Hay buenas noticias con Dead Cross, el supergrupo compuesto por Mike Patton, el ex baterista…
«Dead Magic»-Anna von Hausswolff: cuando el canto surge de la tumba
City Slang, 2018
Hay discos que te seducen por su contundencia, diversidad y fiato musical. Hay otros discos que lo hacen desde la oscuridad abrasiva e imponente épica, invocando todo un estado. Definitivamente el ejemplo último suele ser más atrapante, más invitador a sumergirte en terrenos tan desconocidos como inquietantes. Y Dead Magic es sin duda uno de los discos de los últimos años que captura todo eso y más.
La artista sueca, nacida en Gotemburgo, ha hecho desde varios años una carrera donde el órgano ha sido un principal aliado, el que se luce desde las mismísimas tinieblas para dar forma a su cuarto álbum (y el primero con el productor y el colaborador de SunO))), Randall Dunn, que tiene mucho que ver en todo), pero ella también llega armada con el poemario brutalmente sombrío del fallecido escritor sueco Walter Ljungquist que ha citado en materiales de prensa como inspiración, la preocupación de Anna en esta pasada por la mortalidad no se ve perturbada, pero perturba al mismo tiempo, con una tétrica sinfonía escrita a lo largo de esta ambiciosa obra de cinco canciones como una verdadera oda a la muerte.
Si The Miraculous de 2015 tuvo melodías, Dead Magic tiene cantos fúnebres: epopeyas cósmicas progresivas grabadas en un órgano de tubos del siglo XX en Marmorkirken, la iglesia rococó de mármol de Copenhague. Hay una sensualidad centelleante en la apertura ‘The Truth, the Glow, the Fall’, con su crescendo suspendido de cuerdas danzantes y voces cálidas pero que se tornan ultratumbantes. ‘The Mysterious Vanishing of Electra’ y el absoluto salvaje y malévolo encantamiento de la pieza central del álbum, ‘Ugly and Vengeful’ de 17 minutos.
Dead Magic suena, por supuesto, a algo nunca antes hecho en la carrera de la artista y a la vez suena como uno de los trabajos experimentales mejor pulidos de la última década. Dead Can Dance y Swans nos enseñaron estos ambientes y Anna supo qué hacer para darles una nueva mirada. El trance, el espíritu sectario, la oscuridad y abismo. Todo eso es la marca de este disco que evoca por igual lamentos cándidos hasta conjuros que rompen maleficios y ululaciones alienígenas que se sienten completamente fuera de esta realidad. Hay un crecimiento en estas canciones de muerte. Dead Magic es el disco más oscuro y ambicioso de Von Hausswolff hasta la fecha, un ciclo que comienza con calidez y termina cargado de dolor a través de ‘Källans återuppståndelse’, una canción fuera de gravedad, y de una silenciosa devastación establecida con órgano, cuerdas y totalmente carente de percusión.
El órgano es todo. Como se ha constatado, es un instrumento ceremonial, extraño y convincente, su pedalera capaz de conmover tanto a los seculares como a los religiosos. Lo escuchamos en celebración, cuando comienza una nueva vida y se hacen los votos, y también al final, en el réquiem por los muertos. No es de extrañar, entonces, que compositores góticos como la sueca Anna von Hausswolff se sientan atraídos por su poder. Y ese poder se manifiesta brutalmente en este alucinante disco.