Conciertos que hicieron historia: Sting en Viña (2011)

Conciertos que hicieron historia: Sting en Viña (2011)

En el Festival de Viña, la repetición de consagrados nombres hispanohablantes no es una novedad con el pasar del tiempo. Con los anglosajones es algo que no ocurría, al menos hasta que la transmisión del certamen fue adjudicada por el canal Chilevisión (2011); trayendo de vuelta a Sting luego de casi treinta años. El inglés es una leyenda por derecho propio en el suelo de la Quinta Vergara: capitaneando a The Police, en el lejano 1982, fue la primera banda de habla inglesa que aterrizó en el país; época en que Sudamérica era casi inexistente, y en el plano local se cargaba además con la dictadura de Augusto Pinochet (1973-90) —por aquella época, precisamente, siendo la cita en la ciudad jardín la única ventana internacional a la que se tenía acceso.

Y aquel retorno, fechado para el 25 de febrero, contó con una excusa perfecta: la presentación de su reciente Symphonicities (2010); en donde, acompañado de la Royal Philharmonic Orchestra de Londres, re-grabó grandes éxitos solistas como de The Police —experiencia que repitió en directo con la placa Live in Berlin (2010). En tanto, para el segmento regional, sólo fue antecedido por una fecha en Lima; para concluir, dos días después, en Viña del Mar —ocasión que engalanó la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, dirigida por el estadounidense Steven Mercurio.

Presentación similar al registro alemán, pero un tanto más acotada debido a estar inserta dentro de un festival, que abrió la melancólica If I Ever Lose My Faith in You. Tras la primera incursión del extinto power trio, Every Little Thing She Does Is Magic, le correspondió la presentación “en el clarinete al señor Andrés Pérez” para la introspectiva English Man in New York. Pese a la presencia de Roxanne, Next to You, King of Pain y Every Breath You Take; la balanza se inclinó a la propia factura: la pomposidad de This Cowboy Song, las delicadas When We Dance y Fields of Gold, o la solemnidad de Russians.

La exclusividad le correspondió a They Dance Alone, nexo directo con el país que también tuvo una versión completamente en español —Ellas danzan solas. Una canción que sufrió de censura, por parte del régimen, al momento de ser editada (1987); la razón saltando a la vista: fue inspirada por las arpilleristas chilenas, quienes a modo de protesta bailaban con las fotografías de familiares desaparecidos por la dictadura —de allí la bajada de título entre paréntesis: Cuecas solas; que sin dudar nombra al aludido en sus versos finales: “Oiga, Sr. Pinochet, su siembra huele mal; y ese dinero que recibe pronto se terminará, no podrá comprar más armas ni a sus verdugos pagar, imagine a su madre danzando siempre en soledad”. Pese a las variadas visitas de Sting, siempre había quedado al margen; exceptuando al memorable benéfico Un abrazo a la esperanza (1990), organizado por Amnistía Internacional en el mismísimo Estadio Nacional de Santiago. En esta nueva oportunidad, de vuelta al Festival de Viña, resulta irónico que dentro de las primeras filas se encontrase la alcaldesa Virginia Reginato; declarada pinochetista.

El primero de los bises pasando más desapercibido; con la arábica Desert Rose, She’s Too Good for Me y Fragile. Pero el segundo robándose la película, él solo y guitarra acústica al hombro; las incandescentes luces bajándose hasta casi apagarse para una minimalista Message in a Bottle, con activa participación del público. Una actuación de clase mundial, que bordeó los noventa minutos de duración muy bien recordados; pero que a ratos empañó el amateurismo de los conductores, Rafael Araneda y Eva Gómez —sumada la chabacana tradición, de por aquel entonces, de atosigar al artista de turno con todos los galardones de rigor. Punto aparte fue que, justo después siguiendo la parrilla programática, ocurrió un momento neo clásico de la televisión chilena que llegó al paroxismo: la fallida rutina del humorista Ricardo Meruane, con apenas veinte minutos en pantalla; antes de ser sacado por el descontento del afamado Monstruo —recién calmándose los ánimos con la aparición de Los Jaivas.

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