Entrevista con Eduardo Pavez de Tenemos Explosivos- «No es tan bacán ser gringo, no es bacán ser europeo, es bacán ser uno mismo»
Foto: Jerrol Salas/Nación Rock
El post-hardcore ha servido como una etiqueta para describir la música de Tenemos Explosivos, un quinteto cuya trayectoria ha estado marcada por los valores de la autogestión y la especial condición de un vocalista y letrista establecido en el extranjero. Así, han desarrollado un singular método de trabajo y han transformado sus ocasionales presentaciones en vivo en ceremonias de alto valor emotivo.
Una entretenida e intensa conversación es la que tuvimos con Eduardo Pavez Goye, vocalista de los nacionales en la que hablamos del álbum Cortacalles de 2022, lo que expresan en él, lo que transmite la banda en general, además de la escena musical nacional, de protestas, política, el octubrismo, también de su pronta presentación en Lollapalooza 2024 y por supuesto, de su futuro en la música.
Cortacalles de 2022, es un álbum que transmite experiencias de duelo, muerte y a la vez caminos que se cortan sin aviso, ¿Va en dirección y crítica a una post-dictadura o también en sentimientos personales como banda?
El disco es un ejercicio de reflexión entre la memoria colectiva y la memoria personal, por tanto, hay pedazos de mis experiencias, sobre muertes, cierres y pérdidas, pero también del país. Va en dirección a la post-dictadura que es lo que a mí me interesa. Cortacalles es un intento de hacer la historia personal de forma colectiva, como algo se articula, se influencian o se abren pasos de diferentes maneras a partir de los eventos traumáticos que ocurren desde la vida personal y de la nación en estos últimos 5 años, que es lo que demoramos en sacar el disco.
Cortacalles es un álbum que lleva inserto ese toque de folclore, lo que conlleva una fusión de su estilo post-hardcore o post-punk, ¿El álbum va en busca de una especie de cancionero popular a nuestra cultura?
No sé si directamente incluir el folclore, pero si es un acto de mirar un poco hacia la cultura que tenemos, una cultura popular súper clara, observarla y hacer algo desde ahí, que tampoco quiere decir irse a la guitarra de nylon, cantar en décimas, porque eso sería un ejercicio real de investigación, no está el ejercicio de recuperación folclórica, pero si está el ejercicio de observación, que también tiene que ver con la memoria personal; por ejemplo en mi casa, lo que sonaba era un cancionero folclórico.
Cuando me fui de Chile aparece esta idea de lo que se me hacía tan evidente y parte de mi vida y mi cultura, y estando afuera recuerdo a mi mamá escuchando Violeta Parra, y es el ejercicio de la memoria lo que reflejamos en Cortacalles, y lo que podemos denominar como folclore en el álbum son imágenes populares. Pero insisto: no es una recuperación folclórica pero sí un extracto de la misma corriente, hay una cultura popular que está siendo observada y comentada, que se está utilizando pero también asumiendo de que no estamos en el ejercicio de recuperar el folclor, y menos hacer esta recuperación y mezclarla con el rock y hacer algo único, seguimos siendo una banda de post-hardcore y tomando ciertos elementos que tienen que ver con nuestra cultura y nos parece importante de investigar y ver donde llegamos.
Crecimos escuchando bandas de afuera y a veces nos olvidamos que tenemos una historia musical como país, que además conlleva hechos que en ocasiones deben protestarse. Como banda, ¿Cómo ven la escena musical nacional? ¿Creen que otras bandas han dejado de lado nuestra cultura musical o folclore o forma también de protestar a través de la música?
