La banda icónica del grunge y Riot Grrrl debuta en Chile Uno de los brazos…
“El corporativismo es el demonio para el rock alternativo” o por qué el Riot Grrrl sigue siendo muy relevante hoy en día
En febrero del año 2012, la banda de punk rusa Pussy Riot, perteneciente a un colectivo feminista, irrumpió en una catedral de Moscú para protestar en contra de la iglesia y el gobierno de Putin. Antes de ser detenidas habían alcanzado a cantar ¨Punk Prayer”, una letra que hablaba sobre la inclusión de la mismísima virgen María a la causa feminista que llevaban como bastión de lucha. Las chicas en esa oportunidad, no pudieron librarse de una condena de casi dos años de presidio. Fue un hecho bastante sorpresivo y que dio la vuelta al mundo, pero la verdad es que sus fundamentos como colectivo y sus manifiestos datan desde mucho tiempo atrás, mas bien desde los orígenes y las claves de uno de los movimientos más provocadores de los últimos 30 años: el denominado “RIOT GRRRL”.
Los orígenes datan desde la década de 1990, en la ciudad universitaria de Olympia en el estado de Washington, donde las mujeres jóvenes se sentían oprimidas y hastiadas dentro de una sociedad dominada por el machismo, el sexismo y el patriarcado. Es así como comienzan a estructurarse a través de diversas jornadas de conversatorios, reuniones abiertas y activismos organizados por correspondencia con ideas que circulaban en fanzines de la época y en todo tipo de expresiones artísticas y plásticas que estuvieran a su alcance. Uno de esos vehículos de difusión precisamente era la música.
Y desde esa perspectiva, grupos integrados en su mayoría por mujeres deciden llevar como bandera de lucha la famosa frase del “D.I.Y” (Do It Yourself) o el “hazlo tú mismo” que terminó por excluir las pretensiones de grandes casas discográficas que constantemente querían reclutarlas en sus catálogos y grabar sus discos. Optaron a su vez, por canalizar su música a través de sellos independientes como K Records, ubicado en Olympia. Y una de esas agrupaciones fundacionales que seguían esa premisa, era la banda local llamada Bikini Kill, con la voz inconfundible de Kathleen Hanna. Ellas acusaban: “El corporativismo es el demonio para el rock alternativo”, un concepto que llevarían como emblema durante toda su carrera musical.
La otra ciudad que vinculaba la creciente escena punk con Olympia, era Washington D.C. que rescataba la visceralidad del hardcore disonante e independiente con conceptos bien politizados que potenciaron al movimiento; en primer término a la masificación geográfica y luego a la construcción de comunidad y cohesión. Las otras bandas que completaban este activismo eran Bratmobile, liderada por Allison Wolfe que fue quien acuñó la palabra Riot Grrrl y el grupo Heavens To Betsy también de Olympia.
Sin embargo, y producto de la mixtura entre hombres y mujeres que se daba en las tocatas, se evidenciaban también tensiones entre los jóvenes punkies que pasaban rápidamente a estrellarse a golpes unos con otros en los ’pogos’ que provocaban. Frente a eso, las mujeres presentes tomaron la actitud de unirse entre ellas y optaron por parapetarse en las primeras filas tomadas de la mano en una clara postura de autodefensa. De ahí viene el concepto de ‘mujeres al frente’.
Por otro lado, uno de los hitos importantes que tuvo el movimiento Riot Grrrl fue la jornada de música organizada por el sello K Records de Olympia en Agosto de 1991 llamado International Pop Underground Convention, un festival de música independiente donde participaron bandas como Fugazi, The Melvins, Beat Happening, Jad Fair,L7 y Bikini Kill entre otras, donde destacaban los códigos por el trabajo independiente en un año que tuvo especial relevancia producto del estallido del grunge a cargo del factor Nevermind de Nirvana y el Ten de Pearl Jam.
Sin duda alguna, el movimiento Riot Grrrl fue creciendo en el tiempo a cargo de una ética feminista que solo trata de igualar la cancha al menos para descomprimir una contracultura dominada por el sexismo y el machismo imperante entre nosotros. Debemos ser capaces de creer firmemente en una sociedad que sigue adelante y que poco a poco comienza a abrirse paso con nuevos métodos de conversación en la sociedad actual y que siga dando forma a los principios éticos del legado ’Riot Grrrls’ como parte importante de lo que nos dejó la música de los noventa.