranking Billboard Hot 100.
El propio maestro de ceremonias tuvo momento para lucirse con un tema de propia factura —Driven by You, parte de su futuro debut solista: Back to the Light (1992). Tanto sobre el entarimado, como en el disco, escudado por Neil Murray en bajo y Cozy Powell en batería —dupla saliente de Black Sabbath, y que también compartió en los ya mencionados Whitesnake. Asimismo rescató el legado de Queen, apenas un mes antes de la muerte de Freddie Mercury, con Tie Your Mother Down y Now I’m Here —esta última con Cherone tras el micrófono, con quien volvería a hacer equipo dentro de un año para el concierto tributo del fallecido cantante.
Imposible no hacer un paralelo hacia el futuro con, avanzada la jornada, la aparición de Paul Rodgers; quien despachó un clásico de su etapa en Free —All Right Now; y que repitió la labor al cierre con Hey Joe. Porque ellos dos, en compañía del baterista Roger Taylor, fueron quienes trajeron de vuelta a Queen entre 2004-09 —que hasta producción de estudio hubo de por medio: The Cosmos Rocks (2008). Junto con haber compartido, con anterioridad, en el proyecto benéfico Rock Aid Armenia (1989).
La estrella guitarrera invitada, el as bajo la manga, correspondió a Joe Walsh —potente figura tras James Gang y Eagles; quien con sólo dos temas, Funk #49 y Rocky Mountain View, hizo orbitar todo a su alrededor —en un momento en que ya estaban todos los astros en escena, haciendo palidecer a cualquier posterior encarnación del ya citado G3.