Disco Inmortal: Pearl Jam – Ten (1991)
Epic Records, 1991
Fue el gran debut. un disco que nos dejó marcando ocupado a todos, con la banda recién empezándose a armar, de lo que quedó de Mother Love Bone, la banda del fallecido Andrew Wood, con Jeff Ament (bajo), Stone Gossard (guitarra), quienes se encargaron de reclutar a Dave Krussen (bateria), Mike McCready (guitarra) y a este surfista de las playas californianas conocido en ese tiempo como «el loco Eddie». Nada más ni nada menos que el gran Eddie Vedder, un tipo que a la postre se convertiría en la voz de toda una generación y ejemplo a seguir, y quien con el tiempo ha tenido muchos clones, pero que difícilmente han podido superar al original.
El disco empezó como una jam session de rock: improvisaciones, experimentos entre ellos, para lo cual quedaron estos pedazos de canciones que fueron unidos magistralmente en un trabajo muy bien logrado en equipo ya con la banda mejor compuesta.
Es asi como da vida Ten, abriendo con una intro dividida en 2 partes: ‘Master/Slave’ al principio y siguiendo el mismo sonido al final, que en cierta forma le da la forma de círculo al disco, invitando a escucharlo una y otra vez.
Es justo ésta la que precede en la apertura a ‘Once’, cancion que junto con ‘Alive’ y ‘Footsteps’ (que quedó como cara B) relatan un mini concepto de Vedder que describe una historia casi autobiográfica que habla de la pérdida de un padre y la locura como de tragedia griega de una madre que al carecer de su esposo tiene relaciones sexuales con su hijo al parecérsele físicamente.
Toda la fuerza de ‘Even Flow’ se deja caer en el segundo track, una entrada de guitarra con una energía poca antes vista y una pieza maestra del disco, revelando a un Mike McCready como no tan sólo un guitarrista ‘grunge’, sino más bien como un músico con notables influencias Zeppelianas y del rock clásico. Infaltable en sus conciertos y que siempre la extienden produciendo un clímax notable en sus presentaciones en vivo. De la notable ‘Alive’ qué decir, himno de la vida, emocionante cantarla una y otra vez, y de la fuerza de ‘Why Go?’nos saltamos a otro gran momento en este discazo: ‘Black’, canción llena de emoción y dolor y que habla de una fuerte ruptura que sufrió Vedder por una mujer de la cual estaba enamorado fulminantemente.
Acto seguido nos encontramos con ‘Jeremy’, otro himno que se acompañó con un notable video de un niño que es atormentado en su curso en la escuela, al punto que lo lleva a explotar emocionalmente, y ante el estupor de sus compañeros, se mete un arma en la boca y se dispara (no mata a sus compañeros como muchos pensaron). Este video trajo mucha controversia, lo cual derivó a la negación de la banda a realizar más videoclips, sino hasta 1998 cuando lanzaron el video animado para la canción ‘Do The Evolution’.
‘Oceans’ le sigue que es un tributo a las olas californianas y al surf, pasión de Vedder desde niño. Una neurótica pero notable ‘Porch’ marca la siguiente pista, ‘Garden’ entra con una guitarra llena de melancolía, este tema habla de los jardines de piedra, lo que se deduciría como un concepto que tiene que ver con los cementerios, el factor fúnebre, la muerte.
Las letras a veces se presentaron un poco abstractas, lo cual el mismo Vedder se encargó de confirmarlo y solamente recomendar dar a entender lo que tu mente quiera interpretar de ellas, indicando que era lo bonito del disco y sus letras, dar las opciones abiertas a estas segundas lecturas. Llega el momento final del disco con ‘Deep’ y el gran cierre con la maravilla encantadora de ‘Release’, el fade in da el paso para unas casi apocalípticas y dolorosas rimas de Vedder de despecho hacia la carencia que sintió por culpa de su padre, para culminar una obra maestra que precede al sonido mencionado al principio que también suena en la apertura.
«Ten» es a los noventa lo que fue para los setenta cualquier disco de Led Zeppelin, un disco que trascenderá de generación en generación, y que se ha transformado en la banda sonora de muchos de nosotros que crecimos con ese sonido, mas allá del fenómeno grunge y la exposición de ese estilo en los noventa, una obra inmortal que ya es todo un clásico.
Por Patricio Avendaño R.