Dead Kennedys en Chile: 40 años de punk rock
En las afueras del Teatro Cariola, con una temperatura que marcó menos de 10 grados, la gente, capeando el frío con algunos brebajes, en su mayoría cerveza (algo irrisorio), comenzó a congregarse para entrar al Teatro Cariola y ver a una de las bandas más antiguas e icónicas del punk como son los Dead Kennedys.
Dentro del recinto ubicado en San Diego amenizaba la espera “Chicholina” de Los Peores de Chile junto a “Nah Look Back” de los Raging Fyah. El show pactado para las 21:00 comenzó puntualmente, algo poco frecuente en las bandas de este tipo. “The ecstasy of gold” de Hugo Montenegro, una de las mejores canciones de las películas de western y parte del sountrack del “The Good, The Bad and The Ugly” dio la introducción perfecta para que entraran en acción los abuelos del punk. “Forward To Death” del Fresh Fruit for Rotting Vegetables inició la ronda de canciones que tenían preparado los DK para celebrar los 40 años de vida en suelo nacional.
“Police truck”, “Buzzbomb”, “Landlord” y “Jock-O-Rama” calentaron los motores de centenares de personas que vieron como la banda originaria de San Francisco sigue estando vigente a pesar de los cambios de integrantes que han sufrido durante estas cuatro décadas. “Nos gusta el fútbol. Sudamerican futbol, no”, dijo con un español un poco forzado el vocalista Ron ‘Skip’ Greer recibiendo el abucheo de los asistentes, para luego agregar que “me gusta jugar fútbol, pero el fútbol americano”. “Kill The Poor”, uno de los temas más requeridos de la primera placa de estudio de los californianos hizo estallar al Cariola con su potencia y mensaje. «Jobless millions whisked away / At last we have more room to play / All systems go to kill the poor tonight» («Millones desempleados se escaparon / Por fin tenemos más espacio para jugar / Todos los sistemas van a matar a los pobres esta noche»), se escuchó con furia en todo el reducto.
“Too drunk To Fuck” sonó fuerte y movió a la gente de lado a lado. “¿Estamos muy viejos para el punk rock?”, preguntó Greer y la gente le contestó con diferentes palabras y frases, entre algunas de ellas se escuchó el nombre de Jello Biafra, generando risas entre los asistentes. “Nazi Punks Fuck Off” cantada desde el público por Greer fue congeniando una jornada de punk que hasta el momento avanzó sin problemas hasta que… el bajo de Klauss Flouride dejó de funcionar por problemas de sonido. Mientras arreglaban el pormenor, el vocalista rellenó con “We Are The Champions” de Queen para calmar a un público que se impacientó con el hecho. Superada la dificultad, se escucharon los primeros arpegios de “California Über Alles” en la guitarra de East Bay Ray para que el público reaccionara con un mosh en el cual – de manera muy irresponsable por un asistente- una bengala iluminó de rojo mientras la batería de D.H. Peligro taladraba los oídos. Un hecho que, menos mal, no pasó a mayores, pero que dejó en evidencia que la seguridad debería ser más exhaustiva en estos espectáculos para que no ocurra lo que pasó en la discoteca República de Cromañón de Buenos Aires, durante un recital de Callejeros donde murieron casi 200 personas por uno de estos artefactos incendiarios.
“Bleed for me”, “Viva Las Vegas” y “Holiday In Cambodia” cerraron lo que tenían contemplado para este 21 de mayo, pero los seguidores de la banda reclamaron por más, y a pesar de que las luces se encendieron, los Kennedys tuvieron que salir de nuevo, saludaron a los asistentes en la primera fila con abrazos y de la mano, para luego tomar nuevamente sus puestos y finalizar con “Chemical Warfare”.
Dead Kennedys demostró que no están para nada de viejos para realizar lo que más les gusta y seguir traspasando sus mensajes a cada generación, pues es una banda que se ha sabido mantener por más de cuarenta años en el circuito a pesar de que el vocalista original no esté presente en esta conmemoración. En el día de las Glorias Navales en Chile, DK nos entregó las Glorias del punk con 16 tracks que siguen impolutos en la historia con su potencia y vigor tanto en la sonoridad como en sus letras. incombustibles.
Fotos: Jerrol Salas