«All Hope Is Gone»: la furia y el corazón de Slipknot
Roadrunner, 2008
Habían debutado en 1999 con su disco homónimo, el cual hizo explotar las radios de todo el mundo, las cabezas de sus seguidores y la crítica especializada con un sonido detonador en todo su espectro. Ya estaban con una madurez en cuanto al sonido y su estilo, evolucionando por casi una década para dar a luz a “All Hope Is Gone”, el primer LP que se convirtió en número uno en los Estados Unidos para Slipknot.
Sus máscaras y el sonido que disfrutan expresar a través de una brutalidad elocuente, sigue dividiendo hasta el día de hoy a los fanáticos de la escena del metal. Para algunos, son unos aparecidos con disfraces tratando de hacer rock y, para otros, son el sonido de la vanguardia del nuevo metal. Sin embargo, hasta sus fanáticos más acérrimos se han quejado de su cuarta placa que es una de las más accesibles de la banda. Este último detalle “accesible” ha sido el que más han recalcado como el abandono del terror que sembraron a finales de los 90 y principios del 2000.
Desde el primer segundo el álbum ostenta un sonido más liviano que sus antecesores como Iowa o Vol. 3 (The Subliminal Verses), pues experimentan más a fondo con ciertos ritmos, letras y usos de instrumentos musicales -no tan ocupados por ellos- como las guitarras acústicas. “Snuff” viene siendo una suerte de power ballad, la cual tuvo una gran aceptación en los charts mundiales, llegando a los primeros lugares, pero es muy parecida al sonido que utiliza, muy a menudo, Corey Taylor en Stone Sour. Aquí hubo comparaciones y críticas. No obstante, el tema sigue siendo un éxito y, a veces, lo interpreta Taylor para darle un homenaje póstumo a Paul Gray, quien murió meses después de publicado el tema.
«And the rain will kill us all» («Y la lluvia nos matará a todos»), dice parte de la letra de “Psychosocial”, otro de los singles del LP y uno de los más aclamados de este álbum. Esa frase, fue la que ocuparon varios integrantes de la banda para reafirmar que el tema en cuestión no tiene un significado satánico, sino que toca tópicos como la lluvia ácida y una forma íntima de la banda de representar su visión apocalíptica del mundo. No obstante, para los más puristas, este track es otro que suena parecido al trabajo de Corey Taylor. Las quejas iban y venían, pero la banda sumaba y sumaba ventas en todo el mundo a un ritmo inusitado para los originarios de Des Moines.
“En vez de quejarme sobre lo que ha ido mal en mi vida, me quejo de lo que va mal en la vida y punto”, dijo en una entrevista a Billboard, Taylor, acerca de las letras que contenía el cuarto LP. Directo y sin preámbulos. El frontman argumentó, además, que las líricas iban como un ataque directo a los malos manejos del gobierno de George Bush que ya llevaba dos periodos ejerciendo como presidente de Estados Unidos. Desde el 20 de enero del 2001 hasta el 20 de enero del 2009, Bush estuvo en el centro de los ataques de las bandas de rock, debido al manejo de su política interna y sobre todo externa, la cual comprendió los ataques a las Torres Gemelas y las Guerras de Irak y Afganistan. Tampoco debemos obviar los problemas que mantuvo en la economía local y las pobres condiciones de la salud y educación en el país de Norteamérica. Asimismo, el vocalista hizo referencia a que hay momentos del disco en donde le da varios golpes a la clase dirigente que se ofuscó, en su momento, por los que estuvieron en contra del conflicto armado en Vietnam.
“Butcher’s Hook” y “Gematria” exacerban los riffs en cada momento de agresividad que desatan al unísono con esos potentes gritos de Corey y la banda. «Dead Memories» es otra de las propuestas que se encuentra en este abanico de sonidos que dura 55 minutos en los cuales van dejando un poco de lado las estrambóticas percusiones y guitarreos a pesar de que para los más exotéricos seguidores (no iniciados) su música sigue sonando igual que en sus inicios.
El arte del disco viene en gran medida por las ideas de Shawn Crahan, quien fue el que expuso su visión sobre lo que querían reflejar en esta placa. En ese sentido, mezcló la esencia de la película inspirada en el texto de Stephen King’s, Children Of The Corn (1984) y las obras de Jake y Dinos Chapman, los cuales se caracterizan por realizar arte provocativo que llama a la reflexión sobre ciertas temáticas globales en la historia. Crahan refutó en varias ocasiones las problemáticas mundiales que atravesaba el orbe a finales de los 2000 en las entrevistas que dio y sobre todo las formas de gobernar que impuso el presidente número 43 de EE. UU: “no puedes cortar todo el suministro de petróleo del mundo y pensar que el mundo siga funcionando. Pero ¿no resulta más vergonzoso que no pongamos más empeño en solucionar los problemas?”.
La placa tiene bastante contenido político, teniendo una carga crítica hacia los estamentos dirigentes del gobierno estadounidense en varios pasajes. Con un sonido más rock que metal y con varios tintes de Stone Sour, es un trabajo muy bien logrado para los oriundos de Iowa. Desde la frase “America is the killing name” de “Gematria” que nos va introduciendo en el descontento de la banda y eso es lo que más envuelve de este disco: sus letras. El sonido es más liviano que sus antecesores trabajos, pero, en este, denotamos la furia, el corazón y la mente de cada integrante para concretar un LP redondo y con un mensaje claro: no toda esperanza está perdida mientras exista Slipknot.