El histórico día que Metallica entró al estudio a grabar «Kill ‘Em All»
Es uno de los discos de cabecera al momento de revisar lo mejor del thrash mundial, sin embargo, es una especie de milagro que Kill ‘Em All sea todo lo tan grande como es, teniendo en cuenta las circunstancias precarias de su creación.
Grabado con un presupuesto muy reducido (alrededor de U$ 15,000) pagado en cuotas y del propio bolsillo del mánager de la banda Jonny Zazula y de la propia banda, en que sus pocos recursos se los gastaban en alcohol (acá bien ganado tenían el apodo de Alcohólica) hay que sumar que la banda despediría a su guitarrista principal y uno de sus principales compositores (Dave Mustaine) a solo cuatro semanas antes de entrar al estudio. Es ahí donde entra Kirk Hammett, apenas un mes antes de que comenzaran las sesiones del álbum.
Los conflictos en curso de Metallica con el guitarrista Dave Mustaine se habían deteriorado hasta el punto en que la banda no tuvo más remedio que traer un nuevo recluta para las sesiones de grabación. Lo de Hammett fue un poco a «modo urgencia», pero la historia dictó otra cosa para el fiel guitarrista de la banda. La vacante de Metallica fue una oportunidad de oro para él, «Tenía una semana para aprender las canciones», le dijo a Music Radar en 2008. «Al final de esa semana volé y tuve una semana para ensayarlas , y luego empezamos a tocar en shows. Cada show siguió mejorando».
Disco Inmortal: Metallica- “Kill ‘Em All” (1983)
Pero cuando llegó el momento de ir al estudio, Jonny Zazula, el mánager de la banda, insistió en que Hammett recreara los solos de Mustaine en el álbum. «el dijo: ‘Sabes que tienes que tocar los solos de Dave’. «Dije que realmente no quería». Luego dijo: ‘Sé que son los solos de Dave pero luego puedes llevarlos a otro nivel’. Era un joven de 20 años, puesto en una posición así, no querrás mover demasiado el bote, especialmente siendo el chico nuevo de la ciudad, el chico fresco. Así que dije: ‘Claro’. Eso es exactamente lo que hice. «Tomé los primeros cuatro compases de la mayoría de los solos y los cambié», recuerda Kirk.
El boca en boca había dictado que Metallica ya tenían cierta fama de ser grandes en vivo, pero todavía tenían relativamente poca experiencia con la grabación en estudio. Desafortunadamente, su productor era el dueño del estudio de Music America, Paul Curcio, quien pensó que los tonos de guitarra brutalmente saturados de James Hetfield sonaban demasiado mal. Fue una verdadera piedra en el zapato el hombre de la producción a decir verdad y casi el álbum no sonó como lo escuchamos ahora debido a su poca visión metalera.
«Curcio había producido los álbumes anteriores de Santana», recordó Zazula en Metallica: The Complete Illustrated History de Martin Popoff, «y estaba mezclando a Kirk como Carlos Santana… llegó al final del álbum, después de haber finalizado la grabación, y James estaba casi deprimido, así que dijo: ‘Jonny, esto no es lo suficientemente pesado’. Así que entramos y pedimos a James que rehiciera todos los ritmos, con el sonido poderoso y metálico por lo que la banda es ahora famosa».
Zazula fue un gran héroe en toda esta historia. Como resultado, él y su esposa Marsha decidieron formar su propio sello, Megaforce Records; La pareja reunió el dinero que hicieron con Rock N Roll Heaven, una tienda de discos en un mercado de pulgas en la Ruta 18 en Nueva Jersey, que era una meca para los fanáticos del metal. «Pensé que, si pudiéramos comprar registros de un distribuidor, ciertamente podríamos venderlos para grabar», recordó Zazula. Megaforce Records se creó para lanzar el álbum, porque nadie más quiso publicarlo en ese año. Una verdadera locura.
Ya son más de 35 años de la salida de este álbum y sigue sonando fresco, fue uno de los grandes aciertos de la banda, que por cierto cambió de productor y estudios para el siguiente paso, que fue ese magnífico «Ride the Lightning», lo que sin duda nos da para otra historia.
Por Patricio Avendaño R.