Domino Recording Company, 2006 Arctic Monkeys son el cuarteto hijo de la generación multimedia. Siendo…
Disco Inmortal: Arctic Monkeys – Favourite Worst Nightmare (2007)
Domino, 2007
Tirar elogios a los cuatro vientos a determinada banda que aparece, cada cierto tiempo, es institución en la industria pop rock británica; pero, aun así, todo el alboroto que causó el debut de Arctic Monkeys, por el 2006, rayó en lo absurdo. No solamente se ganaron cuanto premio se entregó, sino que fueron consagrados como los nuevos salvadores del rock, el cantante Alex Turner tenía que ser el mejor compositor desde Gallagher o hasta desde Weller , y su álbum debut ya había sido tildado como uno de los más importantes de la década. El british style se apoderaba de la creación de los chicos de Sheffield, los nuevos regalones de la industria.
Ya sabemos que tanto elogio resulta ser embriagador para jóvenes que recién dejaban la adolescencia, sin embargo, los Monkeys pudieron capear la tormenta con daño mínimo, perdiendo a su bajista pero no su sentido musical. Estuvieron de gira todo ese año, escribieron y grabaron rápidamente su segundo álbum Favorite Worst Nightmare, y lo sacaron al año siguiente, táctica que se esperaba para aprovechar la cosecha, pero que podía jugarles en contra en cuanto a quedar por debajo de su disco debut; pero Favorite Worst Nightmare fue lo opuesto al oportunismo y resultó en un sonido vibrante y una clara demostración de que la banda se estaba consolidando.
En esta segunda producción se deciden a absorber sus influencias, convirtiendo lo que tomaban prestado de The Libertines, The Strokes y Jam en algo de identidad distintiva. Ese agotador año de trabajo dio como resultado un crecimiento evidente, ya que la banda puso a prueba los límites de lo que podían hacer y este segundo disco expandía, frenéticamente, la energía nerviosa del debut, con riffs que estallarían violentamente en otras ráfagas post punk, o serían armonías circulares como en ‘Fluorescent Adolescent’.
‘Brianstorm’ es pura furia, con esas guitarras vertiginosas y cambios de ritmo brutales. ‘Teddy Picker’ es fantástica, con una preciosa melodía comandada por bajo y guitarra que complementan a la perfección esa tremendo batería, mientras Alex despacha la letra en uno de esos himnos generacionales; interesantes es cómo hace referencia a la popularidad de las celebridades, donde aquellos están desesperados por ser famosos y hacen todo para llamar la atención; esta era una las principales molestias de Turner, incluso hace referencia a Duran Duran con la frase ‘I don’t want your prayers, save it for the morning after’ (una respuesta al contenido de ‘Save a Prayer’). ‘D is for Dangerous’ parte con el bajo desatado para que la voz descontrolada de Alex y sus coros entren a pleno, y luego una base de guitarras se una a la melodía de manera tremenda. ‘Balaclava’ agudiza el sonido funk del bajo, donde guitarras y batería nos llevan por una melodía vertiginosa. ‘Tha Bad Thing’ es un tema alegre y muy bien ejecutado, donde todos los instrumentos lucen en su despliegue. ‘Old Yellow Bricks’ es un tema muy cautivador, con el bajo que marca el ritmo y con cambios preciosos. Y ‘505’ finaliza este gran disco mostrando influencias hasta de Ennio Morricone, al inicio; un tema que va de menos a más cogiendo ritmo y una fuerza espectacular.
El grueso de canciones son composiciones concisas, con interesantes interacciones instrumentales, muy bien ejecutadas, dentro del irónico juego de palabras de Turner , que es inteligente pero nunca condescendiente; de hecho, lo extraordinario de Arctic Monkeys es que Favorite Worst Nightmare puso de relieve su ingenuidad pero en una propuesta que reestructura clichés del rock clásico, prestando poca atención a cómo se hacía todo en el pasado y posicionando su propia juventud como parte del juego de tradiciones del rock, alejando las barreras musicales entre generaciones, ya que la banda estaba aprendiendo a mezclar el post punk con el rock clásico de una forma tal en que jóvenes y adultos caían presos de su virtuosismo.