Él Mató a un Policía Motorizado: La cercanía y el apoyo en complicidad
Si se trata de números consolidados, Él Mató a un Policía Motorizado formó parte de aquellos que ya tenían parte del terreno ganado mucho antes de empezar. Y es que la banda platense ha sido capaz de alimentar una estrecha complicidad con su fanaticada en Chile mediante múltiples presentaciones, tanto en festivales masivos como íntimos shows en solitario. Con el letargo y minimalismo melódico que los caracteriza, Él Mató comenzó a convocar a los asistentes del Alternative Stage, abriendo con las celebradas “La noche eterna” y “El perro”.
Hacia su segundo tercio, el show gozó de un equilibrado intercambio entre lo más actual y la nostalgia de las primeras composiciones. La fuerte presencia de los sintetizadores en “Un segundo plan” y su acento bailable, ofrecieron una efectiva entrada a las canciones del álbum “Súper Terror” (2023). Luego de “Tantas cosas buenas”, con su notorio guiño a “Everybody Wants to Rule the World”, la banda retomó sus primeros años con “Más o menos bien” y “Yoni B”, activando los coros y aplausos del público. Como respuesta a este afecto, Santiago Motorizado se preocupó de agradecer de vez en cuando y preguntar si los asistentes se la estaban pasando bien.
En un adelanto hacia un cierre redondo, los argentinos volcaron el setlist a repasar buena parte de “La Síntesis O’Konor” (2017). Con una ovación cerrada y gran parte del público coreando, “El tesoro” fue la primera de esta selección, pasando a “El mundo extraño”, también muy celebrada por los fanáticos. Otorgando un fuerte cierre a este segmento, “Ahora imagino cosas” mostraba una cara más aguerrida del quinteto, brindando la energía necesaria que exige el final de un show. Con “Chica de oro” y “Día de los muertos”, Él Mató se volcó directamente a sus inicios, dejando a más de un presente con ganas de seguir sumergido en las canciones de los argentinos.
Más allá de estar enmarcada en uno de los festivales de mayor masividad en nuestro país, la presentación fue capaz de crear una atmósfera de cercanía, que tanto se pierde en los festivales que cuentan con una abultada cantidad de artistas. En una hora de show, Él Mató a un Policía Motorizado nos hizo olvidar por un instante todo lo que estaba ocurriendo alrededor y volcarnos en un diálogo a través de sus canciones.