Si estabas en 1969, ibas a organizar un gran festival de rock con legendarias figuras…
Conciertos que hicieron historia: The Who en Isle of Wight Festival (1970)
El año anterior cruzaron el océano para ser uno de los números estelares de Woodstock —presentación que hasta la fecha se mantiene como inédita. The Who estaba ascendiendo como la espuma, con periódicas y cada vez más pulidas producciones; siendo Tommy (1969), el cuarto larga duración del catálogo, el que se transformó en el primero de sus indispensables —seguidilla que completó Who’s Next (1971) y Quadrophenia (1973). Una ópera rock conceptual que pusieron a prueba, casi en su totalidad, durante el festival llevado a cabo en el estado de Nueva York; pero que allí no estalló como es debido —el protagonismo siendo acaparado por Jimi Hendrix.
Tuvieron una segunda oportunidad a gran escala; en el símil inglés, y menos conocido, de Woodstock: Isle of Wight Festival —la tercera edición del mismo, la última efectuada hasta que se retomó la costumbre anual desde 2002. Un aplanador cartel que se extendió por cinco noches, dentro de una granja perdida en una isla británica, y que concentró grandes nombres de la época: Chicago, Jethro Tull, Free, The Moody Blues, Miles Davis, Leonard Cohen, unos primigenios Supertramp y Emerson, Lake & Palmer; otros que habían desembarcado en Woodstock, como Joan Baez, Ten Years After e incluso el ya citado Jimi Hendrix.
Antecedidos por The Doors —en la que terminó siendo una de las últimas cuatro presentaciones previas a la muerte de Jim Morrison; The Who salió a escena la madrugada del 30 de agosto, frente a la mirada de 600.000 asistentes. Jugaban de locales, en un entarimado que ya conocían; habiendo presentado allí el mismo espectáculo un año antes —un Isle of Wight Festival mucho más mesurado, alejado de la grandilocuencia del siguiente. Ya de lleno en el peak de su carrera, para ese punto la energía del cuarteto era un tren descarrilado: Roger Daltrey en voces, Pete Townshend en guitarra, Keith Moon en batería y John Entwistle en bajo —este último usando su icónica indumentaria, el traje de esqueleto, que rescató el episodio donde aparecen en Los Simpsons (2000). Una banda que siempre destacó por el alcance de cada uno de sus integrantes, verdaderos monstruos dentro de su campo; cuatro alfas conviviendo juntos.
Bordeando los noventa minutos de duración, debajo de reflectores anaranjados, se modificó el orden de las canciones en la futura publicación del video —puesto en estanterías para 1998. Ello porque los primigenios éxitos originalmente iban al comienzo y final —I Can’t Explain, My Generation, Magic Bus, etcétera, sumados a algunos covers de rigor; para dejarle el cuerpo central al ya mencionado Tommy. En cambio, la producción audiovisual prefirió potenciar a este último; colocándolo por cuenta propia como bajada de telón. Un desenfreno al que se le da rienda suelta con Overture y desde allí todo apunta hacia arriba: It’s a Boy, el doble mazazo cortesía de The Acid Queen y Pinball Wizard, o el cierre bifurcado de We’re Not Gonna Take It —See Me Feel Me y Listening to You; con que se terminaron de robar la película.
Un imbatible dentro del catálogo de The Who, quien fue la estrella que mejor brilló en aquella cita —a la que regresaron en 2004 y 2016, ya cojos para esa altura habiendo fallecido el baterista y bajista. Y que en su 50° aniversario, sigue sonando tan fresco —y viéndose tan nítido; como aquella noche. Lo que le aconteció a tal despliegue fue una institución que dominó el resto de los 70’s.