Deftones en Chile (Tercera Noche): Festejar la vida
Para muchas y muchos fans, está fresca en la memoria aquella tarde de enero de 2001, en la cual Deftones debutaba en Chile desatando un memorable desempeño de rock duro. El público y su comportamiento (casi bestial) permitió coronar una jornada que hizo inmensos a los californianos, en una relación que sembró raíces profundas y que, esta semana, dieron muestra de su robustez. Ya sea en modalidad masiva o en recintos más pequeños, los Deftones ya saben cómo conectar con este devoto público chileno, por lo que no fue sorpresa alguna que el show anunciado hace meses se vendiera en pocas horas, generando dos conciertos adicionales, los cuales han sido el comentario obligado de todo fan del metal por estos días. Cuando asoma la nostalgia ligada a un exponente de música concebida hace dos décadas, la respuesta suele ser inmediata.
El lunes 28 y el martes 29 de mayo, el teatro Coliseo ya había sido testigo de la entrega del quinteto de California, mientras que la jornada de cierre se vivió el miércoles 30 siguiendo la tónica de setlist distinto y con canciones que no tocan con regularidad. A pesar del disco «Gore» (el cual es el presente de la banda), este tour tenía la impronta del reencuentro con la música de la vida, y con esos temas que la historia convirtió en secundarios en su discografía.
Con algo de retraso, comenzó el aperitivo ofrecido por Deftones. Esta fue la oportunidad para que buena parte del teatro, que a las 21 hrs. ya estaba al 70% de capacidad, conociera a Quicksand. Ya legendarios en su estilo post-hardcore neoyorquino, se brindaron por entero en éxitos como «Dine Alone» y «Fazer». También aprovecharon de mostrar material de su último disco «Interiors» (2017), siendo «Normal Love» una de las más sobresalientes en ejecución. Ahora en formato trío, fueron seguidos con respeto y medido entusiasmo por una afición que fijó sus aplausos en el despliegue de Sergio Vega, un músico muy preciso y que logró sonidos certeros con el guitarrista y vocalista Walter Schreifels. Cercanos, amistosos y hablando en el mejor español que pudieron lograr, el impulso de este buen recibimiento debería darles energía para enfrentar nuevos retos.
Y tras otro (largo) rato de espera, como patada en la cara, Deftones salió a escena marcando una tercera noche que sería alborotada. El inicio con «Headup» no pudo ser más poderoso. Chino Moreno y su inalterable hábito de cantar al frente, en alto, haciendo la pega con un clásico que es distorsión pura. Siguió otro más!. «My Own Summer (shove it)» causó más locura, más descarga de agresividad. El disco nuevo se hizo presente con «Rubicon» y «(L) MIRL», y de ahí en adelante todo fue volver atrás en el tiempo. El deleite fue continuo gracias al vigor de «Rocket Skates», «Royal», «Diamond Eyes», «Beauty School» y una de las más vitoreadas: «Be Quiet and Drive (Far Away)».
En todo momento, la banda se mostró afiatada y entregada a la atmósfera que han logrado crear en vivo, quizás no tan rica en sonido como cuando entran al estudio, pero que en el frente a frente logra sacar otras emociones, las que se desataron en esta tercera noche gracias a un ensamble perfecto, un ritmo sin pausas, una canción tras a otra, pasando por tonos sublimes, luego atravesando lo brutal, y volviendo a la melancolía, lo cual era apoyado por un juego de luces muy interesante y bien aplicado, pero que hubiera lucido más en otro recinto.
La emotividad invadía el Coliseo cuando Chino se colgaba la guitarra para cambiar la dinámica del show, e invitar al público a otra experiencia. «Kimdracula», «Change», «RX Queen» nos hicieron olvidar que no estuvieron «Digital Bath» ni «Minerva», en uno de los setlist más improbables y extraños para una banda como Deftones. Definitivamente nos querían sorprender con tres shows de cualidades únicas, no comparables con alguna del recuerdo. De hecho, en esta última velada, fueron «Hole in the Heart», «RX Queen» y «When Girls Telephone Boys» las que volvieron a sonar tras tres años ausentes, mientras que «Nosebleed» no se escuchaba desde 2013.
Las ejecuciones surtieron el efecto siempre esperado. Sergio Vega, quien también tocó con Quicksand, estuvo mucho más suelto, Abe Cunningham trabajó con precisión de reloj, Frank Delgado fue parte esencial en las atmósferas más sosegadas y Stephen Carpenter estuvo sobresaliente. Chino Moreno reafirmó su estirpe de frontman fundamental, que obviamente no canta como antes pero que logra transmitir la misma sensación de desesperanza y desfachatez; treinta años después lo apreciamos al micrófono de manera distinta, pero nos inspira el mismo respeto de estar frente a un tipo muy «bacán».
Ocho discos y treinta años de carrera, fueron el motivo ideal para festejar este show como la reafirmación del status de imprescindibles para el metalero chileno. Con gritos, aplausos y coros a todo pulmón se festejó la vida de la banda, expresada en los temas conocidos y en los que estuvieron en la banca; en ambos casos, y tras el despliegue observado, está claro que Deftones goza de plena salud. Sería injusto decir que solo son un hito de los ’90, porque estamos en 2018 y los acordes del «Around The Fur», «Adrenaline» y «White Pony» todavía hacen explotar nuestras cabezas y estos tres shows, con setlist tan especiales, solo pueden sentirse como un regalo.
Por Macarena Polanco
Setlist
Headup
My Own Summer (Shove It)
Rubicon
(L)MIRL
Rocket Skates
Royal
Diamond Eyes
Beauty School
Be Quiet and Drive (Far Away)
MX
What Happened to You?
Hole in the Earth
Kimdracula
RX Queen
Change (In The House Of Flies)
When Girls Telephone Boys
Encore:
Teething
Nosebleed
7 Words