Depeche Mode: «Spirit» (2017)
Columbia / Mute Records, 2017
Qué ganas de escuchar un buen disco de Depeche Mode, de esos buenos de principio a fin, donde corre sangre en cada nota, o donde las melodías cuajan tan bien que hacen delirar estadios completos sin dificultad. Como todo eso que tocan cuando se presentan en vivo, y hacen que todo se venga abajo desde el minuto cero. Qué ganas de que sus últimas placas sean más que esporádicos o acotados buenos momentos. Como siempre, el tiempo es el que juzgará si un disco es trascendente o no, si se vuelve querible por los fanáticos y los que no lo son tanto. Pero Spirit, el nuevo álbum de Martin Gore y compañía, está lejos de ser un disco que encandile en las primeras oídas.
‘Going Backwards’ y ‘Where’s the Revolution’ son realmente grandes canciones, son las que constituyen el acotado buen momento que nos brinda el disco. Son las llamadas a hacernos saber que Depeche Mode aún es una banda viva y capaz de alcanzar la brillantez en una canción. Muestran, además, que ni siquiera los de Essex han sido capaces de obviar el complejo momento político y social que pasan hoy los países desarrollados. “Where’s the revolution, come on people, you’re letting me down” vocifera Dave Gahan, desafiante. “We’re going backwards, turning back our history”, señala antes, con la vergüenza y desengaño de quien creía ser parte de una sociedad civilizada y de constante progreso, y que hoy constantemente da señales de que todo pareciese “ir hacia atrás”.
Luego de eso, no hay mucho más, y el disco comienza a desinflarse poco a poco. ‘The Worst Crime’ logra convencer, y ‘So Much Love’ nos hace retomar la atención hacia el final, pero ya a la altura de ‘You Move’ y ‘Cover Me’, es necesario hacer un esfuerzo consciente para seguir avanzando en el disco. Aún es muy pronto para juzgar a Spirit de forma más taxativa, pero si hubiera que apostar, difícilmente el tiempo lo va a tratar mejor, tal como ha ocurrido con sus predecesores Sounds of the Universe (2009) y Delta Machine (2013). Ni siquiera el cambio de productor- la entrada de James Ford generaba expectativas- pudo reconducir el proceso creativo de la banda hacia un rumbo distinto.
Pese a todo lo dicho, uno se mantiene expectante. Algo difícil de explicar hay en el sonido de Spirit y los otros últimos discos, que nos hace mantener la fe en Depeche Mode. Puede ser la química entre sus integrantes, el talento que despliegan 3 o 4 canciones por disco, o la forma en que Gahan, Gore y Fletcher siguen interpretando cada canción, aunque no sea tan buena. Algo hay en Spirit que nos dice: manténganse atentos, en cualquier momento puede venir el batatazo.
Por Felipe Godoy Ossa