Disco Inmortal: Ramones (1976)
Sire Records, 1976
1976 marcó el paso a una de las nuevas revoluciones musicales del siglo pasado, si bien la invasión brit en los sesentas fueron totalmente influyentes, o más tarde la explosión del grunge en los 90’s iba a ser decidora, este movimiento punk norteamericano liderado por estos cuatro desadaptados neoyorkinos iba a marcar tendencia. Era el punk rock americano, que ni siquiera apareció tan intencionalmente como respuesta a lo que hacían al otro lado del atlántico los Sex Pistols, pero que nacía con una honestidad brutal que luego iba a dar pie para verlos prácticamente ser dueños del mundo y de un sonido que marcó a toda una generación.
Los Ramones ya llevaban más de un año apoderándose de de los circuitos subterráneos neoyorkinos, usando el mítico CBGB como centro operacional, ya contaban con un lote de canciones más o menos abundantes como para empezar a llamar la atención ¡y vaya que lo hicieron! Sus típicas peleas en el escenario, sus atuendos que los hacían ver como una pandilla más que una banda de rock’n roll y su visceral despliegue escénico llegó hasta a asustar a muchos que no sabían que era precisamente lo que estaba ante sus ojos, tomados en broma al principio por los musicólogos de la época -tanto por su nombre como por su ruido y puesta escénica-, muchos no comprendieron la dimensión de lo que realmente estaba apareciendo. Bastó que finalmente la convocatoria se hiciera mucho más grande en 1975 cuando la revista Rolling Stone estuvo involucrada en un festival de bandas en el mítico local para que las miradas de la prensa y los ojos comerciales estuvieran puestos en estos cuatro desadaptados y su innovadora propuesta.
La historia-y la suerte- en 1975 empezaría a cambiar, con la llegada de Danny Fields, su primer mánager, los nexos con la gente «influyente» empezó a aparecer y la urgencia por grabar estas canciones se hacía cada vez más imperiosa. Sire Records, comandado por Seymour Stein iba a ser la casa discográfica que albergaría su flamante primera placa, un boom sonoro lleno de ruidoso punk pero con sonido pop, era algo ciertamente único y nunca antes visto que sentaba precedentes claros de un «nuevo orden» para la música en los Estados Unidos.
La condición impuesta por Stein para grabar el disco en su sello era que fuera un disco de «buenas canciones», requisito satisfecho totalmente y con creces, proponiendo esta cosa media surf rock, garagienta e hilada con letras algo ambiguas, oscuras, pero con mucho humor al mismo tiempo. El factor sarcasmo entrometido con toda una furia sucia, desdeñada, pero con melodías muy amigables. Ahí es donde aparece ‘Blitzkrieg Bop’, todo un himno y como apertura quizá la mejor bienvenida que te pueda dar un disco, una genialidad del baterista Tommy Ramone; ‘Beat On The Brat’ y ‘Judy is a Punk’ seguirían, canciones que necesitaban a como dé lugar ser editadas y que en el registro no pudieron haber quedado mejor acomodadas.
La lista sigue en un disco impactante, las canciones eran cortas pero intensas, e incluían temáticas diversas, Ramones no era la banda punk típica que replicaba lírica contestataria a destajos u «odio al sistema», la política era lo que menos importaba en su primera entrega. ‘I Don’t Wanna Walk Around With You» era una canción de amor, de esos patéticos amores que solía tener Dee Dee Ramone (imán de novias por decirlo menos problemáticas). También Dee Dee sería protagonista de la forma más polémica con ’53 and 3rd’, la famosa esquina de los suburbios de Nueva York, que a grandes rasgos habla de la prostitución del emblemático bajista con los llamados «Taxi boys» de aquellos lugares a cambio de heroína, era una verdad visceral que se contaba y que el propio Dee Dee se avergonzaba hasta sus últimos días, pero ahí está, contada fríamente con una especie de vuelta de tuerca .
El propio Joey lo diría en el imprescindible documental «The End of the Century»: «son canciones pero hay mucha vida y realismo en ellas”; ‘Now I Wanna Sniff Some Glue’, donde claramente habla del período en que la banda se juntaba a inhalar… ¡pegamento!, o también la cultura pop y las películas de terror tendrían cabida en «Chainsaw», inspirada en «Texas Chainsaw Massacre», la película de terror de culto de 1974. Había un sinfín de historias, todas contadas de esta forma lúdica y sarcástica que tanto caracterizó a los influyentes americanos.
Hubo exigencias de parte de Stein con algunas letras , es el caso de la frase «I’m a Nazi baby, I’m a Nazi yes I am» en «Today the Love, Tomorrow the World», por lo ofensivo y referentes claro de lo que la doctrina nazi podía provocar en sus mensajes, el director de Sire Records pidió casi en forma de súplica que la cambiaran, a lo que Johnny Ramone se negó rotundamente expresándole categóricamente: «si la sacamos o la cambiamos no seríamos honestos», en cambio de eso, quedó al final de la placa pero no por eso pasó desapercibida, al contrario, hoy en día es uno de los centenares de clásicos de la banda, tanto como ‘Havana Affair’ o ‘Loudmouth’ otros despliegues impresionantes de la placa, la primera una experiencia algo caribeña de un tipo como agente de la CIA en La Habana, Cuba y la segunda hablando del típico «bocón» infaltable en una relación de amigos, de banda, o en cualquier orden de cosas. Su estrofa única lo deja más que claro en lo que deberá ser una de las canciones que esgrime menos palabras de su carrera «You’re a loudmouth baby, you better shut up, i»m gonna beat you up, ‘cause you’re a loudmouth babe», es decir, «eres un bocazas y si no te callas te arranco el hocico de cuajo de un golpe». Actitud pura.
En fin, es un disco lleno de historias y musicalmente una joya que logra poner transversalmente melodías y crudeza al mismo tiempo. Gente de la industria y crítica especializada simplemente no se la podía creer al escuchar el primer resultado plasmado en disco de los neoyorkinos, un álbum que, pasados más de 35 años, aún suena como algo totalmente fresco, y eso que sólo era el comienzo de una extensa carrera plagada de canciones tal o más geniales, donde la identidad y actitud primaría por sobre todas las cosas.
Claramente los Ramones llegaron para quedarse, y claro, su contraparte de los Sex Pistols en Inglaterra devastaron sónicamente y fueron pioneros en la escena con su único álbum, pero justamente fue eso lo que los dejó como banda tan de culto: el lanzamiento de tan sólo UN disco, en cambio, los Ramones lo hicieron con su debut y la no despreciable suma de 14 discos de estudio, en una carrera totalmente productiva, que si no fuera por esta especie de «maldición» que los aquejó y las penosas muertes de sus integrantes fundamentales, no cabe duda que seguiría en pie totalmente y dando clases del estilo, tal como lo hizo este inmortalísimo debut homónimo.
Patricio Avendaño R.