Disco Inmortal: Deftones – White Pony (2000)
Maverick, 2000
El grunge había muerto hacía unos años y un estilo muy peculiar bautizado como Nu Metal se apoderaba de la comarca a mediados de los ’90. Mientras Linkin Park representaba un ala comercial del Nu, Korn lo hacía en la parte más dura ¿Dónde metíamos, entonces, en ese panorama a Deftones?: en ningún lado.
Y esto porque Deftones ha poseído un sonido único desde el principio. Se pasearon por el rap, luego atravesaron una onda mucho más metalera, pero siempre ha existido una distinción del resto, ellos son inconfundibles con otros grupos de la época. Y manteniendo este bastión muy cimentado, Deftones se enfrentó al nuevo milenio con su placa “White Pony”, en la que Chino Moreno, su peculiar voz y sus propuestas novedosas, dieron el cambio de rumbo definitivo que los consolidó como una de las bandas más creativas en esta nueva era de la música.
“Feiticeira” es un gran comienzo. El riff sucio, distorsionado y siniestro da el arranque perfecto a un disco que, entre tema y tema, no varía mucho, pero en el que cada uno es un aporte. La letra habla de una genial borrachera. Voz épica para el inicio. “Digital Bath” te adormece con su ritmo pausado y relajante, el que va aumentando revoluciones hasta el final (muy emotivo). Chino Moreno simplemente genial. “Elite” está llena de gritos desgarrados y groove muy pesados; los efectos de sintetizador vocal en el estribillo elevan los límites de estar vibrando con un tema muy hard rock.
“RX Queen” es un tema curioso pues suena muy Korn, muy al estilo Jonathan Davis, y la letra que no ayuda mucho a la diferenciación pues nos habla de un hombre enamorado de una chica con una enfermedad terminal. Demasiada tragedia para ser Deftones. Mejor seguimos con “Street Carp”, tema que reporta reencuentros indeseados con personas que, a pesar del tiempo y nuestros esfuerzos, siempre vuelven a aparecer. Sonido interesante, buenas pausas y posteriores aumentos de velocidad; gran acompañamiento de batería. “Teenager” se encumbra como uno de los temazos de este disco al hacer uso de la percusión electrónica de Delgado y de una guitarra delicada pero distorsionada. Disminuye la velocidad, la pausa te lleva a otro estado, se logran mil sensaciones.”Knife Party” es otra cosa. Cunningham, a baquetazo limpio, le inyecta energía al álbum; el comienzo, con ese rasgueo, es genial, para luego volver al sonido de siempre, potente pero melódico. A mitad de canción cambian los tempos y entra el platillo con una voz saturada, sufriente, haciendo la intro para la parte final del tema, mientras Chino adormece nuevamente con el texto final.
“Korea” regresa a su base de rugidos y a ese riff denso y oscuro. Chino usa su voz más desgarrada, mientras el tema sube y baja en decibeles. “Passenger” nos muestra la voz de Maynard James Keenan (en lo personal, pienso que su voz es única) en otro tema agobiante y oscuro, rodeado de un aire místico y que nos incita al desenfreno, a poner el volumen al máximo y gozar del sonido Deftones más puro. Temazo. “Change (In the House of Flies)” es otra descarga de potencia. Noquea tus sentidos y obliga a mecerte al compás de las pesadas notas de bajo de Cheng. Una historia de venganza, de ver como la persona que odiamos se convierte en un ser insignificante, todo acompañado de potentes guitarras y una batería que sube y baja su velocidad según la tortura que sufre el condenado que está siendo fruto de esta historia. Voz pausada, trabajada electrónicamente. “Pink Maggit” se arrastra, suena herida y suplicante, para luego golpearte el mentón en una explosión de puro sonido Deftones.”The Boy’s Republic” continúa con ese halo místico pero el riff es algo más animado que de costumbre; es un mensaje para que antes que te tires del décimo piso luego de tanta depresión, alegres la vida con este tema que se oye optimista.
“White Pony” fue la mezcla perfecta de los dos rasgos principales del estilo Deftones: emotividad extrema y la fuerza explosiva de sus ritmos. Sin embargo, la mixtura es genial tomando en cuenta que hay rap metal en “Elite”, hay otros con mucha atmósfera como “Knife Party”, hay temas largos y tranquilos como “Passenger” (una de sus mejores canciones, sin duda) o los más de 7 minutos de “Pink Maggit” (fundamental). “White Pony” es un disco que no encaja en ningún estilo. Fue un punto de inflexión en la carrera de la banda y que incluso dividió a los fans. En este álbum el grupo demuestra completamente su validez a nivel compositivo, artístico y justifica su categoría de banda influyente para toda la corriente rock que vendría de 2000 en adelante.