Disco Inmortal: NOFX – Punk in Drublic (1994)

Disco Inmortal: NOFX – Punk in Drublic (1994)

Epitaph Records, 1994

NOFX eligió a 1994 como el año en el cual lanzarían una de sus mejores obras: Punk In Drublic, una fecha donde según el calendario gregoriano se dio comienzo un día sábado y que fue elegido como el año internacional de la familia, del deporte y también en el cual se celebró el Mundial de Estados Unidos, donde vimos brillar a Romario, Bebeto y Dunga en una selección brasileña que se convirtió en tretacampeón del mundo.

En ese contexto aparecía una de las más importantes piezas del punk californiano en una gran etapa para el estilo. Un poco más de 35 minutos le bastaron a los oriundos de Los Ángeles para romper los esquemas del punk estadounidense y hacer una fiesta con cerveza, skate y playa. Tal cual. En su quinto larga duración hicieron sentir la intensidad de mediados de los años ’90 con potentes riffs, sonidos fiesteros y un vigor insaciable combinado con pasajes de mucho ska, cebada, beer, pilsener y… cerveza.

“Linoleum” es la bala que disparan para iniciar “Drunk in Public”, perdón “Punk In Drublic” (juego de palabras), una canción que contiene la riqueza máxima de estos cuatro chicos de la Costa Oeste. «Possessions never meant anything to me / I’m not crazy / Well that’s not true, I’ve got a bed, and a guitar / And a dog named Bob who pisses on my floor / That’s right, I’ve got a floor / So what, so what, so what?» («Las posesiones nunca significaron nada para mí / Yo no estoy loco / Bueno, eso no es verdad, tengo una cama, y una guitarra / Y un perro llamado Bob que mea en mi piso / Así es, tengo un piso / ¿Y qué, y qué, y qué?»). El sencillo contiene una letra que divaga en diferentes sentidos pero que no deja de ser interesante. Un sencillo que es una pieza fundamental para patinar o divertirse con los amigos y que en esos años, fue muy popular a pesar de no tener videoclip y que tampoco sonó en las emisoras de radio, sino que fue pasado de mano en mano (a lo vieja escuela) mediante CD o casetes por sus seguidores.

 

“Leave It Alone”, “Dig” y “The Cause” son las que prosiguen como una especie de introducción a lo que sería uno de los singles mejor valorados por la banda y sus fanáticos: “Don’t Call Me White”. La canción apela a los estereotipos de raza, el color de la piel y los prejuicios de las personas. Pero sabemos que Fat Mike y compañía siempre agregan algo más de su cosecha a su arte; sin embargo, dan énfasis a un trato de igualdad dejando de lado las manías y el rencor que generan este tipo de connotaciones. Es así como, en presentaciones en vivo, cambian la palabra “white” por la alemana de “Scheiße”, que significa mierda. Así que si alguna vez no entienden por qué se escucha diferente el siguiente coro «Don’t call me white, / don’t call me white / Don’t call me white, don’t call me white» («No me llames blanco / no me llames blanco / no me llames blanco / no me llames blanco»), no es porque hayan bebido o fumado de más, sino que es una manera que el ‘Gordo’ Mike tiene de decirnos una apreciación étnica.

Con trompeta y un ritmo ska nos encontramos con “My Heart Is Yearning”, luego “The Brews” ostenta ese sonido que explotó de buena forma Pennywise y otros de la escena, pero que a través de las guitarras de El Hefe y Eric Melvin dieron esos ápices de fiesta para hacerla un coro monumental de viernes por la noche. También encontramos, en este LP, una participación grandiosa de un ícono del punk femenino como es Kim Shattuck. Sí, la misma vocalista de The Pandoras y The Muffs hace una colaboración en “Lori Meyers”.

Un álbum que vendió más de 500 mil copias y que fue hecho solo para vender 1500 es un gran logro para una banda que se apegó a sus principios para lanzar un compilado de canciones que no dejan indiferente a nadie en un año donde el «Smash» de The Offspring y el «Dookie» de Green Day eran una suerte de versión pop del punk rock de california al lado de estos punkis destartalados. Aaron Abeyta (El Hefe) dijo en una entrevista concedida a Associated Press que consideraba que este fue el mejor disco que grabaron como banda y uno de sus preferidos. “No tenía idea de que iba a vender tanto. ¿Oro? Eso fue probablemente lo más alejado de nuestra mente. Pensé, ‘Wow, esto es genial, pero está bien, es música punk, ¿y cuánto dinero puedes realmente ganar en la escena punk?’ A partir de ahí, fue como si la montaña rusa acababa de despegar”, expresó.

NOFX, a pesar de que muchos los critican por estar en festivales promocionados en ocasiones por grandes multinacionales, siguen siendo la gran banda que nunca ha estado en el catálogo de las grandes discográficas, ya que siempre se han mantenido en la línea de la independencia absoluta. Décadas después Punk In Drublic sigue siendo una de las piedras angulares de la escena californiana que no necesitó la ayuda de MTV u otras cadenas televisivas para hacerse uno de los mayores nombres en el movimiento. Letras, por pasajes, muy complejas, pero con contenidos que son realidades cotidianas y con contextos que son la máxima de la sociedad fueron las armas que ocuparon para dar vida a este trabajo. El “PID”, que dicho sea de paso, fue escogido en el número 11 de los mejores discos de Punk Rock de la historia por parte de la revista Rolling Stone, rememora en todo sentido el espíritu de fines de los 70 cuando muchas bandas punk solo necesitaron hacer valer el “hazlo tú mismo” agregando una dosis de tus principios para triunfar sin tener etiquetas o grandes empresarios detrás de ti.

Por Bastián Cifuentes

Nacion Rock

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