Creo que es algo que ha ido pasando orgánicamente en todas partes de América Latina, no solo en Chile, pienso en bandas de Perú o en Bolivia que son hardcore y están empezando a mezclar elementos de su música tradicional, en el mainstream Natalia Lafourcade lo venía haciendo, hace un rato que en la escena chilena under hay bandas que están mezclando por ejemplo rock con cueca, se está empezando a ver un resurgimiento o un interés en la propia cultura y creo que es en parte debido al exceso de comunicación y conexión, porque uno ve bandas gringas todo el día, pero ya no es lo que era antes, que la banda gringa aparece en el MTV, o en la revista de rock y decir ‘oh! que ganas de ser gringo, la verdad ya no es tan bacán ser gringo, no es bacán ser europeo, es bacán ser uno mismo y creo que eso ha hecho decir a la gente, «si hay cosas acá porque no las vemos y las aprovechamos», debemos estar orgullosos de lo nuestro porque es lo único que nos diferencia, creo que durante muchos años en América Latina en particular estaba esta cultura de servidumbre, sumisos ante la imagen de los europeos desarrollados, los gringos nos traen capitalismo y los europeos cultura, y entre ambos guau! Creamos la cultura nuestra, que es como un resabio de estas cosas, esto es toda una ficción súper acomodada, una narrativa política de los 80s o 90s, lo que tenemos ahora es un regreso a la raíz, tratar de entender dónde estamos, qué está pasando, hay conflictos globales que no se pueden solucionar al mirar para afuera y creo que eso ha hecho que haya un montón de reflexiones y de música que está saliendo y que tiene que ver con esa mirada a la raíz, como lo folclórico, pero la verdad es la cultura en la cual emerge la música que estamos creando y mientras nos haga sentido, bacán, que esto signifique que tengan que salir más bandas haciendo eso y que ojalá haya menos para sentirnos especiales no tiene ninguna relación, creo que es un movimiento orgánico el cual va a subir o bajar, siempre pasa, pero mientras venga de un lugar honesto y de una investigación sincera y de las ganas de hacerlo me parece fabuloso.
Sus letras en cada uno de sus álbumes son directas y sinceras, como comentaste al principio de esta conversación, en cuanto a lo relativo a la post-dictadura que es un tema importante para ti, ¿Consideras a Tenemos Explosivos como una banda de canción protesta?
Considero a la banda como una banda rock político, creo que la protesta es un lado de la política, si pensamos en lo político como género, sí, y dentro de ese género está la canción protesta. Nosotros somos una banda de cinco tipos que gritan contra el sistema, por lo tanto es político y es de protesta, pero tampoco somos banda de protesta en el sentido de que no hay una pretensión en ello, me pasa que una banda de canción protesta tiene de alguna u otra forma en sí misma que tener un mensaje que va a mover a las masas, que llevan un mensaje que demuestra revolución, la idea de la canción protesta como el músico frente a la gente como una especie de mesías. Eso nosotros no lo tenemos, nosotros tenemos un discurso que no es distinto al que tiene la gente en la calle. Me pasa que cuando tocamos en vivo no soy de tomar el micrófono y dar discursos y explicar que hacer, además quién soy yo para decir lo que se debe hacer, lo que sí, es observar la realidad, dar un diagnóstico, dentro de las limitaciones lógicas que tenemos y ver a quien más le resuena ese diagnóstico y formar un grupo, y decir «gracias por escucharnos, parece que nos caemos bien, parece que opinamos parecido, parece que creemos que hay un problema acá que vale la pena mirar.»
Es protesta en el sentido de la memoria, es protesta en el sentido de la reivindicación de las muertes, es protesta en el sentido de no dejar pasar el hecho de que la administración del neoliberalismo ha destruido la posibilidad de una democracia en Chile, es protesta en el sentido de reunir una comunidad de gente o de oyentes que se interesen en estos temas y empiecen a saltar en otras cosas, lo que me interesa de la banda es que sea una puerta de entrada para que las personas que están empezando a entrar en la música y son más jóvenes se interesen en estos temas e investiguen lo que verdad está pasando o las raíces de lo que ocurre, porque hay un impulso de molestia ante la realidad que está desbocado y no tiene como agarrarse y si la banda puede entregar un par de claves, un par de textos, un par de ideas para que se genere y esa semilla llegue a buen lugar yo me doy por pagado.
