Dead Can Dance en Chile: El ritual de lo inhabitual

Dead Can Dance en Chile: El ritual de lo inhabitual

Dead Can Dance en Chile

Martes 4 de diciembre, Espacio Riesco, Santiago.

Precedidos de una muy íntima y alucinante presentación en el Casino Monticelo del día lunes, Dead Can Dance daba vida a su show en Espacio Riesco, en lo que fue la segunda jornada de esta pasada que marcó el debut de los australianos en Chile, una banda bastante esperada y que reclutó bastantes seguidores por años tanto por el mundo entero como en nuestras tierras y que finalmente lograron calmar ansias con este par de más que significativos shows .

A las 20.30 hace su aparición David Kuckherman, el mismo percusionista de Dead Can Dance, quien ya precedía un poco de toda la mística que más tarde presenciaríamos, con una virtuosa performance instrumental y basada en  percusiones, que de alguna forma lo han logrado hacerse de un nombre destacado y ser un favorito de Brendan Perry para ser parte de su banda. Sólo bastaron  30 minutos para que realizara su set, el cual culminó con un cálido aplauso de todo el público que ya copaba todos los asientos prácticamente de ese expectante Espacio Riesco.

Llega el break de media hora, tiempo que de alguna forma sirvió para que todos pudieran ir acomodándose mejor y comunicarse con sus pares que llegaban al filo de la hora al show. El esperado momento llega a las 21.30 con la aparición de Brendan Perry, la banda completa compuesta por los tecladistas Astrid Williamson y Jules Maxwel, Richard Yale en el bajo y teclados, Dan Greeson en la batería y el percusionista David Kuckherman que regresa al escenario para ser- esta vez- parte primordial de la banda, todos ellos músicos que durante toda la jornada entraban y salían de acuerdo a los requerimientos de cada canción. La aparición de Lisa Gerrard fue aclamada por un público totalmente enfervorecido, sin duda ella es un pilar fundamental de la banda y durante todo el concierto se lo hicimos saber.

‘Children of the Sun’ fue la elegida para abrir el flamante show, la canción que abre el disco que consiguió que al fin llegaran a Chile por lo demás, las primeras incursiones vocales de Brendan Perry, quien se mantuvo fiel a lo que todos le conocemos y tuvo muy pocos puntos bajos en su vocalización en toda la noche. La iluminación del telón de fondo jugaba artísticamente y se iba moviendo de a poco canción tras canción, como así también una especie de viento lo movía al son del misticismo de las gemas musicales que nos ofrecían. Al final del tema entra la voz de Lisa y la ovación no se dejó esperar.

Para el segundo tema ‘Anabasis’ la audiencia acompaña con las palmas, el sonido étnico y con ese  misterio algo arábico ya empieza a envolver y estremecer a los que estábamos presenciando sin duda este especial show, acto seguido, el fondo se torna violeta para recibir a ‘Rakim’, remontándonos así a su disco de 1994 «Toward The Within», esta vez con Lisa apoyando en los teclados y Brendan con los panderos deleitando al público.

El impresionante show sigue su marcha con un denso fondo rojo y ‘Kiko’, esta vez con las cuerdas de la mandolina sonando y el saludo de Brendan Perry muy cordial: «es un placer estar en Chile», luego ‘Agape’ y ‘Amnesia’, (ésta última muy aplaudida), daban cuenta de que el concierto ofrecido sí iba claramente en pos de presentar lo mejor del puñado de canciones de su última producción «Anastasis». Los sonidos envolventes y un poco el regreso al dark wave que ofrece la banda se sintieron casi como de golpe con las brillantes ejecuciones de los concentrados músicos. La voz de Lisa Gerrard simplemente calaba nuestros huesos, impactante y magistral, la música nos sometía cada vez más a este especie de trance en vivo.

El factor tribal de ‘Nierika’ con tres percusionistas ensimismados continuaba la experiencia, todo en un tono muy salvaje y selvático, pero transportador al mismo tiempo. ‘Opium’ seguiría, los sintetizadores emulaban sonidos de instrumentos de viento. De alguna manera lo único que se podría extrañar de la performance en vivo de Dead Can Dance es la incursión de reales instrumentos de viento y no programados, aún así el sonido estuvo a la altura en cuanto a la sincronización multiinstrumental cuando había que hacerlo.

Llega uno de los momentos más esperados de la noche con ‘The Host of Seraphim’, donde Lisa no escatima en desplegar todo su poder vocal, en una canción clásica del repertorio de los australianos, una canción que tiene esa cosa mística y penetrante al mismo tiempo, había ratos en que simplemente Lisa llegaba a intimidar con su potente voz y éste no cabe duda que fue uno de esos casos, claramente una de las más aclamadas del show.

De alguna forma la cosa continuaría en esta senda con canciones comoIme Prezakias’, ‘Now We Are Free’ y  ‘All in Good Time’, en lo que podríamos denominar el «bloque espiritual’. La banda se despide por primera vez a eso de las 22.54, para volver después de los gritos y algarabía totalmente disonantes en Espacio Riesco.  Lisa se queda en backstage y Brendan nos ofrece ‘The Ubiquitous Mr. Lovegrove’ de su gran disco de 1993 «Into the Labyrinth». Luego ella hace su trunfal regreso para interpretar ‘Dreams Made Flesh’ original de This Mortal Coil. Llega el momento de la segunda despedida con Lisa recogiendo algunos ramos de flores de parte del público en señal de ofrenda, cual una diosa que era lo que representaba casi. Todos sabíamos que la cosa no podía terminar ahí, regresan a escena con otro cover, esta vez de  Tim Buckley (padre de Jeff), se trataba de ‘Song to the Siren’, luego con la notable  ‘Return of the She-King’ despidiendo así su disco «Anastasis» y con Brendan Perry presentando a la banda, era el inminente final.

Curiosamente, la gente se empezaba a retirar y llega el tercer encore para sorpresa de todos, esta vez con el mejor broche de oro: ‘Rising of the Moon’, canción del folclore irlandés que venía a completar la sólida performance vocal de Lisa, un momento aplastante, donde no quedaba otra sensación más que la emoción al ver la capacidad casi brutal de una banda en apelar a tantos recursos  y definirlos tan bien, más aún en vivo.

Fue un verdadero regalo, cerca de las 23:30 culmina todo casi completando las dos horas de show, las cuales dejaron claro que la cuenta se saldó y con creces para el público chileno, con esta especie de espectáculo que por supuesto que tiene su principal motor en la música, la cual a través de los años este dúo ha sabido preservar con este concepto de globalización musical basadas no solamente en el folclore de variadas culturas, sino que mezclándola con una propuesta gótica, new wave y experimental que categóricamente los ha hecho distinguirse como una banda única en el planeta. También en el público se vio bastante heterogeneidad, por lo cual podía compartir perfectamente gente de edades más avanzadas con niños y con jóvenes rockeros que se vieron por ahí luciendo poleras de bandas muy metaleras incluso. Un show para no olvidar y sin duda será parte de lo más destacado de este nutrido año en cuanto a espectáculos en vivo.

Patricio Avendaño R.

Fotos: Betsabé González

Setlist:

Children of the Sun
Anabasis
Rakim
Kiko
Agape
Amnesia
Sanvean
Nierika
Opium
The Host of Seraphim
Ime Prezakias
Now We Are Free
All in Good Time

Encore:

The Ubiquitous Mr. Lovegrove
Dreams Made Flesh

Encore 2:

Song to the Siren
Return of the She-King

Encore 3:

Rising of the Moon

Patricio Avendaño

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