Conciertos que hicieron historia: The Doors en Isle of Wight Festival (1970)
The Doors fue un nombre mayúsculo que dejó pasar la cita de Woodstock, en agosto de 1969, menospreciando la dimensión que a fin de cuentas alcanzó. En palabras del tecladista Ray Manzarek: “Pensamos que sería una repetición, de segunda clase, del Monterey Pop Festival”. El guitarrista, Robby Krieger añade: “Pensamos que en un lugar, a 300 kilómetros de Nueva York, no iría nadie a tocar”. Craso error; que el baterista John Densmore no se perdió, en calidad de público. Pero obtuvieron una segunda oportunidad: tomaron un avión con destino a Inglaterra, para participar en el tercer Isle of Wight Festival —algo así como un primo poco menos conocido de Woodstock, efectuado en una granja perdida dentro de una isla británica; con un mar de asistentes que se amanecieron con los ojos fijos en el escenario.
Fue la última versión que hubo hasta 2002, manteniéndose hasta la fecha de manera anual. Pero para ese lejano 1970, destacó por el aplanador cartel que se extendió por cinco noches: The Doors, Chicago, Jethro Tull, Free, The Moody Blues, Miles Davis, Leonard Cohen, unos primigenios Supertramp y Emerson, Lake & Palmer; otros que habían desembarcado en Woodstock, como Joan Baez, Ten Years After e incluso Jimi Hendrix. De ello salió una compilación en video, Message to Love (1997), en que se escogieron un par de canciones de los números principales.
En el caso de los californianos, asomaron a eso de las 2:00 de la mañana del 30 de agosto —Morrison Hotel como carta bajo la manga, previo al cierre de ciclo con L.A. Woman (1971). Poco antes que The Who, otro graduado de Woodstock, asolara con una de las presentaciones claves de su carrera; en que se robaron la película desmenuzando casi en su totalidad el indispensable, y conceptual, Tommy (1969) —y que para 1998 el video completo llegó a estanterías. Lo de The Doors, en contraparte, fue puro minimalismo bajo reflectores rojos; pero no menos importante.
Con un set de poco más de sesenta minutos, se armaron de sólo siete canciones. Back Door Man y Break On Through para comenzar, con Jim Morrison cuasi en trance rígido; robusto y con abundante barba, pero todavía demostrando sus quilates. When the Music’s Over dejando que la maquinaria entre en calor; Ship of Foals y Roadhouse Blues presentado como el flamante nuevo material. El cierre, que se adjudicó casi la mitad de la presentación, de la mano de Light My Fire y The End.
Concierto que si se toma por sí solo no dice mucho, pero que involucró mucho más. Por el hecho de que tras este, sólo quedaron otros dos en Dallas y uno en Nueva Orleans; antes del exilio del Rey Lagarto a Francia, y su posterior muerte en julio de 1971. Alejado de las salvajes presentaciones de antaño, estuvieron en piloto automático —“Con una furia controlada”, como diría el encargado de las teclas; entregando un último concierto a gran escala para la posteridad. Y que cercano al medio siglo, hizo gala de su presencia en formato CD/DVD —como en CD/Blu-ray, bajo el título de Live at the Isle of Wight Festival 1970 (2018); enseñando en detalle de alta definición, sólo pasando por alto Roadhouse Blues —que quedó a cargo de la apertura. Uno de los legados finales, cuando no se intuía que las puertas estaban por cerrarse.