Disco Inmortal: Alice in Chains – MTV Unplugged (1996)
Columbia, 1996
Pese a que muchos empezamos a querer a Alice in Chains por el peso de sus guitarras y esa desgarradora forma oscura y depresiva de Layne Staley de cantarnos, nunca pensamos tal vez que pudieron hacernos sentir cosas tan gratas también con su veta acústica. Para 1996 los antecedentes estaban claros: con dos EPs donde desataban esta faceta, el «SAP» y «Jar of Flies», pero también en el más cercano, el álbum homónimo, cosas como «Heaven Beside You» o «Over Now» patentaba cuan bien les quedaba este formato.
Justamente fue aquel álbum, el homónimo, el que les significó una popularidad inusitada, el disco «tripod» que se llamó (de la perrita con tres patas) debutó en el primer puesto en Estados Unidos y consiguió el disco de platino a las dos semanas. MTV no demoró en engolosinarse con ello y acordar con la banda que por esos días brillaba como una de las más importantes del género (luego del triste suicidio de Kurt Cobain dos años antes causando la desintegración de Nirvana) en tomar la bandera del grunge. Su experiencia previa acústica los avalaba, aunque nunca pensaron el impacto que causaría su performance.
Y es que quizá no salió todo tan bien y eso lo mejoró sin quererlo, el desenchufado de Alice in Chains tiene tintes de humor negro. Tiene muchos momentos de equivocaciones y descoordinación gentileza de un débil Layne Staley. Fue negro en todo el sentido de la palabra, había un aura depresiva, velas (al igual que en el de Nirvana) y Layne Staley lucía completamente de funeral, gafas y ropa oscura, se encontraba algo ido, olvidaba letras, pero aun así, logró dejarnos las interpretaciones más bellas que jamás pudiésemos escuchar en un concierto de estas características.
«Over Now» y «The Killer Is Me» no fueron coincidencia al ser interpretadas al final. Layne Staley estaba dando uno de sus últimos show con la banda y de alguna manera sentenciando con ese par de temas que hablan de finales y de culpa que todo se debió a él. Antes, las interpretaciones de canciones como «Sludge Factory» (curiosa elección) fue notable, incluso por aquella anécdota de los empresarios de Sony Music y el nerviosismo de Layne que en algún momento te contamos en detalle. Lo mejor, para muchos, es la abrasiva y triste interpretación de «Nutshell»(que maravilloso momento para el grunge y el rock en general este tema y cómo recordamos a Layne siempre con ello).
Alice in Chains con este Unplugged dejaba de manifiesto algo importante: Las guitarras acústicas tienen la capacidad de producir un sonido mucho más hermoso que las guitarras eléctricas, cuando hay alma y pasión en ello. «Angry Chair» es una de las mejores canciones de Alice in Chains, y la razón por la que es tan genial se debe a lo molesto, enojado y deprimidos que suenan Cantrell y Stanley, y ese fue el acierto de este show, se dio la oportunidad de que estas canciones sonaran más sensibles y oscuras aún. «Down in a Hole» es otro ejemplo perfecto. Layne Staley pese a los impasses que hablamos, en realidad suena muy bien por lo que físicamente estaba en este momento. Quizás el hecho de que probablemente había tanta heroína recorriendo en sus venas en el momento mejoró su capacidad para sonar y deprimirse, lo que a su vez le agregó más emoción a las canciones.
«Brother» y «No Excuses» fueron otras excelentes elecciones y si bien los tambores son una gran parte de la composición de estas pistas, acá se aminorizan pasando a segundo plano, transformándose en una especie de guardianes del ritmo, aunque no podemos decir que sean menos importantes, se suman al trabajo en equipo. Sin el trabajo suave y concentrado de Sean Kinney, no sería un sonido tan hermoso todo esto.
Grabado el 10 de abril en el Majestic Theatre de Brooklyn, Nueva York, fue emitido por la cadena en Mayo de 1996 y desde ese día quedó clavado en las memorias de toda una generación y tampoco se ha olvidado nunca lo importante que fue para esta banda, y para el grunge y el rock en general. Y porque no fue tan solo un desenchufado, ha sido uno de los mejores momentos de la música de todos los tiempos.
Por Patricio Avendaño R.