Disco Inmortal: Skid Row (1989)
Atlantic Records, 1989
En 1989 comenzaba el ocaso del glam rock, subgénero del cual bebió MTV hasta el hartazgo, pero del cual surgieron bandas e himnos inolvidables. Y encasillados en este segmento, quizás porque venían auspiciados por Bon Jovi, Skid Row debuta en una competitiva escena con un disco magnífico, uno que tiene status de idolatrado pero del cual nunca se ha hablado lo suficiente. Sin embargo, en cualquier listado de “los mejores debut” , esta placa aparece en los primeros lugares. No en vano, el responsable de su producción fue nada menos que Michael Wagener.
El sello de Skid Row era la rebeldía. La exudaban. Y todo ese espíritu quedó estampado en su primer trabajo, un álbum de singles, de himnos. “Big Guns” es un huracán que abre de la mejor forma, con un ritmo endiablado, riffs roqueros que sirven de soporte al gran trabajo vocal de Bach; nos deja claro cuál será el camino que el grupo quiere llevar. “Sweet Little Sister” tiene más coros y más rapidez, al tiempo que “Can’t Stand the Heartache” sigue destacando las cualidades de Sebastian; la batería de Affuso y el bajo de Bolan le arropan por lo alto. Es una gran canción. Cuando llegas a “18 and Life” recuerdas que en ese momento nadie sabía que nos enfrentábamos a un tema bisagra, el que grabaría el nombre de Skid Row en un momento del rock. Es el típico hit de Michael Wagener, con un inicio melancólico y un bajo sólido e imprescindible; la voz poderosa de Bach, la guitarra perfecta y la irrupción a lo bestia del resto de la banda, emplaza el formato para seguir con esa mezcla de balada y medio tiempo que se metió en el corazón de una generación completa, para no salir nunca más de ahí. Los arpegios son de un gusto enorme y el tema está lleno de contrapuntos que desembocan en el mejor estribillo de la carrera de la banda.
“Rattlesnake Shake” es otro trallazo al estilo Wagner, mientras que “Youth Gone Wild” es pura rabia, es levantar el puño y gritar el estribillo fantásticamente diseñado. Bajo y batería a lo grande. “Makin’ a Mess” acelera y se pone en onda The Stooges, para entrar en cambio de ritmo y meternos en una extraordinaria balada: “I Remember You” es una guitarra acústica muy elegante y una voz angelical y desgarrada. El tema es pura emoción y el solo es inolvidable. Genial en todo nivel, otro himno entregado a toda una generación. Y por si fuera poco, “Midnight/Tornado” le da un toque metalero a la propuesta, como anticipando lo que vendría en su siguiente producción.
La portada es muy simple. La banda en blanco/negro con la letra en rojo furioso sobresaliendo completamente. Fue obra de David Michael Kennedy y Mark Weiss. “Skid Row” es un álbum redondo, en el que destaca la voz quebrada y rutilante de Sebastian Bach, quien además era un monstruo sobre el escenario y comprendía perfectamente cuál era el espectáculo; por supuesto que este protagonismo dañó la relación con el resto de los músicos y esto los mantiene enemistados hasta hoy. Por suerte, antes de separarse, hicieron el gran “Slave to the Grind”, pero el debut tiene su propio peso y ha logrado sobrevivir estoico. En la era de los segundos tiempos de bandas de ayer, es una lástima que Skid Row vea lejana la posibilidad de un refresh o de simplemente salir de gira y celebrar este álbum, el cual quedó grabado a fuego en el corazón de esa juventud.