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“Difficult to Cure”: Rainbow adecuándose a la sintonía melódica
Polydor Records, 1981
Ya llevaban cuatro discos a cuestas, editados entre 1975-79, sin poder concretar una oportunidad con el mercado musical de mayor importancia: Norteamérica. La nueva agrupación de Ritchie Blackmore, en un inicio secundado por Ronnie James Dio y luego por Graham Bonnet, tenía aceptación en Europa y Japón, pero el proto power metal no era suficiente; por lo que se optó por un giro en 180°, guiados por el agudo olfato que su líder tiene para asociarse con vocalistas —de paso lanzándolos al estrellato. Su siguiente fichaje viniendo desde el otro lado del Atlántico: Joe Lynn Turner. Recibiendo indicaciones claras, por parte del guitarrista, apenas entró a la ecuación: “Tú eres el tipo de las melodías, ponme en la radio estadounidense”, dándosele forma así a Difficult to Cure —llegado a estanterías el 3 de febrero de 1981; con pasos por estudios de Francia, Dinamarca y Estados Unidos. La producción quedándole, por segunda vez, al también bajista Roger Glover; otro sobreviviente de Deep Purple.
El primer gancho de derecha otorgándolo la empalagosa I Surrender, pedido prestado del catálogo de Russ Ballard —tal como lo hicieron un par de años antes con Since You Been Gone. Casi sin proponérselo, el que además fuese single promocional punta de lanza escaló hasta el #3 en los rankings de Reino Unido; siendo el mejor posicionado de Rainbow. La fórmula de endulzar y bajar los decibeles pareció dar resultado: reemplazando al portentoso baterista Cozy Powell, que dio sus primeros pasos en solitario, por un bajo perfil que fue Bobby Rondinelli —a futuro ambos militantes en Black Sabbath. A pesar de que este fue el único tema trabajado antes de la llegada de Lynn Turner, terminó encajando con lo que estaba buscando la banda; siendo esta una de sus mejores credenciales para el oriundo de Nueva Jersey.
Un estilo melódico marcado, con los demás adecuándose a él, ya sea en facturas como Magic o Freedom Fighter; pero también moviéndose por otras aguas, ya sea las monolíticas No Release y Midtown Tunnel Vision, el eslabón duro correspondiéndole a Spotlight Kid —habitual para ser la apertura de los conciertos, y cuya letra es basada en Blackmore. Can’t Happen Here, otro de los puntos altos, que pisa el acelerador sindicándose como una enumeración de situaciones que pueden tirar al mundo por la borda; dándole espacio a dos instrumentales. Primero con la pausada Maybe Next Time, conocida como Vielleicht Das Nächste Mal —recordando la fascinación por la cultura alemana del encargado de las seis cuerdas; como así por la pista homónima —otro guiño teutón siendo un fragmento de la Sinfonía n° 9 de Beethoven, en específico el movimiento del Himno de la alegría.
Rainbow jugando en la liga de Foreigner, como lo expresó Ritchie, que seguiría la misma senda en Straight Between the Eyes (1982) y Bent Out of Shape (1983); antes del desmantelamiento en pos de la reunión de Deep Purple. Difficult to Cure siendo el segundo y último que tuvo tras las teclas a Don Airey; quien, desde 2002, ejerce la labor en los púrpuras. Aunque nunca terminaron de dominar del todo al gigante estadounidense, sí lograron notoriedad en la escena que antes les escaseó; mérito exclusivo del giro comercial adoptado.