Disco Inmortal: The Rolling Stones – Sticky Fingers (1971)
Rolling Stones Records, 1971
«Sticky Fingers fue la primera ocasión en la que añadimos trompetas, por la influencia que tenían en nosotros Otis Redding y James Brown”, fueron las sinceras palabras de Charlie Watts en una entrevista realizada el 2003, exactamente 32 años después de haber sacado la novena placa en Reino Unido y la undécima en los Estados Unidos por parte de los prolíficos Rolling Stones.
En sentido estricto de la palabra, este disco puede ser elegido como una de las obras máximas de los Stones y del rock, pues es el primer larga duración de la banda, donde se incluyen los sonidos más clásicos y que influenciaron a la agrupación como son el blues, rock ‘n’ roll, country y rhythm and blues. Así tal cual lo lee. Y no es que lo digamos acá, pues lo avaló la crítica especializada por cada canción hecha. Pero más allá de eso, el mejor espaldarazo que recibió el disco fue el que alcanzó a través de los charts, ya que se encumbró rápidamente a los números 1 tanto de Inglaterra como de los Estados Unidos por su espléndida realización que estuvo a cargo de Jimmy Miller.
El LP abrió por primera vez sus ojos el 23 de abril de 1971, pero se estuvo gestando dos años antes. Se tomaron su tiempo los liderados por Mick Jagger para poder realizar con todas sus influencias un disco que imprimiera su sello. Incluso, esta placa fue la primera que sacaron bajo su propia discográfica Rolling Stones Records; y sin ir más lejos la portada del disco, que es sumamente insinuante, estuvo bajo la estricta realización de dos artistas que en esos años eran la vanguardia: Craig Braun y el célebre Andy Warhol. Con el particular estilo Pop Art de estos dos virtuosos dieron a los Stones el distintivo ideal: una lengua y los labios prominentes que hasta el día de hoy demuestran sin palabras a qué banda son atribuidos.
«Brown Sugar” que es la canción que abre los fuegos en el disco es una de las más polémicas. Todo esto debido a que se tocan temas que para ese entonces y que algunos hasta el día de hoy siguen siéndolos, como el uso de drogas alucinógenas, sexo interracial, esclavitud y sadomasoquismo. Sin embargo, el riff de Richards le dio un toque de maestría y el ritmo de los demás integrantes le atribuyó a que fuese un imperdible de las fiestas de antaño, sin dejar de lado lo controversial que podía ser a la hora de analizar las letras tabúes que implementaron. El single que estaba compuesto ya en 1969, tuvo que ser incluido en este disco, debido a que hubo una disputa legal contra la antigua casa discográfica que impidió que saliera al mercado.
Azúcar morena, cómo sabes tan bien / Azúcar morena, justo como una chica negra debería / Apuesto que tu mamá era reina del circo / Y todos sus novios eran dulces adolescentes / No soy un inocente pero sé qué me gusta / Deberías haberme oído a la medianoche.
“Wild Horses” es una balada eminente, donde a muchos de los seguidores de la banda les hubiese gustado haber estado en aquellos estudios de Alabama, llamados Muscle Shoals Sound, donde también grabaron “You Gotta Move” y la anteriormente nombrada “Brown Sugar”. En propias palabras de Jagger, la canción “Wild Horses” no tiene nada que ver con su fallida relación con la actriz y cantante Marianne Faithful: “Todo el mundo siempre dice que esto fue escrito sobre Marianne pero yo no lo veo así, todo eso estaba ya acabado por entonces. Pero me encontraba tremendamente conmovido por esta canción”. La frase fue elocuente, pero para muchos la canción tiene toques sensibles por parte de Richard y Jagger debido a situaciones complejas y personales que estaban viviendo. Sin ir más lejos, la misma Faithfull participó en la creación junto a Jagger y Richard en la composición “Sister Morphine”, que viene siendo la octava canción del Sticky Fingers.
“Can’t You Hear Me Knocking” es una de las canciones más psicodélicas de la banda. Aquella sensación de que pudieron haberle hecho algunos guiños a Santana no sería nada de raro, pero el track tiene por sí solo la elegancia y sinfonía de los Stones, donde nos hacen viajar por una atmósfera irreal, en la cual el saxofonista Bobby Keys nos entrega lo mejor de él, acompañado por las guitarras de Richard y Mick Taylor, quien fue el reemplazante del fallecido Brian Jones. Esta canción es una de las ensoñadoras de los ingleses y fue por ello que estuvo en la cinta de 1995 de Martin Scorsese, Casino, que fue protagonizada por Robert De Niro, Sharon Stone y Joe Pesci, entre otros.
En “Bitch” el toque magnífico de Keys en el saxofón es perfecto y magnífico para materializar junto al trompetista Jim Price una de las mejores canciones del álbum, dejando al oyente aquel gusto de que los Rolling Stones obtuvieron una maduración absoluta en cuanto a sus sonidos. No obstante, es necesario hacer hincapié en que el disco de principio a fin, o sea, los 46 minutos que dura la obra es indispensable. Comenzando con “Brown Sugar” y los temas prohibitivos de la vida, pasando por una balada redentora y llena de magia como “Wild Horses” o llevándonos a mover nuestras manos en una imaginaria guitarra como en “Can’t You Hear Me Knocking”, donde es amo y señor aquel tipo que llegó a suceder a Johnson, como fue Mick Taylor. Sin más que escribir, y con el hecho de que acá hablamos de los Stones, sólo queda sentenciar en que si ves este disco por algún lado, ya sea en formato cassette, vinilo o CD, no dudes en adquirirlo, pues te darás pagado por la elaboración con “Dedos pegajosos” en la cual recurrió Jagger y Richard para dar vida a este trabajo.
Por Bastián Cifuentes A.