53rd and 3rd Records, 1989 El único disco de esta mítica banda Oriunda de Edimburgo,…
Disco Inmortal: Soundgarden – Louder Than Love (1989)
A&M Records, 1989
Un disco que claramente sacudió a más que los fans del rock alternativo o del grunge, a toda una generación. Un disco que trajo consigo innovaciones claras e importó influencias del rock visceral y crudo de los ’70 para convertirlo en algo completamente remozado y efervescente para su era. Un disco que si bien ha quedado algo eclipsado por las magnas entregas noventeras de la banda, hoy es fruto de culto entre sus fans de vieja escuela. Es el gran «Louder Than Love», el disco mas fuerte que el amor de Soundgarden.
Ni siquiera habían llegado los ’90, nos situamos en 1989, un año en que ya las bandas de Seattle estaban dando bastante que hablar; por un lado teníamos a Nirvana lanzando un explosivo disco debut lleno de furia, punk y noise como el incombustible «Bleach», y por otra parte empezaban a salir del anonimato bandas que la iban a reventar como Alice in Chains, que debutaría un año más tarde con el determinante «Facelift», y también ya teníamos un puñado bastante considerable de bandas que se enmarcaron en cuadro de honor lo que se llamó la tercera generación del grunge, tales como Screaming Trees, Tad, Mudhoney, Green River (de donde provendría después Pearl Jam), entre muchas más.
Pero el grunge propiamente tal desde inicios de los ’80 hasta esa fecha seguiría siendo «underground» y es Soundgarden con este «Louder Than Love» el grupo que daría el gran salto, al firmar con la discográfica multinacional A&M Records, el punto clave para la masificación y justo reconocimiento al estilo, aunque a buenas y a primeras sus fans lo consideraron una fatal traición, asunto con el cual Soundgarden tuvo que lidiar algún tiempo.
Del disco qué podemos decir: Soundgarden ya venía mostrando cosas interesantísimas, su LP debut «Ultramega OK» fue un disco crudo, denso, lleno de oscuridad y con un sonido muy garagiento, pero a la vez totalmente único e innovador. Pero la verdad se diferenciaba bastante este «Louder Than Love», acá el heavy metal y la influencia del rock clásico iba a ser preponderante, letras fuertes, alusiones claras al sexo y el machismo en un tono muy irónico y burlesco (‘Big Dumb Sex’), la política y la protesta ante la corrupción (‘Ugly Truth’), la ecología (‘Hands All Over’), entre otros tópicos, todo puesto ahí con una lírica muy ambigua e incoherente en varios casos.
El sonido fue brutal para la época, quizá podríamos catalogarlo a estas alturas como el disco más pesado de la banda, Chris Cornell con una agudez vocal casi única, Kim Thayil demostrando porque es considerado uno de los determinantes de la guitarra en el estilo, un inspirado Hiro Yamamoto en el bajo (este sería su último álbum con la banda) y Matt Cameron imprimiendo su fuerza característica y que mantiene hasta el día de hoy vigente tanto en Soundgarden como en Pearl Jam.
Una obra clásica del estilo, es curioso que justo en los mismos días que se lanzó el disco «Dr. Feelgood» de Mötley Crüe —quizá paradójicamente— considerando uno de los últimos discos relevantes del glam metal y casi como cediéndole el trono a Soundgarden y todo el recambio generacional y la dominación completa de los circuitos más masivos en el rock de aquí en adelante.
«Louder Than Love», tal como los grandes discos del grunge de finales de los ’80 sigue sonando fresco, ha pasado mucho con la banda desde su lanzamiento hasta la fecha, incluidos cambios de formaciónes y de estilo, así como también la banda facturaría otros discos esenciales como «Badmotorfinger», «Superunknown» o «Down on the Upside», y la verdad es que es reconfortante volver a escucharlo una y otra vez, más aún cuando los vimos grabando material nuevo después de tantos años, y que pese a la enorme pérdida de Cornell, fue una banda que marcó a muchos de nuestra generación y que lo sigue haciendo con las nuevas. Una banda que hizo brotar una devoción más fuerte que el propio amor en nosotros y que seguimos conservando prácticamente intacta hasta el día de hoy.
Por Patricio Avendaño R.