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Disco Inmortal: Slowdive – Souvlaki (1993)
Creation Records, 1993
Souvlaki fue el segundo álbum de estudio de los ingleses Slowdive. Grabado en 1992 y lanzado el 1 de junio de 1993, lleva consigo una larga lista de sucesos que lentamente contribuyeron a su gestación, ya que mientras estaban de gira por Europa (promocionando su disco debut), fue cuando la banda comenzaría los bocetos para un segundo álbum. Aquel trabajo generó alrededor de 40 posibles canciones influenciadas por Joy Division y los álbumes Low y Lodger de David Bowie. Lamentablemente, al momento de presentar sus bosquejos, Alan McGee, director del sello Creation por ese entonces, no se impresionó para nada con el trabajo de la banda y lo rechazó. Decepcionados, el quinteto optaría por descartar todo el material y comenzar de nuevo. En mayo de 1992, contactan a Brian Eno para producir el disco. Aunque éste se negó, sí aceptó pasar unos días con la banda para las grabaciones del álbum. Ocho meses después de su estreno en el Reino Unido, Souvlaki sería lanzado en Estados Unidos por SKB Records, el 8 de febrero de 1994. El lanzamiento en Estados Unidos incluyó cuatro pistas adicionales: una versión de ‘Some Velvet Mornig’ (compuesta por Lee Hazlewood y originalmente grabada por Hazlewood y Nancy Sinatra a fines de 1967), y tres pistas de 5, su EP de 1993.
Anímicamente alicaído, Souvlaki es un álbum que nos conecta con un mundo de sonidos profundos y guitarras cargadas de efectos y retardos. Así parte ‘Alison’, abriendo el portal hacia un paraíso sonoro de bellas atmósferas, ásperas y abrasivas, pero también suaves, emocionantes y relajantes. ‘Machine Gun’, genera un ambiente de ensoñación con sonidos etéreos que se acoplan perfectamente con la calidez y suavidad de las voces de Rachel Goswell y Neil Halstead. Voces que, bajo una aparente quietud, parecieran estar envueltas en una pesadumbre difícil de rehuir.
El proceso de creación y grabación del disco se vio muchas veces truncado y no fue para nada fácil. En un estado emocional bastante frágil y afectado por su ruptura con Goswell (ambos integrantes terminaron su relación antes de comenzar a escribir y grabar el álbum), Neil Halstead decide abandonar temporalmente las sesiones y en el verano de 1992 viaja a Gales para permanecer un par de semanas solo en una cabaña. El Bajista Nick Chaplin y el guitarrista Christian Savill, fueron quienes persistieron la grabación del disco ante la ausencia de Halstead (aunque Savill reconocería después que sólo se quedaron grabando “canciones de broma”). A su regreso, Neil presentó un nuevo lote de canciones, mucho más duras y personales, como es el caso de ’40 Days’: “40 Days definitivamente trata acerca de sentirse miserable… sí trata sobre las rupturas”, comentaría años después. Su sonido (con guitarras mucho más afiladas, muy influenciadas por lo que para aquellos años estaba haciendo My Bloody Valentine), fue logrado en parte gracias al guitarrista Christian Savill, quien declaró haberse obsesionado con el sonido que Kevin Shields lograba en guitarras.
De las sesiones grabadas con Brian Eno nacieron ‘Sing’ (coescrita con este último) y ‘Here She Comes’ (donde además Eno toca los teclados). Dos piezas cargadas hacia la somnolencia gracias a rasgueos aletargados, sonidos retardados y sosegadas percusiones de acompañamiento. Después de trabajar con Eno, Halstead, quien sería el principal compositor de la banda, comenzó a tener más influencia de géneros musicales más experimentales como el dub y las primeras apariciones del drum and bass, al mismo tiempo que se inspiraba en bandas como Aphex Twin para obtener la atmósfera conseguida en ‘Souvlaki Space Station’: capas de sonidos, guitarras profundas y percusiones rítmicamente en trance.
El rasgueo de unas guitarras menos embebidas de efectos, afloran como enunciando una especie de renacer en ‘When the Sun Hits’, pero inmediatamente vuelven a sumergirse en un mar profundo de efectos y distorsión, contraponiéndose a la cálida voz de Halstead. Mientras que ‘Altogether’ y ‘Melon Yellow’ exponen un sonido mucho más volátil y apaciguado. La encargada de cerrar el disco sería ´Dagger’, que al igual que ’40 Days’, es parte del libro abierto que Neil Halstead muestra, ya que prácticamente todo el álbum trata acerca del amor y las desilusiones. Su propia experiencia al terminar su relación con Rachel, a quien conocía desde los 5 años, provocó que Neil comenzara a pasar más tiempo escribiendo solo, dando como resultado canciones bastante dolientes: “The world is full of noise yeah, I hear it all the time, and me I am your Dagger, you know I am your wound” (el mundo está lleno de ruido, lo escucho todo el tiempo, y yo soy tu daga, sabes que soy tu herida). Tristemente se extinguen los teclados, las guitarras acústicas y la voz de un abatido Neil Halstead, que pone fin a Souvlaki, súbita y sublimemente.
Luego de la llegada de Nirvana, por un lado, y el inicio del Britpop por el otro, el sonido shoegaze fue rápidamente perdiendo adeptos, hasta el punto de llegar a ser un término que muchos quisieron olvidar. Por lo mismo, Souvlaki fue recibido muy tibiamente por la crítica especializada de aquel entonces y sólo alcanzó el puesto número 51 en las listas de álbumes ingleses. La confianza de la banda permanecía en el suelo, debido a la mala recepción que tuvo su disco debut Just for a Day (1991), donde algunos medios no dudaron en caer en las críticas mal intencionadas. Aquel momento no fue fácil para la banda, ya que todo ello terminó afectando sus estados anímicos y la forma de composición: “Nos afectó ya que todos éramos adolescentes en ese momento (…) No podíamos entender por qué la gente estaba tan indignada por nuestro sonido que tuvieron que decirle a NME, o quien sea, que nos querían muertos”, decía su baterista Simon Scott en una entrevista en 2009. El reconocimiento llegaría décadas después, ya que Souvlaki actualmente es considerado uno de los clásicos del shoegaze y el dream pop, tanto así que Pitchfork lanzó en 2015 un documental sobre el álbum, como parte de su serie Pitchfork Classics. En 2016, el sitio web de la mencionada revista, incluyó a Souvlaki como el segundo mejor álbum de shoegaze de todos los tiempos, después de Loveless de los irlandeses My Bloody Valentine.