Disco Inmortal: Deep Purple – Machine Head (1972)
Purple Records, 1972
Hablar de «Machine Head» de Deep Purple es hablar derechamente de la parte más clásica del rock. Y no tan sólo clásica en el sentido que es un disco que ha influenciado a un centenar o más bandas del hard rock y heavy metal, sino porque su sonido es totalmente clásico, tomando prestadas influencias de músicos de la real música clásica como Beethoven o Sebastian Bach y potenciado genialmente con la gran estampa de los rockeros británicos, que es el uso del órgano Hammond ejecutado por un tremendo genio como Jon Lord. Una de las claves del éxito seguramente va por ahí.
Pero no hay que menospreciar al resto de la banda, este disco llegó en un momento mágico en que todas las cabezas se encontraron alineadas y donde lograron conjugar un conjunto de riffs, ideas y notas llenas de talento, originalidad y sobre todo de una forma muy orgánica, ni siquiera fue un disco muy elaborado, fue compuesto sobre la marcha y donde también se improvisó mucho. Magia pura.
DP venía de dar una especie de traspié con «Fireball» (1971), un disco muy funky que de alguna forma había perdido la esencia pura rockera del anterior «In Rock» (1970), (un disco que también está dentro de uno de los mejores de la banda, por cierto) por lo cual para este nuevo paso y en conjunto con el primordial productor Martin Birch, un tipo que trabajó a la par convirtiéndose en un sexto Deep Purple, volvieron a intentar rescatar ese sonido más directo.
Entrando a desmenuzar, a primera vista el disco es muy difícil que no logre cautivar de inmediato, el primer track es nada más ni nada menos que ‘Highway Star’, un clásico por donde se le mire, el mismo bajista Roger Glover lo catalogó como un tema que captura la quintaesencia de lo que es Deep Purple, y muy acertado está. Su nota casi única del arranque pero que va ascendiendo nos indica que algo grande va a pasar y nos invita a nosotros mismos a ser protagonistas junto con las estrellas de la carretera que menciona su título. La voz de Ian Gillan y los registros que alcanza son realmente agudos y la inclusión de los solos de teclados y guitarra son tan vitales como lo serán en todo el resto del disco.
Este disco suponía (y requería) de un hit para promocionarlo y curiosamente el favorito de la banda para tal efecto era ‘Never Before’, que si bien es una canción con mucho gancho y mucha onda, no funcionó masivamente, sin ir más allá fue la menos popular del disco, quedando totalmente eclipsada con temas de la talla de ‘Highway Star’ o ‘Smoke on the Water’.
‘Smoke on the Water’ es una canción que tiene vida propia. No hay que ser un purista o un fan muy aventajado de Deep Purple para reconocerla en cualquier lado. En algún momento de la gira previa Pete Townshend (The Who) le dijo a Blackmore: «haz algo simple y te ganarás al público», cosa que recaló en Blackmore de forma muy profunda y de ahí la inspiración para componer los simples acordes de la canción; un consejo muy bien tomado, y vaya que sí se ganó al público. Su letra inspirada en el «bengalazo» de Montreux y toda la historia del incendio del concierto en Suiza que hizo brotar el «humo sobre el agua» de donde salió la idea de la letra, la verdad es que da para otro especial. Lo claro es que es una canción que aunque a estas alturas nos suene demasiado architocada y escuchada, o aunque uno reniegue prefiriendo los temas más «no-hits» de la banda, siempre se termina moviendo el pie o haciendo algo para seguir su ritmo, es muy seductora.
Durante todo este período y su paso por Montreux fue que ya se empezaron a gestar las «sesiones» del álbum, moviéndose de un lugar a otro en el mítico camión estudio-rodante de los Rolling Stones, e incluso siendo expulsados por la policía debido al ruido que metían. Finalmente llegaron en forma casi azarosa al Grand Hotel que estaba fuera de temporada en ese entonces y ahí en un pasillo del lobby armaron su particular estudio para las nuevas sesiones de «Machine Head».
De ahí salió la muy improvisada y arriesgada ‘Pictures of Home’, uno de los grandes temas de toda la discografía purpleana y claramente es gracias a eso, un tema de lírica algo soñadora y poética y musicalmente una bomba, la intro de batería de Ian Paice es tremenda y su estructura épica muy galopante iba a marcar tendencia. Desde Iron Maiden hacia abajo muchas bandas se deben a lo que esta canción pudo ofrecer en cuanto a estructuras de composición.
Pero los clásicos no paran: ‘Space Truckin’, el camionero del espacio, creada en la época de gran auge de la ciencia ficción en el cine daba pie para la letra, es muy llamativo lo que pasa en esta canción (y en muchas otras de la banda, por cierto), que a veces no sabemos si lo que suena es un órgano o una guitarra, otra gran virtud de Deep Purple fue alcanzar una potencia extrema con ambos instrumentos. Por ejemplo en esta canción la clásica apertura es Jon Lord tocando su órgano enchufado a un Marshall y Ritchie Blackmore entra mucho después en la canción haciendo unos riffs muy cortantes y para nada técnicos. El efecto espacial quedó claro y de la forma más heavy posible con Lord llevando su instrumentalización a otro nivel.
Otro punto aparte claramente es ‘Lazy’, la oda a la flojera, que en definitiva no es una canción que haga mucho sentido con su concepto, aunque su intro es un tanto somnoliento rockea de lo mejor y sus solos de guitarra y órgano son verdaderamente excepcionales. Un himno ‘hippie’, pero también un himno del rock pesado y de la experimentación e improvisación en vivo.
El propósito de «Machine Head» era recapturar lo que se había dejado en «In Rock», lo cual se hizo y con creces, quizá lo que pudo haber sido injusto fue haber dejado la hermosa balada ‘When a Blind Man Cries’ fuera para su primera edición, un tema hermoso, profundo y dotado con una sólida interpretación de Gillan. No saldría en este disco hasta una edición de 1997.
Son ocho canciones, y tan solo cinco o seis de ellas bastaron para catapultar a Deep Purple a lo más grande del rock, a instalarlos en el podio de honor junto a The Doors y Led Zeppelin. Si nos damos cuenta sus tracks funcionan muy bien en cualquier lugar, sea en una discotheque, en la radio del auto o en tu reproductor casero. Siempre hay alguien que sintoniza con lo que ofrecieron estos clásicos, ni siquiera para un rockero asumido, con el pasar de los años son canciones de gusto general y eso es de vital importancia para la trascendencia que han tenido estos clásicos en la historia de la música popular. Lamentablemente después de esto vendría la debacle para Purple y el ego y la soberbia terminarían por derrumbar esta clásica formacion, la llamada MK II, que si bien más tarde en 1984 se reuniría nuevamente, nunca volvería a ser lo mismo, dado que lo realizado por estos cinco grandes incansables del rock en ese período en Montreux, Suiza, fue prácticamente inalcanzable.
Patricio Avendaño R.