WEA / Atlantic Records / Mercury Records, 1987 Más de 100 semanas en los primeros…
Disco Inmortal: Descendents – All (1987)
Los californianos Descendents han sido una banda de punk rock con una historia, por decir lo menos, bastante particular e interrumpida por varios recesos. Formados en un antiguo 1978, de la mano de su fundador, el baterista Bill Stevenson quien con el vocalista y anti-frontman por excelencia Milo Aukerman grabaron 3 álbumes entre 1982 y 1986 junto a Frank Naveta y Tony Lombardo. Canciones melódicas, pegajosas, con temáticas que identificaban más bien al joven “loser”, referentes de bandas tan exitosas como Bad Religion, Weezer, Green Day, Blink 182 y gran parte de la movida punk de los 90.
En 1987, tras un quiebre y quedando sólo Milo Aukerman y Bill Stevenson (quien por esos años también fue baterista de los míticos Black Flag), la banda contacta al guitarrista Stephen Egerton y al bajista Karl Alvarez, dos excelentes músicos de punk rock, profesionalizando y refinando un poco el sonido. Egerton aporta mucho en la parte melódica de la banda, no sólo quedándose en el riff, sino que incluyendo un sinfín de melodías, solos y arreglos. Álvarez por su parte aporta con composiciones y con una forma excepcional de tocar el bajo, creando interesantes bases muy melodiosas. Con esta formación es la que Descendents entran a componer y grabar su siguiente placa, el excelente “All” que incluye varios temas muy representativos de la banda. El disco fue grabado bajo el concepto “All”, es decir “darlo todo, sin importar las consecuencias”.
No es menor el hecho que después de este disco la banda se toma su receso más largo entre 1988 y 1995, debido principalmente al alejamiento de Milo Aukerman para seguir la carrera de Microbiología. Por su parte Bill Stevenson y el resto deciden re formar la banda, pasando a llamarse “All” e incluir otros vocalistas.
El disco abre con la potente “All” de un segundo de duración, para pasar inmediatamente a “Coolidge”, uno de los temas más emblemáticos de la banda compuesto por el recién llegado Álvarez. Un verdadero himno que comienza con un redoble enérgico para continuar con toda la banda tocando a full. Trata principalmente acerca de una relación fallida y de aceptar el no ser nunca más un tipo genial (“I’m not a cool guy anymore, as if I ever was before, I took a look at all the signs, then rolled it over in my mind (…) What was I thinking of, it couldn’t stay the way it was. Looked at my reflection and I saw a stranger’s face I saw where I was going and I had to walk away” // “Ya no soy un chico genial, como si lo hubiera sido antes, Miré todas las señales y dieron vuelta en mi cabeza (…) ¿En qué estaba pensando? No podía quedarse como estaba. Miré mi reflejo y vi una cara extraña. Vi hacia donde iba y tuve que alejarme”). Es todo un homenaje a la filosofía Descendents, el no ser cool, el no quedarse con la chica bonita al final de la historia, el pasar desapercibido en la sociedad. El solo de guitarra se queda dando vuelta en la cabeza junto con la potente melodía del bajo, concluyendo con una reflexión acerca de aceptar la derrota de manera positiva.
A continuación, sigue la nuevamente breve “No! All” de 2 segundos como antesala de la excelente “Van”, un tema intrincado, con un ritmo irregular y un riff de guitarra que se repite como un mantra. Habla de un personaje que prácticamente vive en una van, donde puede hacer lo que se le plazca, pero si hilamos más fino es un tema que trata acerca de la libertad (“Here in my van I can eat my small squid, dance the can-can with my feet in the air. Here in my van I can play the last tape, play my small uke, write stupid songs // “Aquí en mi van puedo comer mi pequeño calamar, bailar el can-can con mi pie en el aire. Aquí en mi van puedo poner el ultimo tape, tocar mi pequeño uke, escribir canciones estúpidas”), muy similar a lo que años más tarde haría Weezer con su tema “In the Garage”.
“Cameage” de Bill Stevenson nos muestra un emotivo discurso acerca del valor y lo necesario de la amistad y las relaciones humanas (“And it doesn’t really matter if I live or die, the only thing that matters is you’re by my side. No turning back from this one // Y realmente no importa si vivo o muero, lo único que importa es que estás a mi lado. No hay vuelta atrás”). La melodía es simplemente emocionante y muy bien lograda, con Egerton y Álvarez haciendo gala de sus instrumentos.
