Disco Inmortal: The Mars Volta – Frances the Mute (2005)
Gold Standard Laboratories / Universal / Strummer, 2005
Si de discos “cabezones” se trata el Frances the Mute debería ocupar lugares de bastante avanzada en la historia de la música, y no hablamos simplemente de la teleserie sórdida y macabra en que está entramado, sino que también por su música que escarba en laberintos nunca antes yuxtapuestos, donde el rock clásico, la fusión experimental, el progresivo y los ritmos latinos albergan una de las más célebres obras de los genios de El Paso, Texas.
No se puede comentar este disco sin ahondar aunque sea un poco en su concepto, esta historia la verdad es que no tiene desenlaces explicables, el misterio que envuelve es tal que tampoco se sabe qué tan de cierto hay en la historia tras este libro, inspirado en un diario de vida de un personaje totalmente extraño y macabro como Cygnus, quien fue un asesino con un pasado terrible (su madre que nunca conoció fue violada y asesinada) prostituto, drogadicto y enfermo de SIDA que decidió esparcir su enfermedad a un sinfín de víctimas que se van relatando en la historia. Este sólo hecho da para análisis concienzudo, pero acá lo que también importa a grandes rasgos es la música.
El álbum de alguna manera tributa a Jeremy Ward, el ingeniero y músico muerto por sobredosis de heroína en la gira del “Deloused in the Comatorium”, quien trabajaba en una empresa como restaurador de autos y encontró este extraño diario de vida en la parte trasera de un vehículo con estos relatos y decidió hacer algo con él hasta que falleció, ahí es donde entró la adaptación de Cedric Bixler-Zavala que se inspira en los personajes, cada tema llevando por nombre uno de esta descendencia del mal, donde violaciones, asesinatos y traiciones hay de por medio.
El rock acústico Zeppeliano nos da el primer aviso de las influencias icónicas que se conjugan con esta fusión sin precedentes, eso, más la locura de un español mal hablado como a propósito, y las notas a mil por minuto influenciadas en cosas como Frank Zappa o King Crimson, ya nos dan la pauta de una joya que no viene a igualar a nadie, porque tiene identidad matemática y una visceral forma de llegar a sonar novedoso. Eso es ‘Cygnus’, sólo la apertura y la presentación del personaje principal que habla en primera persona.
Sin embargo, este disco cuenta con una de las pocas canciones “oreja” que tienen los Volta históricamente, un blues exquisito aderezado por un noise, sicodelia y arreglos notables, a estas alturas la guitarra de Omar Rodriguez-López deslumbraba por el hecho de que ya dominaba tanta música en su cabeza, que podía tocar estilo que le pusieran por delante y hacerlo magistralmente. ‘The Widow’ es la sórdida historia de una mujer que quiere ‘suicidarse’ infectándose de Sida por el protagonista de esta historia tras estar sumergida en una depresión debido a la muerte de su pareja (no se sabe bien si es homosexual o si el género es hombre o mujer), quedando encerrado en el enigma del disco.
Hay canciones apabullantes, demoledoras, cuando se trata de otro de los personajes clave ‘L’Via L’ Viaquez’ (la supuesta tía de Cygnus y quien presenció la violación de Frances), las guitarras de Rodríguez-López y John Frusciante explotan de improviso y derrochan intensidad, como entrapándose con lo macabro que hay tras las historias. Esta tía pese a contarle sobre su presencia en la violación oculta información relevante para llegar a los asesinos por miedo a los Búhos (‘The Owls) quienes amenazaron aparentemente con matarla. («Sin ojos me quieres dar una historia sin mi madre»), como canta Bixler-Zavala en español. Son más de diez minutos de locura que llegan a un cúmulo de percusiones latinas escuela Santana que te dejan con la boca abierta.
Y sí, este es el álbum de The Mars Volta que llega a reivindicar sus raíces latinas, las historias de los hechos y asesinatos se mueven geográficamente por Puerto Rico (país natal de Omar Rodriguez-López) y Ciudad de Juárez, México. Cuando se llega a ‘Miranda that ghost just isn’t holy anymore’ por ejemplo, que es cuando descubre Cygnus a su abuela en búsqueda de la verdad del brutal desenlace de su madre; Miranda, retratada como un “fantasma” y con sonidos atmosféricos fantasmagóricos y bastante tétricos en su entrada, luego se convierte a un progresivo, que revela líneas de bajo clásicas (sí, nuevamente nos suena a un King Crimson estilizado a los 2000’s). Por acá y sobre todo en el ocaso del disco es donde aflora lo más vanguardista, lo matemáticamente insano, este disco llegó con un sinfín de músicos para su propósito por lo demás, las incursiones de Juan Alderete al bajo fueron importantísimas. Flea reaparece esta vez con la trompeta en “The Widow” y un equipo bastante numeroso participó en los violines y en las percusiones latinas, los The Mars Volta supieron asesorarse enormemente en este sentido.
El final de la trama es lo más complicado, donde aparece Cassandra, una supuesta hermana gemela de Cygnus que viene a tratar de encajar la pieza del rompecabezas que faltaba para llegar a la verdad, pero no, no se revela mucho, dejándote verdaderamente intrigado sobre el final de la historia. Ha habido varias interpretaciones en todo caso, como que es el alter-ego de su abuela Miranda o la parte más retorcida en que se convierte propiamente tal Cygnus. La verdad es que el tema cierra un disco a la altura de las circunstancias, con subdivisiones que van de la sicodelia clásica al indie rock y a una furia y complejidad que hasta nos puede sonar a momentos de los más brillantes del Tool de “Aenima”. Su poesía perturbadora y el surrealismo de su letra es lo más complejo para poder llegar a una conclusión sana de toda esta historia, a decir verdad. También evoca mucho de la pérdida, de la desesperación de no encontrar la verdad, transmitiendo mucha tristeza además.
El disco te deja mucho, algo más que la historia, eso es lo mejor de todo, un disco que podemos seguir escuchando a través de los años y del que podremos ir descubriendo más y más cosas. The Mars Volta insistió en la complejidad a niveles abrumadores de ahí en adelante y antes con su debut relataron otra historia conceptual de las pocas vistas, pero es bien indudable que Frances the Mute es único en su especie.
Por Patricio Avendaño R.