Disco Inmortal: Björk – Post (1995)
One Little Indian / Elektra, 1995
Todos los artistas construyen su propuesta musical bajo un gran cimiento: el referenciar sus propias obsesiones internas. Esta premisa ha marcado la carrera de Björk, quien escribió las letras de “Post” luego de radicarse en Londres y cómo una manera de contarle a Islandia el cómo le estaba yendo en su nueva vida.
Después de “Debut”, el camino de Björk hacia la ovación mundial era innegable. Sólo necesitaba revalidar su novedosa propuesta con un segundo disco en la misma dirección, arriesgarlo todo en su voz y letras y así pavimentar una ruta señalizada como la musa pop de los ‘90. Y no eligió el camino fácil cuando el primer track de la lista fue “Army of Me”, una invitación a reponerse, a no depender tanto de los demás. La canción no representa al álbum en su conjunto pero funciona bien por sí sola, a pesar de lo industrial que suena. El single explotó en las listas y le dejó la vara alta al resto del disco, el cual, si es revisitado con calma, se deja manejar como un vendaval de creatividad y sin apelación a mensajes comerciales. Inteligente maniobra artística el partir con esa carta de presentación, porque dejó abierta toda posibilidad para los temas restantes.
Sin salirse jamás de una orientación pop dentro de la electrónica, podemos oírla en tintes próximos al eurobeat con “Hyperballad”, la que plantea el suicidio como metáfora del amor; contando la historia desde la lenta instrumentación electrónica, va acumulando un clímax épico de batería y sintetizadores. Luego, salta del jazz del cover de “It’s Oh So Quiet”, con coro de gritos frenéticos, hasta el industrial de “Enjoy”, la que insinúa el bajo hacia el final de cada coro. Puede que no sea un elemento preponderante de la canción pero está allí, y representa los pequeños cambios que Björk estaba ensayando. Otra posibilidad que explora es el trip-hop en “Possibly Maybe”, en una línea de sintetizador melancólica que suena en todo el coro, marcando la primera vez que una canción de la islandesa, en realidad, sonaba sombría y reflexiva.
Pero también se la juega por la fusión de la electrónica con ritmos latinos en “I Miss You”, en un espectro mucho más alegre. La canción incluye elementos que abarcan música de distintas latitudes, en lo que sería una aproximación que trabajaría más a fondo en “Volta” (2007). El video es mucho más popular que la canción y está animado nada menos que por John Kricfalusi, el cerebro detrás de la serie “Ren y Stimpy”. Esta canción quedó a la sombra de las demás y es una lástima, porque da pistas de hasta qué punto Björk estaba dispuesta a llegar para demostrar que no era encasillable en un solo estilo.
“Headphones”, coescrita y producida por Tricky, enfatiza que esta artista se distinguía del resto y que su propuesta debía ser apreciada sin prejuicio. Acá solo hay que aceptar la invitación a sumergirse en un ambient muy bien trabajado y que también abraza, de a poco, esencias del trip-hop.
En “Post” no hay una línea que separe una parte experimental de una parte originaria, porque ambas son una misma; en el disco, Björk llevó hasta su terreno diferentes estilos que se ven como antagónicos, pero que se engranaron de manera perfecta bajo el paragua común de los tintes techno, adquiriendo una personalidad propia y que dio pie a uno de los eslabones más imaginativos de la cadena pop de los últimos 30 años, el cual es una vertiente de inspiración de múltiples colores para las nuevas generaciones de músicos.