Disco Inmortal: Rush – Fly by Night (1975)
Mercury Records, 1975
En los setenta, los músicos de Rush eran unos humildes jóvenes veinteañeros cumpliendo un sueño. Geddy Lee era hijo de padres judíos sobrevivientes del Holocausto en Polonia, que emigraron a Canadá y llegaron a ser de clase media-baja. Alex Lifeson también era hijo de inmigrantes europeos que huyeron después de la Segunda Guerra, desde Yugoslavia, y fue compañero de colegio de Geddy, donde forjaron una hermosa amistad que perdura hasta la actualidad. Por su parte, Neil Peart era un joven retraído e inadaptado, un voraz lector y víctima de bullying, para quién la batería fue clave para mejorar su autoestima. Su primera gira por Estados Unidos consistía en telonear a artistas como Uriah Heep, Manfred Mann, Thin Lizzy, Rod Stewart y Kiss. Eran meses de intenso trabajo tocando y viajando por esas tierras. Fue en ese contexto de gira donde escribieron el disco Fly by Night (1975), el primero con Neal, en que demostró que no solo era el nuevo baterista de la banda, sino que también escribía y componía, llegando a ser parte esencial de este monstruo llamado Rush.
El disco comienza con ‘Anthem’ que, desde su frenético inicio con una métrica en 7/8, nos demuestra la alta sincronización e intensidad de la banda. El nombre coincide con el título de la novela corta de Ayn Rand, cuya filosofía fue una tremenda influencia para Neal Peart. Las ideas de la polémica filósofa se podrían resumir en que el individuo y sus deseos deben estar en centro de todo como primera prioridad.
El verso “Live for yourself, there’s no one else more worth living for, begging hands and bleeding hearts will only cry out for more” (“Vive por ti mismo, no hay nadie más por quien valga la pena vivir, las manos que mendigan y los corazones sangrantes solo clamarán por más”) sintetiza bastante este pensamiento. Independiente de la opinión que cada uno de nosotros tenga respecto a estas ideas y sus aplicaciones en los distintos ámbitos de la vida, es cierto que constituyó parte fundamental de la filosofía de Rush como artistas y permite explicar parte de su éxito. El hacer las cosas por sí mismos, sin importar lo que dijera el sello discográfico o su audiencia, fue la tónica de la banda de aquí en adelante. De hecho, a la compañía discográfica no le gustó el estilo que estaban adoptando en Fly by Night, diferente al del primer disco, ante lo cual la banda siempre se mostró estoica. “Well, I know they’ve always told you selfishness was wrong, yet it was for me, not you, I came to write this song” (“Bueno, sé que siempre te han dicho que el egoísmo estaba mal, sin embargo, fue para mí, no para ti, que llegué a escribir esta canción”).
‘Best I can’ es puro rock and roll, con un riff principal sencillo y efectivo. Las letras, esta vez escritas por Lee, siguen la línea de empoderamiento personal ante la vida con una actitud auténtica, sarcástica y, por supuesto, rockera. El coro es claro: “I do the best that I can, I’m just what I am, I do the best that I can, well, I know what I am” (“Hago lo mejor que puedo, soy lo que soy, hago lo mejor que puedo, bueno, sé lo que soy”).
‘Beneath, Between and Behind’ es una historia épica y poética que ha sido interpretada como la historia de Estados Unidos, desde hace 200 años con la derrota del enemigo real hasta la traición de sus principios en la segunda mitad del siglo XX, por su puesto, bajo la óptica crítica de Peart. Musicalmente, sigue impresionando la impecable ejecución de los músicos. Es imposible que pase desapercibida la variedad de ritmos tocados en la batería, con absoluta precisión en cada golpe.
Uno de los puntos altos llega con ‘By-Tor and the Snow Dog’, la canción más larga del disco (8:37) en que la psicodelia y la experimentación están más presentes que nunca. Consiste en una historia épica separada en cuatro partes: (I) At the Tobes of Hades, (II) Across the Styx, (III) The Battle y (IV) Epilogue. Grandes momentos nos entrega la tercera parte, La Batalla, que es una sección instrumental que a su vez se divide en otras cuatro: (i) Challenge and Defiance simula la batalla entre los protagonistas de la historia, con Alex Lifeson mostrando total libertad y creatividad para hacernos viajar por estas escenas; (ii) 7/4 War Furor, tal como su título lo indica, presenta tensos compases en 7/4 y otras métricas irregulares, que a los amantes del progresivo tanto nos gustan, y la banda no deja de asombrarnos con su interpretación, volviendo a destacar Neil Peart con eufóricos fills en la batería; (iii) Aftermath es una sección ambiental que nos trae una bella tranquilidad que abre paso a (iv) Hymn of Triumph con un solo de Lifeson absolutamente épico.
Esta canción marca el comienzo para la banda de componer piezas largas y temáticas, con múltiples secciones y sus capacidades técnicas en lo más alto. Esta particular faceta la continuarían desarrollando en años posteriores. El álbum continúa con la canción homónima y su pegajoso coro: “Fly by night, away from here, change my life again. Fly by night, goodbye my dear, my ship isn’t coming and I just can’t pretend” (“Vuela de noche, lejos de aquí, cambia mi vida otra vez. Vuela de noche, adiós querida, mi barco no viene y no puedo fingir”), una oda al deseo de viajar, explorar, aprender y crecer. La manera de tocar las cuerdas de Lifeson, en esta y otras canciones del disco, enriquece enormemente la armonía de los temas y llena espacios que a priori pueden pasar desapercibidos. A su vez, las frases de Lee en el bajo siempre son interesantes, con un dinamismo que se complementa con el resto de la música. Por lo tanto, a pesar de que esta puede parecer una canción simple en estructura, está llena de detalles que la hacen bella e interesante, con el lenguaje manifiesto de Rush.
‘Making memories’ tiene un aire más folk y se puede entender por el contexto que estaban viviendo esos jóvenes músicos, viajando constantemente por diferentes ciudades y creando recuerdos. Una canción sencilla, inspiradora y optimista. El ávido interés en la literatura de Peart se vuelve a manifestar en Rivendell, inspirada, obviamente, en el hogar de los elfos en la fascinante Tierra Media creada por J.R.R. Tolkien.
Hay tres ingredientes que hacen que esta canción logre transportarnos a ese lugar encantado: los arpegios envolventes de la guitarra acústica, los sonidos y efectos de guitarra sin ataque contribuyendo al ambiente y la armonía, y la suave y clara voz de Geddy Lee describiéndonos la majestuosidad de este santuario. El resultado es magia pura.El disco finaliza con ‘In the end’, una canción agradable y fácil de disfrutar, con riffs sencillos y una letra clara y directa escrita por Lee.
Fly by Night es el registro de una etapa temprana en la evolución de esta legendaria banda. El debut de Neal Peart lo encaminó como el letrista principal, con un estilo inspirado por su interés en la filosofía y la literatura. Los tres músicos demuestran ser conocedores de sus instrumentos y juntos logran comunicarse y crear cosas bellas e interesantes. Se siente como un trabajo realmente auténtico, hecho por jóvenes que amaban la música y tenían algo que decir. Es un disco de rock bastante directo, donde se vislumbran las primeras incorporaciones de elementos progresivos con los que la banda se desarrollaría y alcanzaría la gloria en discos posteriores. Ya no tenemos a Neil Peart en vida, pero sí tenemos su obra que seguirá trascendiendo e influenciando generaciones en la historia de la música.
Por Christian Pizarro