El octubrismo
Entonces, si es político, si es protesta, pero dentro de estos marcos somos una banda de memoria, de crítica ante la post-dictadura, y buscamos que ese discurso político se mantenga, pasa que la contingencia política en Chile está tan controlada por los medios de derecha que, por ejemplo, la idea del octubrismo ahora es algo malo, cuando estábamos en la calle aguantando las balas de los pacos…bueno yo estaba antes en esa, pero amigos míos perdieron los ojos. Ahora el octubrismo es como «que vergüenza Plaza Dignidad». Esa manera de los medios de prensa en torno al discurso creo que es algo que no es positivo, hay una molestia y rabia social muy profunda en Chile, que está anclada a la inexpresión de esa rabia, no importa cómo lo digas, o cuán fuerte lo digas, el sistema no escucha, en Chile el sistema es irracional y lo controlado que está todo, y como banda dentro de lo poco que podemos hacer es, hablar de esto y tomarlo como un tema central. La revolución me parece importante concebida como la posibilidad de pensar en un mundo distinto y cambiar estructuras, es algo que debe pasar y de generarla todos juntos.
El 16 de marzo de presentan en Lollapalooza, ¿Tienen definido su setlist? ¿Aprovechando tu estadía en Chile, hay otras presentaciones programadas?
Si, ya hay un setlist listo, estamos ensayando, pero por separado, así ensayamos nosotros, ellos allá todos juntos. Yo acá grito solo desde mi casa, estamos preparando un setlist re bonito, en Lollapalooza no hay mucho rato para tocar, no tenemos una hora y media, sino que un tiempo limitado, entonces nos preguntamos: ¿Qué hacemos con el tiempo que tenemos, a que le damos prioridad? Y lo que decidimos hacer es una presentación que sea un viaje por nuestros álbumes con esos temas que nos hacen sentido, que nos gustan y porque la queremos pasar bien, al final bien sinceramente lo que hicimos es, «ya chiquillos que queremos tocar, a ver qué canción quieres tocar tú, o tú. Ya listo». Va a ser como jugar una pichanga con los amigos y ver que sale, creo que es mucho menos pensado que el súper show de Lollapalooza; es más como, ‘vamos a tocar huevón’; al final es mostrar lo que tenemos, no hay ninguna diferencia real de tocar en el Sala Metrónomo, Bar uno o Lollapalooza, porque al final son los mismos cabros, la misma gente que nos va a ver siempre estará ahí. Bueno la entrada es más cara, así que no se si será la misma gente, pero por último hay una sensación de continuidad lógica y de mostrar el proceso en que estamos, onda, ‘que ha sido de nosotros en estos 15 años, ¿Seguimos gritando estas mismas tonteras?’
Trabajar a distancia ya es el modo de operar de la banda ¿Hoy están trabajando en nuevo material? ¿Se nos viene algo próximamente?
Sí, estamos trabajando cosas nuevas, igual la banda nunca para y eso es lo que me gusta, digamos que solo paramos en febrero, y cuando volvemos estamos todo el tiempo componiendo, tenemos ideas nuevas, tenemos canciones que estamos trabajando, pronto lanzaremos un videoclip, por lo tanto, si hay cosas, pero también la banda es un proyecto súper reservado que lo hacemos para nosotros y mientras nos haga sentido seguiremos existiendo y hoy nos hace sentido componer, pero no hay nada para decirte que sacaremos un EP ahora o que se viene el disco el próximo año, no hay nada de eso, como que si nos demoramos uno o dos o siete años en sacar otro disco será lo que es no más, pero estamos componiendo con una parsimonia que es altamente tranquilizadora, ya que nos permite reflexiones largas. Puedo probar ideas o los chicos prueban ideas y vemos que cae, ó sea Cortacalles son 20 temas por lo mismo, pasamos 5 años jugando a ver qué salía y es el resultado de ello y hoy estamos en un proceso muy parecido, así que no sé cuándo se viene el próximo disco, pero lo estamos pasando bien.