Conciertos que hicieron historia: Live at Moore en Seattle, el último concierto de Mad Season (1995)
En esta época de tanta reunión de astros y super agrupaciones tratando de consolidar fuerzas como para lograr grandes cosas, quizá debemos el tenaz intento a estas bandas de culto que nacieron en el apogeo del grunge y que inmortalizaron para siempre el género de súper bandas, pues cada banda grunge quizá terminó ramificándose en otra, algo que se vio totalmente desatado con Temple of the Dog y ese discazo de culto de 1991, donde casi todos los miembros de Pearl Jam y Chris Cornell de Soundgarden se reunieron para penetrar en nuestras almas con un disco al borde de lo mágico, muy cautivante, melódico, con raíces hardrockeras y que hizo y sigue haciendo historia.
Pero lo que pasó durante 1994 fue otra cosa, aunque en el hecho mismo fue muy similar (dado a que algunos personajes involucrados repetían acto), pero el caso de Mad Season surgió directamente de la miseria, y parece que ese fue su leit motiv en cuanto al espíritu que entregaba, tomando ese aura derrotista de Alice in Chains, pero conjugándolo en estilos bastante disímiles aportados por cada integrante. El germen de esta banda sucedió de hecho en una clínica de rehabilitación entre Mike McCready (muy metido con el alcohol y las drogas por esos años) cuando conoció a John Baker Saunders, bajista de esta inolvidable agrupación y que también anduvo por esos lados oscuros de la fuerza en ese tiempo.
Poco después las cosas se fueron dando: se unieron a Barrett Martin de Screaming Trees y se formaron como un trío para componer dos primarias oscuras piezas como «Wake Up» y «River of Deceit», sus primeras dos joyas, pero esta miserabilidad musical necesitaba un gran intérprete: y ahí es donde surgió la figura de Layne Staley, quien no pudo haber sido mejor escogido para «el cargo».
Luego de ello las canciones empezaron a fluir y vino «Above» el mítico disco de estudio que aun atesoramos mucho y algunas presentaciones en vivo (no fueron muchas), pero la que destaca sin lugar a dudas fue la significativa noche de abril de 1995 en el Moore Theatre de Seattle, este pequeño recinto que alberga a un poco más de mil personas, pero que dejó un registro que cobró mayor significado porque fue la última presentación de Mad Season tal y como lo conocimos y en un período en que ya Layne Staley sucumbía a las drogas de forma casi grosera, impidiéndose a sí mismo seguir siendo parte de este proyecto.
Ahí estuvo sí en este video (muchos lo tienen de culto en sus casas como un VHS «home» como se le llamaba en los noventa), con Layne y su chasca rubia, gafas oscuras y su chivo interpretando esta cantidad de temas impresionantes, de mucho sentimiento y profundidad, que fue en definitiva lo que caracterizó a esta banda, mucha alma y que en voz del frontman de Alice in Chains se aprovechó al máximo. La fuerza de Barrett Martin en batería fue acto notable de la noche desde el arranque con la inmensa ‘Lifeless Dead’ y Mike McCready con su corte pseudonerd dándole a la guitarra de doble mástil cual Jimmy Page de Led Zeppelin. La marca de esas tremendas líneas de bajo de John Baker Saunders y el aporte en percusiones y saxofón de Eric (Skerik «Nalgas sin carne») Walton fueron primordiales para lograr un gran sonido y ese ambiente épico en ese teatro, algo por lo que cualquiera de nosotros hubiese dado hasta un órgano por haber estado.
Momentos para atesorar hubieron de sobra: cuando llega esa sonrisa cómplice adorable de Staley presentando a su gran amigo Mark Lanegan en ‘Long Gone Day’, quien por cierto hizo una soberbia interpretación con su voluminosa chasca y con cigarrillo en mano acompañados con el contrabajo, el xilófono y todo este halo de misticismo de este gran tema. La rockera ‘I Don’t Know Anything’ marcando a fuego con Staley ahí muy concentrado y un público enardecido que navegaba entre el mar de gente como turnándose para también ser partes de este legendario concierto.
También trajo sorpresas, pues no sólo de «Above» vivió este concierto y el cover de John Lennon «I Don’t Wanna Be a Soldier» cantado por Staley también trajo un carácter de homenaje a una banda que la verdad tiene mucho que ver con el rock clásico en su música, mucha influencia Hendrix, Zeppeliana y tintes sicodélicos que también identificaron su sonido, inherente a que el «Grunge» era lo que presumía ser la premisa de todos los cracks involucrados.
Fue la banda perfecta en el momento perfecto. Sólo vivir a Staley y Lanegan cantando juntos ya suena muy surreal para nosotros después de tantos años. ‘Wake Up’ y esa oscuridad envolvente y momento clímax fue un acto devastador, otro de tantos en un show que bordeó lo perfecto y que hace que haya quedado tan plasmado en nuestras memorias (y sin duda en las de los que estuvieron).
Posteriormente a esto empezaron a llover las tragedias: la muerte de John Baker Saunders por sobredosis de heroína en 1999 y la mucha más conocida y llorada muerte de Layne Staley en casi las mismas condiciones tres años después. Una banda que pareciera que sentenciaba en sus letras mucho de lo que iba a pasar: una corta, pero intensa existencia, pero que dejaría demasiado.
Les dejamos el show completo y un interesante mini documental realizado hace muy poco, para la reedición de 2013, por dos de los miembros clave: Mike McCready y Barrett Martin donde recuerdan con muy buen humor y nostalgia este momento inolvidable del rock.