Crumb en Chile: Un sueño lúcido
El cuarteto de psicodelia-pop neoyorquino volvió después de dos años a Chile, aquella vez como parte del cartel del Fauna Primavera, y lo hizo a lo grande, en un semi lleno Blondie, presentando su más reciente disco “AMAMA”. Crumb retrató con un microscopio nuestros recuerdos borrosos y efímeros de juventud y los musicalizó con ligereza jazzística, con una simple pero rojiza puesta en escena.
Luego de una exquisita presentación de los chilenos The Holydrug Couple y un par de minutos de retraso, Crumb se presentó con todas las raíces de la escena neoyorquina —Ramani es una ex alumna del conjunto de Brooklyn Standing on the Corner—, pero su inventivo jazz pop psicodélico invoca a un conjunto más amplio de pares, incluidos BADBADNOTGOOD y Hiatus Kaiyote. Abrieron con “AMAMA”, seguida de “Cracking” y “(Alone In) Brussels”. Fue una presentación hipnótica de principio a fin. La poesía de Ramani está apuntada por una sección rítmica sinuosa que se arrastró como un insecto rojo por la Blondie, proporcionando una banda sonora cinematográfica para el guión que dictaba desde el escenario. Su voz flotante y cautivadora, como un sonido arquitectónico —una cualidad que combina perfectamente con los paisajes sonoros que crea con sus compañeros de banda Bri Aronow (teclados y saxofón), Jesse Brotter (bajo) y Jonathan Gilad (batería), llenaba la atmósfera húmeda del lugar, dejando a los asistentes satisfechos por la cuidadosa variedad de sentimientos encontrados.
Siguieron temas como “BNR”, “Ghostride” y el ya clásico “Side By Side” con un juego de pausas llegando al final de cada tema que confundía un poco a la gente, pero que generaba el doble de aplausos. Una peculiaridad serpenteante que late cuando Crumb y Ramani se sientan sobre la silla del director. Hay que saber que Crumb fue concebido a mediados de la década de 2010 como un medio para realizar plenamente las canciones que Ramani había escrito años antes, pero ahora, luego de casi quince años, funcionan como una comitiva sólida de instrumentación. En varios momentos como en “XXX” o “Part III”, las palabras se detenían y emergía la guitarra y la psicodelia casi como si continuaran el mismo lenguaje. Luego de un bis, donde tocaron su popular tema “Locked”, terminaron su concierto que fue algo corto pero que se sintió bien intenso.
Crumb en Chile logró sentirse singular, una declaración independiente de su identidad en constante evolución. Sin duda alguna son actualmente una de las mejores bandas experimentalistas, con un sonido potente que entrelazan elementos dispares. Crumb es un sueño lúcido, recuerdos de infancia, fragmentos por fragmentos que se te vienen a la cabeza y te acarician el corazón.