Disco Inmortal: Bad Brains (1982)
ROIR, 1982
El disco homónimo de 1982, publicado por el sello especializado en cassettes Roir Tapes, es un trabajo único, ya que la banda se arriesga a mezclar toda la energía destructora del hardcore con el espíritu del reggae, logrando pavimentar un camino propio con una propuesta musical original.Desde su portada (un rayo que apunta y cae sobre la casa blanca) ya podemos percibir un disco con un mensaje más que potente. Al dar play y subir el volumen, cualquier duda es despejada.
Las canciones que contiene este enorme trabajo son canciones, que en su mayoría, no superan los 2 minutos de duración y muchas de ellas sorprenden por la velocidad de sus riffs, ritmos de batería y letras incendiarias. El tema encargado de abrir el disco es “Sailin’ On” con una melodía fresca y agresiva, pero que a su vez tiene toda una onda funk que le da un carácter y personalidad inigualable.
En temas como “Dont’t Need It” y “Attitude” dan ganas de moverse o pararse del asiento, ya que la precisión y lo increíblemente rápido de sus ritmos hacen que nuestro cuerpo reaccione de manera inmediata desatando la locura. En «The Regulator» y «Banned in D.C» los dardos apuntan directamente a las autoridades con textos inteligentes y muy críticos de la situación política.
Otras de las características importantes de Bad Brains y que marcaban la diferencia con otras bandas de este estilo, era su pensamiento positivo, no había tanto anarquismo, ya que es sabido que la banda profesa la religión rastafari y esto claramente se refleja tanto en espíritu como en lo artístico. Esta postura también queda plasmada con canciones como «Jah Calling» un instrumental dub o la muy calmada, pero no menos critica “Leaving Babylon» y todo el amor de «I Luv I Jah» que funcionan como una pausa perfecta y que nos permiten comprender un poco mas el universo en el cual se desarrolla la propuesta de la banda.
El ritmo vuelve a aumentar y la agrupación vuelve a la carga con todo y lo hace de la mano de canciones como «F.V.K. (Fearless Vampire Killers)», “Big Take Over” o el himno de ritmo frenético “Pay to Cum» en donde quedan demostrado los altos niveles de precisión con que tocan los músicos, a través de melodías emblemáticas del hardcore vieja escuela.
En su mayoría el hardcore punk contiene mucha rabia y en algunas ocasiones sin rumbo, en cambio en la música de los Bad Brains se desborda una energía positiva con un lúcido mensaje, como si al mismo tiempo tuvieran en su interior una potencia tanto para la destrucción como para el cambio constructivo y el respeto por el otro. Es verdad que con el paso del tiempo la banda tuvo una carrera inestable, lo cual les impidió tener mayor popularidad, pero sin duda alguna es una de las bandas más influyentes del estilo y este disco en particular, es un proyectil espiritual que vale la pena re escuchar cuantas veces se nos permita.
Por Carlos Bastias