Luego prosigue “Impressions” un tema que a pesar de tener una excelente letra y de mostrar ciertos cambios interesantes de ritmos, me parece uno de los puntos un tanto flojos del disco. Cierta influencia de melodía española se puede apreciar a ratos, pero aun así suena un tanto desunido. Al contrario de “Iceman”, pura potencia con un pulso extraño, la batería como un reloj, guitarra y bajo al unísono sonando como cañón y Aukerman cantando acerca de un repartidor de hielo como metáfora para lo “frío” de la vida actual (“He’s not alive, he can’t dream, stone cold monster, thinking machine, never feels anger or pain What’s left of his heart is inside his brain // No está vivo, no puede soñar, monstruo frío de piedra, máquina pensante, nunca siente rabia ni dolor. Lo que queda de su corazón está dentro de su cerebro”).
“Jealous of the World”, no incluida en la primera edición es una especie de queja en donde se habla del descontento que se tiene con la desigualdad de oportunidades en la sociedad. Comienza con una especie de introducción que de a poco nos sumerge en la melodía, un tema muy maduro y bien logrado. Aukerman canta rabioso ante la desigualdad con la que no se tienen que conformar (“And there’s nothing I can do and there’s nothing you can do. I’ll just stay away from you // Y no hay nada que pueda hacer, y no hay nada que puedas hacer. Me mantendré alejado de ti”)
“Clean Sheets” es otro de los himnos. Según Stevenson, un día despertó con el coro de la canción en su cabeza y compuso el tema, reflexionando acerca de cómo una infidelidad “mancha las sábanas” en una relación (“Even though you’ll never come clean, you know it’s true. Those sheets are dirty and so are you // Aunque nunca lo aclararás, sabes que es verdad. Esas sábanas están sucias y tú también”). Una verdadera joya del punk melódico de todos los tiempos, con Milo cantando con su mejor voz, un solo de guitarra perfectamente enlazado con la melodía del pack batería-bajo, imprescindible.
“Pep Talk” se encumbra como otro de los puntos altos del disco, con un ritmo acelerado y levemente irregular. Nuevamente saca el tema de las relaciones humanas, hablando acerca del fin de una relación y tratando de tener una mirada positiva acerca de esta (“Is not the end of the world, since your baby left you. It´s gonna be okay, you don’t need her anyway // No es el fin del mundo desde que tu chica te abandonó. Todo estará bien y no la necesitabas más de todos modos”). Una canción llena de optimismo que se articula perfectamente con la melodía. El solo de guitarra de Stephen Egerton es simplemente uno de los mejores de la discografía, en donde Álvarez y Stevenson ejecutan una base magnífica. Pura potencia, punk californiano en su máximo esplendor.
Casi terminando llega la extraña “All-O-Gistics”, una especie de declaración de principios acerca del concepto de lo que significa “All”. Un tema bastante experimental que hace más interesante la discografía de la banda, pero a la vez se siente un tanto tediosa. Con un coro bastante potente no deja de repetir ciertas premisas (“No lavarás ropa, codiciarás la comida de tu prójimo, no tomarás café descafeinado, no permitirás que nadie te detenga”).
El disco finaliza con los temas “Schizophrenia” y “Uranus”. Dos temas bien interesantes en cuanto a sus rítmicas y melodías un tanto bizarras, claro aporte de los dos nuevos integrantes. El primero de más de 6 minutos de duración coquetea con algunos ritmos casi “crimsonianos” e incluye algunos redobles de batería y solos de guitarra un tanto disonantes. El segundo se presenta como un instrumental y como continuación del anterior (no incluido en la primera edición) con un ensamble muy interesante entre guitarra, bajo y batería, varios cortes y algunos armónicos en el bajo lo hacen bastante interesante y novedoso de escuchar.
Como se mencionó anteriormente, posterior a este disco la banda se tomó un largo receso, dejando hasta ese entonces una discografía de cuatro discos, destacando este último por sobre todos ya que presenta cierta evolución en la composición y el sonido. La incorporación de nuevos músicos dio frescura a la banda y Descendents en ese punto de su carrera termina siendo una banda de culto, con la eterna promesa de volver a reunirse algún día.
Afortunadamente eso sucede años más tarde (con la misma formación) grabando tres discos más hasta el momento, dejando a Descendents como una banda eterna en el corazón de quienes aman el punk rock, permitiéndoles incluso presenciar un show en nuestro país el 2016, haciendo vibrar al público del Teatro La Cúpula y demostrando que están más vigentes que nunca. En cuanto a “All” es un disco que no se puede dejar de escuchar si eres asiduo a este tipo de música. La influencia de este es clarísima en todo lo que fue el renacer del punk desde los años 90’s.
Por Álvaro Guajardo