Disco Inmortal: Whitesnake (1987)

Disco Inmortal: Whitesnake (1987)

Geffen / CBS Records / EMI Records, 1987

Whitesnake cerró su contundente primera etapa (1978-83), influenciada por el blues, para darle espacio al rock pesado con el disco Slide It In (1984). Y aquello sería una muestra de la turbulencia que tendría la banda de David Coverdale en lo que restaba de década. Partiendo por el hecho de que existen dos versiones diferentes de esa placa: la europea, que contó con la dupla de Mel Galley y Micky Moody en guitarras; siendo el último bastión que los unía al sonido inicial. En la versión americana la única guitarra quedó en manos de John Sykes (ex-Tygers of Pan Tang, ex-Thin Lizzy). Esta última formación fue la que prosperó, junto a su bajista original Neil Murray y con Cozy Powell en la batería, girando por el siguiente par de años; destacando presentaciones como el festival Super Rock que pasó por Japón, o el gigantesco par de fechas del primer Rock in Rio en Brasil. Pero pese a las buenas críticas, el mercado estadounidense todavía le era esquivo a la Serpiente Blanca.

El sucesor debió de salir a fines de 1986, pero incluso antes de las grabaciones se comenzó con el pie izquierdo. Powell se encontraba incómodo dentro de la banda y terminó presentando su renuncia, dejando libre la vacante de baterista; siendo ocupada por el veterano Aynsley Dunbar, quien tuvo pasos por Frank Zappa and the Mothers, David Bowie, Lou Reed, Journey, Sammy Hagar, etcétera. También una sinusitis, que derivó en una operación de tabique nasal, dejó a Coverdale fuera de combate por los siguientes seis meses. Fue en este periodo en que John Sykes planteó la idea de conseguir un nuevo vocalista, tratando de aserruchar el piso como se dice lo hizo un par de años antes con Mel Galley —aunque otras fuentes apuntan a un ejecutivo del sello Geffen, John Kalodner, como el responsable de la americanización de Whitesnake. Este hecho le valió una furiosa expulsión apenas grabó todas sus partes; pero que pese a todo brilla de manera bestial, consagrándose como un héroe de la guitarra.

Bajo ese contexto, se lanzó 1987 el 7 de abril del presente año en su versión europea; en Estados Unidos quedó como homónimo, y en Japón se le bautizó Serpens Albus. El primero cuya portada mostró el sello circular con las iniciales WS, y que desechó la tipografía con forma de serpiente que acompañaba desde casi el inicio. Con pasos por estudios de grabación en Vancouver, Toronto, Bahamas y Los Ángeles; tras las perillas se encontraba en un comienzo Mike Stone y el proceso lo terminó Keith Olsen, por primera vez prescindiendo del inmortal Martin Birch —que en ese momento se encontraba a cargo de Somewhere in Time de Iron Maiden. Para el desglose nos centraremos en la primera versión nombrada, que cuenta con dos canciones extra.

La apertura está a cargo del que también fue el primer single: Still of the Night. No necesita mayor presentación; inmensa, magistral y monumental. Aquí queda en claro la importancia de John Sykes y de cómo es capaz de hacer sonar las seis cuerdas. Comenzó como una maqueta desechada de Deep Purple, a mediados de los 70’s, hecha por Ritchie Blackmore y Coverdale; y que este último encontró de manera fortuita una década después. Le quitó cualquier elemento blues que tuviese, y subió el volumen hasta reventar los amplificadores; de paso dejándola de manera vitalicia como la última canción de cualquier concierto de la banda. El clip además cuenta con la presencia estelar de Tawny Kitaen —que ya había aparecido en un par de portadas de Ratt, como en el video de Back for More; y que por ese entonces terminó emparejada con Coverdale y dio de qué hablar por este trabajo —junto a dos más en esta placa, elevándola al nivel de ícono sexual.

