Mutiny In Heaven-The Birthday Party: Cuando el diablo fue gótico
La cantidad de material audiovisual editado en formato documental acerca de Nick Cave ha abundado en los últimos años. Desde largometrajes autobiográficos a conciertos mezclados con imágenes de su trasfondo, el australiano ha sabido dejar testimonio de sus procesos creativos y personales. Pero había una deuda pendiente con sus orígenes por saldar y, para sus seguidores chilenos, el filme traído por In-Edit era un imperdible de la cartelera de este año.
«Mutiny In Heaven: The Birthday Party» ofrece adentrarnos en el oscuro mundo de lo que fue la primera banda de Cave, famosa por su crudeza e intensidad; factores que llevaron a posicionarlos como iconos del post-punk y subcultura gótica (que, además, sería el comienzo de la carrera de uno de los músicos más prolíficos del rock en general). A través de material inédito registrado en vivo, entrevistas y fotografías, el largometraje era la pieza del puzzle del recorrido biográfico del músico. Aunque, en realidad, el enfoque está en la banda, en su impacto y en los testimonios de sus integrantes, donde personajes como Mick Harvey o Phil Calvert son fundamentales.
Ian White (director) se encarga de proyectar la historia de la banda sin limpiar ni suavizar nada; al contrario, de hecho. Puede que una de las fortalezas más grandes de este trabajo recaiga en lo explícito de su intensidad tanto en lo que respecta a presentaciones en vivo, como también a los mensajes que se transmiten. No es por nada que, en uno de los momentos del filme, un joven Cave advierte y recalca que la primera línea de sus shows no es para los frágiles.
Otra característica llamativa de este trabajo es la inclusión de animaciones gráficas que funcionan como acompañamiento de algunos relatos a lo largo de la película. Mientras las voces de los integrantes del conjunto narran diversas experiencias, las animaciones resaltan sensaciones de ira y adaptación para un grupo de jóvenes que decidió moverse de Australia para llegar a Reino Unido, país que los recibió y fue testigo de sus problemas de drogas, riesgosas formas de vida, pero por sobre todo, de música que marcó a toda una generación desadaptada y poco convencional (Kevin Shields, por ejemplo, ha mencionado en más de una ocasión cómo las guitarras de Rowland S. Howard ampliaron su visión respecto a las formas de apreciar el sonido del instrumento y sus posibilidades).
Es necesario recalcar que, si bien Cave resalta como la figura más reconocible de la película, todos sus integrantes entregan un contenido rico en detalles que facilitan el poder imaginar cómo vivieron todo ese periodo, por lo que todo el conjunto termina siendo igual de relevante. Como bien indica Harvey en un momento de la película, la banda en sí terminó siendo algo mucho más grande que sus componentes de forma individual, y aquí se ve prueba de ello.