Disco Inmortal: IDLES-Joy As An Act Of Resistance (2018)

Disco Inmortal: IDLES-Joy As An Act Of Resistance (2018)

Partisan Records, 2018

Comprendiendo al “No Future” como parte constitutiva del carácter enunciativo del punk, pareciese que Lee Edelman (2004) llega para redefinir esta premisa y así poder articularla hacia una narrativa queer contra-hegemónica en la que el futuro no existe en marcos de capitalismo tardío, no hay futuro en tiempos de desesperanza ante el clima político y socio-cultural, pero particularmente no hay futuro en contextos de optimismo tóxico, porque pareciese ser que la política de la negatividad abraza a quienes históricamente han sido despojados, y es bajo esta arista que se construye uno de los discos más importantes de la carrera de IDLES.

“Joy As An Act Of Resistance” es el título del segundo disco de estudio lanzado por los bristolenses durante el 2018, y que a la fecha es considerado como uno de los discos más importantes de la década tanto por la potencia armónica, como por la simpleza técnica. A su vez, la impronta teórico-política que levantan por medio de la consigna que toma por nombre este LP, también permite dar cuenta del giro narrativo que el mismo post-punk profundiza desde el “No Future”, puesto que la resistencia como acto de alegría, tensiona concretamente los preceptos tradicionalistas del exitismo de una sociedad sujecionada.

El viaje político comandado por el quinteto irrumpe con “Colossus”, una tenue batería direcciona la entrada del bajo para así gestar el espacio perfecto del comienzo de lo que sería la enunciación culposa de una existencia sin pertenencia, una existencia alógena que no cae en lo estático de lo tradicional. Continuamos con “Never Fight a Man With a Perm”, un verdadero himno en que el materialismo histórico y la estratificación de clase dan sentido a la construcción dialógica reivindicatoria de la clase trabajadora. Con estrofas crudas y directas es que emerge un verdadero guiño a These Boots Are Made For Walkin’ de Nancy Sinatra, el cual se toma como una representación vívida de la concentración de poder jerarquizante en espacios de liderazgo, por lo que “One of this days this boots are gonna stomp all over you”, desarrolla la metáfora que denuncia la explotación laboral y reproductibilidad de la esclavitud en clave retail, por lo mismo es que en esta discusión acalorada, todas, todes y todos deseamos vociferar desde las entrañas “You are a Topshop tyrant, even your haircut’s violent”.

Seguimos con “I’m scum”, track en el que las referencias composicionales de los setentas dejan de manifiesto el background inspiracional del canto de los hooligans, un verdadero guiño sonoro a la borrachera de pubs, pero que reivindica la honestidad de las “escorias” que no pretenden darle la espalda al bajo pueblo eternamente excluido, sino que tensionan el exitismo grandilocuente visibilizando que la construcción de imaginarios de heroicidad, están marcados por constantes luchas de poder: “I don’t care about the next James Bond, he kills for country, queen and god”. En adhesión a esta línea argumental, es que “Danny Nedelko” aporta otra arista crítica a la supremacía hegemónica del hombre blanco, europeo, exitoso y productivo, puesto que cuestionan las construcciones culturales propias de una sociedad que cimenta en identidad una autoimagen de superioridad geo-localizada, y por consecuencia, social. Lo que pone de manifiesto este track es la realidad de la deuda histórica con la migración a nivel británico, pero que también es extensiva a los diversos territorios del globo mundial.

Con un cambio argumental rotundo, es que “Love Song” aparece como una verdadera bofetada a los imaginarios del amor romántico. Lo que comienza por ser una carta de amor a Beth, compañera de vida de Talbot, termina siendo un verdadero acto de visibilización de la profundidad del daño en las relaciones amorosas contenidas en preceptos patriarcales, paternalistas, dependientes, violentos y tradicionalmente tóxicos. “This Modern Love” es la arenga que particulariza este track, una alusión al track del mismo nombre de Bloc Party -o no-, pero que en concomitancia con la propuesta sonora de este tema, se permite conectar con un sentimiento de alerta, el mismo que nos provoca la pertenencia como encarcelamiento a una otredad en constante opresión.

