Conciertos que hicieron historia: The Beatles en la azotea del edificio Apple Corps (1969)
Muy bien sabemos que The Beatles fueron pioneros en muchas cosas. Paul McCartney más de alguna vez se ha jactado de cosas como «de alguna manera nosotros inventamos MTV», debido al hecho de lanzar por primera vez clips de sus canciones como lo fue «Rain» en 1966, algo poco visto hasta esa fecha, o el hecho de incluir las letras en el cuadernillo de sus discos como fue el caso de «Sgt. Pepper» (1967) y eso, sin contar las experimentaciones musicales en el estudio con George Martin, lo que a la postre les haya significado que sean tan grandes y legendarios como lo que han sido considerados.
Pero además, y en una de las más grandes osadías e ideas del conjunto británico, el 30 de enero de 1969 se les ocurrió realizar un mítico y gran concierto en la azotea de los edificios de Apple Corps en Saville Row, Londres, en un momento que ya no estaban realizando shows en vivo y en soporte de sus «nuevas» canciones, que en gran parte tuvieron cabida en el clásico y polémico «Let It Be», donde las relaciones internas estaban muy tensas y en el ocaso de la banda tal y como la conocemos (su separación oficial llegaría un año después), algo que quedó documentado en el film «Let It Be», donde aparecen estas mismas presentaciones, de hecho.
Lo mejor de todo fue la sorpresa, ya que el concierto no fue anunciado, los Beatles habían planeado tocar en vivo durante sus sesiones de regreso en el estudio a principios de enero, y no encontraron mejor forma que hacerlo de esta manera. George Harrison trajo al tecladista Billy Preston como músico adicional, quien por cierto se transformó en el primer músico «invitado» en tocar en vivo con ellos, todo un honor y que resultó ser excelente plus para el concierto en las alturas.
«Había un plan para tocar en vivo en algún lugar, nos preguntamos dónde podríamos ir, el Palladium o el Sahara, pero hubiéramos tenido que tomar todas las cosas y llevarlas, así que decidimos, ‘Vamos a tocar en el techo» contó Ringo Starr.
Hablamos de Inglaterra de los sesenta, aún con los rasgos conservadores de la época victoriana incrustada en su sociedad. Cuando los Beatles comenzaron a tocar, había una cierta confusión de los espectadores que miraban desde abajo, en la mayoría oficinistas en su hora de colación y transeúntes que pasaban por el lugar. A medida que la noticia del evento se extendía, multitudes de espectadores comenzaron a congregarse en las calles y en los tejados de los edificios locales, trepándose lisa y llanamente. Aunque la mayoría respondió positivamente al concierto, ya pasada la media hora y mediante avisos previos la Policía Metropolitana británica se preocupó por el ruido y los problemas de tráfico e hicieron su aparición de forma más intempestiva. Hasta ese momento ya se habían captado legendarias performances de temas como ‘Don’t Let Me Down’, ‘I’ve Got a Feeling’, ‘One After 909’ o ‘Dig a Pony’.
Cuando la policía subió al techo, los Beatles se dieron cuenta de que el concierto eventualmente se acabaría, pero continuaron tocando durante varios minutos más. Paul McCartney improvisó las letras de su canción «Get Back» para reflejar la situación: «Has estado tocando en los techos de nuevo, y sabes que a tu mamá no le gusta, ella te va a arrestar!» cantaba. El concierto llegó a su fin con aquel clásico, y con John Lennon diciendo: «Me gustaría dar las gracias en nombre del grupo y nosotros mismos y espero que hayamos pasado la audición».
Con un gran equipo detrás, como Alan Parsons como ingeniero de sonido (sí, el mismo de Pink Floyd años mas tarde) y filmado para la posteridad, el concierto ya cumple más de 50 años, y se han hecho impecables restauraciones tanto fotográficas como visuales para preservarlo.