Emperor en Chile: Larga vida al emperador

Emperor en Chile: Larga vida al emperador

La pandemia causó estragos en el mundo entero y en todo tipo de industria, y entre ellas, la música no se salvó. En Chile para el 2020 teníamos presupuestado ver varios conciertos entre abril y mayo de aquel inestable año; Kiss y Metallica por el lado de las viejas leyendas serían las primeras en llegar, ambas reagendaron más de una vez, pero por el lado del metal extremo y legendario, Emperor desde Noruega se presentaría en Chile por primera vez desde que en los años 90 irrumpieron en la escena black metal en Europa.

La primera vez de palpar en directo la importancia de piezas trascendentales como son “In The Nightside Eclipse” (1994) o “Anthems to the Welkin at Dusk” (1997) discos de los que Emperor basa su setlist y se sostiene en alto la calidad y consistencia de su leyenda. En vivo son una banda sobria, armónica en los momentos justos, pero brutal cuando Trym Torson -un equivalente a un Dave Lombardo en el thrash metal- decide llevar con certeros blast beat la máquina a todo motor.

Qué intenso fue su rol en “Towards the Pantheon”. Samoth a su derecha, delgado y alto como un antiguo guerrero nórdico, mira reflexivamente al efervescente público chileno, levanta los brazos de vez en cuando sabiendo la devoción que provoca, pero no tiene ningún tipo de contemplación cuando debe sacarle filo a las cuerdas con el característico downpicking de cómo se debe tocar el auténtico black metal, un lujo.

¿El amo indiscutido de la oscura y fría noche de San Diego? Ihsahn, no hay dudas, se mostró siempre agradecido el público local, quizá sabiendo la admiración que por estos lares despierta y que, era la primera vez que tocaba en Chile, en lo anecdótico se echó de menos esa plateada guitarra tipo Paul Stanley, esa Iceman de Ibanez con la que aparece en sus grandiosos shows que veíamos online de algún buen lugar de Europa; pero eso, ya es parte del pasado, el 18 de mayo de 2022 después de  una maldita pandemia logramos estar ahí.

¿Cómo resumir la admiración de los presentes en cada canción de los noruegos? Sí podemos mencionar momentos culmines como cuando abrieron con In the wordless chamber y Thus Spake the Nightspirit. La gloriosa The Majesty of the Nightsky, y la algarabía casi de hinchada cuando sonaron I am The Black Wizards -qué momento (pensé que solo existiría en mi memoria con el video de Ihsahn rapado cantando en el Live Ceremony (2001)- junto a Inno a Satana dejaron al recinto de San Diego temblando. Una presentación de lujo para los nuevos tiempos y la vuelta a la vida “normal” que al menos con este tipo de shows nos permite seguir inspirados y sanos para los fanáticos de la música. Larga vida al Emperador.

Por Nelson Silva A.

Fotos: Jerrol Salas

Nacion Rock

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