«Cryptic Writings»: el inesperado salto de Megadeth

«Cryptic Writings»: el inesperado salto de Megadeth

Capitol Records, 1997

Para 1997 Megadeth debía preparar un disco que compitiera con dos elementos; la reputación que Dave Mustaine logró con Countdown to Extinction y Youthanasia; dos discos que cambiaron la cara del Megadeth thrashero y técnico de antaño por uno más condensado y pretensioso. Y por si fuera poco, Metallica abría el mercado del mundo metal con Load en 1996, por lo tanto Mustaine no podría defraudar.

Para ello el jefe aprovecharía de grabar con los mismos integrantes que inmortalizaron el sonido de Megadeth desde Rust in Peace lo que a fin de cuentas se traduciría en un gran disco de Megadeth para una época en que la banda debía sobrevivir al fenómeno grunge, a la propuesta heavy de Pantera y a la salida del incipiente nu metal que fulminaría con una era de las guitarras del viejo heavy metal. «Trust» fue su primer single, destacando el intro que ejecutan Menza y Ellefson para dar rienda a uno de los más emblemáticos himnos del Megadeth del siglo XXI. «Almost Honest» comienza enérgica, el bajo de Dave Ellefson es protagonista nuevamente, todos están acoplados al nuevo plan melódico del jefe y Megadeth va ganando en su apuesta recordable. En «Use the Man» Mustaine se atreve a encajar su obra en el plano acústico. Si a Metallica le resultó por qué no a él.

«Mastermind» tiene a la dupla Menza-Ellefson destacando nuevamente en un medio tiempo certero y adictivo. Para los que pensaban que el Megadeth de So far, So good… So what! y su poder speed y agresivo se habían extinguido «The Disintegrators» no deja dudas que el Megadeth de antaño aún tiene cartuchos llenos de letal metal en que disparan a matar. «I’ll Get Even», «Sin» y «Have Cool, Will Travel» tienen el común denominador del Megadeth más despreocupado de su imagen como banda de metal, todas muestran a Mustaine y sus compañeros en un plan de rock de radios que, podría ejecutar Aerosmith u otra banda de gran convocatoria.

«A Secret Place» mejora la propuesta de «Use the Man» y acá se siente que la idea de tocar baladas llegó a mejor puerto, canción melancólica con Marty Friedman destacando como protagonista. En «She-Wolf» Mustaine se anotó con otra de las canciones favoritas de su fanaticada, en cada presentación es coreada al unísono del solo que ejecuta Dave y es donde aún se siente la presencia de las guitarras de la NWOBHM, un acierto.

«Vortex» y el final con FFF catapultan a Megadeth a su zona de confort, las cuerdas están desenvueltas en lo suyo y se nota a la banda inspirada en su faceta hard rock. En «FFF» es inevitable mencionar la similitud melódica del riff con «Motorbreath» de Metallica, sin embargo cierra con mucha energía la entrega de Megadeth antes del cambio de milenio que, trajo consigo la disolución del cuarteto que grabó Rust in Peace, Countdown to Extinction, Youthanasia y Cryptic Writings. Abriendo una era llena de cambios e incertidumbres para el eterno Dave Mustaine.

Nelson Silva

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