Seguimos con “June”, track encargado de aportar la cuota melódica y nostálgica que caracteriza cada trabajo de estudio de los europeos. Casi cuatro minutos de duración comprende este tema, pero que duelen hasta la médula. Nos conectamos nuevamente con la muerte, pero esta vez de la mano de la primogénita no-nata de Joe Talbot. June vuelve a poner en tensión los imaginarios tradicionalistas de las conformaciones de las familias hegemónicas. “A stillborn was still born. I am a father.” es el juego de palabras en la que se exterioriza que la hija no-nata también existe aunque los preceptos conservadores de la reproducción estricta de la división del trabajo, obliguen a ocultar este nacimiento por el reduccionismo arbitrario de “la vida” y maternidades y/o paternidades.

Avanzamos a “Samaritans”, un track musicalmente apegado al protagonismo absoluto de las guitarras, pero que narrativamente se atreve a cuestionar la heteronomía cis-patriarcal de la masculinidad tóxica. Desde la exposición de verdaderos mandatos machistas, es que se permite avanzar a la autocrítica de la masculinidad bajo la metáfora de la máscara: “The mask of masculinity, is a mask… A mask that’s wearing me”, bajo este marco es que deja en evidencia la profundidad del encarcelamiento bajo las variables-pauta de lo social. Por lo mismo es que “I Kiss a boy and I like it” se transforma no sólo en un guiño a la visibilización de la diversidad sexual y tensionamiento a la agencia de la masculinidad tóxica, sino que también pone en juego la hegemónica tradicionalista de la segmentarización de géneros musicales como exclusivos para mujeres u hombres, ya que la frase es tomada del sencillo “I Kiss a Girl” de Katy Perry, por lo que nuevamente pone en jaque al puritanismo del hard-rock como estilos de “macho recio”.

“Television” es el track que cierra el segundo tercio del disco que pone a la música como acto de resistencia. Este tema fue escrito para la primogénita de Talbot, por lo cual la importancia de la solidificación del autoestima y autoimagen se transforman en el objetivo principal del track. “Love Yourself” es la arenga que da sentido a esta canción, y que también debería protagonizar nuestras vidas. Llegando al coro de este track, es que la potencia y fuerza de la libertad de ser nosotras, nosotres y nosotros mismos se materializa en la metáfora de romper espejos, como una aproximación tangible de los imaginarios de las bellezas hegemónicas, pero también un potente guiño al artwork de “Damaged” de Black Flag.

“Great”, “Gram Rock” y “Cry To Me” es la triada en que se cuestiona y tensiona constantemente los ideales de supremacía británica tanto como potencia económica, cómo a nivel de desarrollo social. La banda se atreve a cuestionar sin tapujos la idea de nacionalismo que se implanta y enquista en lo social, casi tan profundamente como la eugenesia en 1921, pero ahora las macro-premisas del darwinismo social están contenidas en el imperio de la Unión Europea, por lo que: “Blighty wants her blue Passport. Not quite sure what the union’s for”, no nos parece una historia tan lejana.

Cerramos el potente disco con “Rottweiler”, track que en cada show es presentado como un himno antifascista. Irónicamente esta fue la primera canción compuesta para este trabajo -y que ya venían dando luces del carácter de este LP en la gira de Brutalism-, por lo mismo es que el amplio interés en entregar protagonismo a la musicalización pone en el centro al equipo comandado por Joe Talbot, construido con la energía de Mark Bowen, secundado por la templanza y potencia de Lee Kiernan, seguido por la bestialidad de Adam Devonshire y talento de Jon Beavis.

Joy As An Act Of Resistance es un disco medular en lo que respecta al estudio del carácter del post-punk británico de los últimos 15 años. Este LP se destaca por la potencia enunciativa, denunciativa y depuradora al momento de cuestionar y tensionar los imaginarios de lo social rechazando abiertamente las brechas de las desigualdades históricas, desmarcándose con valentía de los discursos tibios, cobardes e insípidos. La particularidad de este disco en términos temporales, recae en el acronismo sobre el cual se suspenden las propuestas críticas de lo social, puesto que lo cuestionado durante el 2018, es lo mismo que seguimos tensionando en pleno 2022, y probablemente seguiremos analizando durante el 2053. En este sentido, Idles deja de manifiesto la necesidad de cuestionar constantemente nuestras acciones y trayectos existenciales, porque tal como lo declara Kate Millet en Política Sexual (1970) “Lo personal es político”, entonces La alegría es un acto de resistencia.  

 

Karin Ramirez Raunigg

De música, libros y otras cosas.

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