En la misma línea le continúa Bad Boys, caballito de batalla en vivo, que no le quita el pie al acelerador y que también se hace presente en Give Me All Your Love. Este último se transformó en el quinto y último single —y en el formato single fue re-grabado en 1988, esta vez con Vivian Campbell en guitarra; ofreciéndonos en el videoclip tomas en vivo de la gira Snake, Rattle and Roll, de la que nunca se ha visto ningún registro audiovisual hasta la fecha. La primera exclusividad de la edición europea es marcada por la melancólica Looking for Love; consiguiendo que uno se pregunte cómo es que quedó olvidada de esa manera, si puede enfrentársele de tú a tú a cualquier otra lenta que esté en el repertorio del grupo. Crying in the Rain, otro de los singles, es una re-grabación de un tema ya publicado en el disco Saints & Sinners (1982); pero cambiándole por completo el sonido, dejándolo en clave heavy metal. Es aquí, a mitad de la canción, donde en vivo siempre se sitúa el solo de batería.

Is This Love partió siendo un encargo, hecho para Tina Turner, pero que a última hora se la terminaron quedando. Canción motelera por antonomasia. Si alguien le queda alguna duda de lo grande que llegó a ser Whitesnake en ese punto, es cosa de detenerse en el videoclip —en el que vuelve a aparecer Tawny Kitaen; al que no se le dio respiro en MTV, haciendo rodar la bola de nieve y que nos muestra la cultura dominante a fines de los 80’s. En ese ritmo de bajas revoluciones, se remata con los tonos más dulzones de Straight for the Heart y Don’t Turn Away; casi de manera hermanada y que comparten el mismo bajo perfil.

Children of the Night corrió con mala suerte, un himno innato de grandes arenas y estadios, que quedó relegado como una especie de apéndice; escuchándosele en vivo sólo el coro en una pequeña pausa a la mitad de Bad Boys.  Como otro de los singles, y carta fuerte, está Here I Go Again; otra versión re-grabada del ya mencionado Saints & Sinners —ambas vueltas a hacer, se dice, por presión del ejecutivo de Geffen que aprovechó la influencia que tenía sobre Coverdale. La única del álbum en que John Sykes no alcanzó a grabar el solo de guitarra, quedándole de tarea a su sucesor Adrian Vandenberg.

En tanto las teclas, de manera ineludible, quedan a cargo de un hombre púrpura; originalmente labor hecha por Jon Lord, y en la versión remozada por Don Airey —que lo reemplazaría en Deep Purple desde 2002 hasta el día de hoy. Esta vez mucho más cargada al sintetizador, y como dato trivia reemplazándose una palabra del coro: “like a drifter I was born to walk alone”, en lugar de “like a hobo…”, para evitar ser confundida con homo (sexual). Otra vez en el videoclip Tawny Kitaen se roba la película, esta vez con un vestido de seda semi transparente encima del capó de un Jaguar JX6. Y, parar cerrar estos 53 minutos, la otra exclusividad de la edición europea: You’re Gonna Break My Heart Again, con un arranque de batería con toques primigenios; y con una guitarra tan pesada como las intervenciones vocales.

Terminaron lanzándose casi a la vida, con una deuda en estudios de grabación que se empinaba sobre los tres millones de dólares, por las demoras y diferencias creativas donde John Sykes se volvió un verdadero dolor de muelas. Pero a fin de cuentas el disco ganó el estatus de multi platino, vendiendo varias decenas de millones de copias, y peleándole de cerca a las figuras que llevaban la batuta; por ejemplo a Bon Jovi que en por entonces se encontraba en la cresta de la ola. El indiscutible gran legado de Whitesnake, y que sólo disfrutó Coverdale; puesto que apenas la placa quedó lista los sacó a todos a sangre fría, contando para el tour mundial con una nueva formación: los ya mencionados Adrian Vandenberg y Vivian Campbell en guitarras, Rudy Sarzo en bajo y Tommy Aldridge en batería. Y si hay alguna queja al respecto, a alegar a la FIFA.

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