Entrevista con Feña Mánquez, autora del libro de Dorso: Recolecciones macabras de 30 años de historia
En uno de los interesantes lanzamientos en cuanto a material musical chileno se trata-y muy esperado por cierto- es que la escritora y periodista Fernanda Mánquez ha lanzado un libro para el deleite de todos los amantes del metal chileno y de una de las bandas de culto, precursora de toda una movida que creció en difícil época: Dorso, quienes ya con más de 30 años de carrera se merecían esta suerte de biografía y mucho más.
“Dorso, 30 años. Un experimento méntor”, verdaderamente es un viaje en el tiempo hacia los inicios del metal y cuenta con sabrosas historias y anécdotas de la banda liderada por Rodrigo Pera Cuadra, todo un patrimonio nacional metalero.
Para saber más de lo que trae este libro y sobre su escritora conversamos con ella, donde nos cuenta como fue hilvanando este trabajo y como se cristalizó finalmente, para llegar a ser editado y distribuido para los sedientos lectores de la historia de una de las más grandes bandas nacionales. Esto fue lo que conversamos:
¿Hace cuánto que pensaste en este proyecto y por qué te motivaste con ellos?
La biografía de Dorso, como tal, surge de la banda y me lo planteó Gamal hace varios años. En ese tiempo, Fran Muñoz y yo tocábamos en Darkemist, por ahí conocí a Dorso. Les hice un par de videos en vivo y Gamal se entusiasmó con rescatar unos VHS antiguos que tenían con el Pera, y con ese material armar una historia de Dorso, tipo documental. Me encantó la idea. Luego, mientras me encargaba de digitalizar el material (yo trabajaba en unas salas de edición), esa idea original se fue agrandando cada vez más, aparecían infinitas posibilidades de contar una historia. Y el material, a su vez, también se dispersaba. Por entonces tenían 25 años de trayectoria. Cientos de gigabytes en un disco duro. Puede que haya pasado un año o dos. Seguía el proyecto ahí, entonces se transformó en escritura. Primero como ejercicio de una biografía macro y de guionizar, de ordenar la discografía, los distintos integrantes por época, algunos hitos y anécdotas, otros personajes involucrados. Pero fue un colega argentino, durante un taller, quien me tiró a la piscina con la escritura de un libro. Un libro, sonaba simple. Al menos más que un documental y más “barato” en tiempo y recursos, pensé. Y Emilio, el colega periodista, se convirtió en mi asesor narrativo y fue vital durante el proceso de escritura. Luego Pato Jara me acompañaría en una segunda etapa. Así partió todo.
¿Qué tanto se involucró la propia banda y de qué forma?
En cuanto a dirección editorial, si se puede llamar así, absolutamente nada. En ese sentido, no fue un libro por encargo ni la banda metió mano en la escritura o el contenido y les agradezco esa confianza de que el proyecto se fuera dando solo. Con el Pera y su familia trabajé muy de cerca, gracias a que fuimos vecinos en Ñuñoa y aproveché de recopilar el máximo de anécdotas y episodios históricos, ellos colaboraron muchísimo. El resto de la banda, principalmente la buena disposición para entrevistarlos en varias tandas, facilitar fotos y material de archivo, compartir recuerdos selectivos (probablemente tanto ellos como muchos de los entrevistados, omitieron los detalles más sabrosos de una infinidad de anécdotas), pero en general mucha buena onda con el proyecto a pesar de que “dejé botado” lo del documental. Cuando el Pera leyó la versión final, por supuesto que modificó ciertas cosas. Algunas fechas, remates de historias, detalles adicionales o refutaba la versión de otros testimonios, cosas así, pero nada sustancial.
En el libro se habla mucho del metal chileno en sus inicios, ¿qué piensas que ha cambiado desde entonces?
Tal vez todo ha cambiado, bastante. Nuevos estímulos como la tecnología, internet, el acceso a instrumentos musicales, la oferta de bandas, los medios de comunicación. Terminó la dictadura y los metaleros, que en un comienzo fueron los “marginados”, los bichos raros, se han ido mimetizando cada vez más en la sociedad, se han validado y obtenido un espacio en términos positivos. Los tatuajes, piercings, el pelo teñido o símbolos similares ya son parte del paisaje cotidiano. Un metalero en estos tiempos puede ser un ministro, un abogado, un dentista o el periodista que lee las noticias en la tele. Como dice en el libro “hasta el niño símbolo de la Teletón es metalero”. Dentro de las cosas que no cambian, podría ser todo aquello que se mantiene como tradición y se respeta o cultiva, por ejemplo determinados estilos musicales de esa época, bandas nuevas que suenan como bandas antiguas. El rockero, o metalero, puede parecer muy open mind pero en el fondo es muy de tradiciones. También por la forma de vestir, las zapatillas o las poleras de bandas que siguen en el clóset. También se mantiene igual esa esencia Peter Pan, que es un poco el alma de niño, o bien el espíritu adolescente, que vendría siendo el gen “antievejecimiento” y que mantiene vigente al rock.
¿Crees que con bandas como Dorso y Criminal, y toda esa movida en los noventa, hubo una etapa dorada del metal que no se ha vuelto a dar?
Eso se podría ver desde las bandas, desde los medios o desde el público. Puede ser que hacia fines de los noventa estas tres variables estuvieron en buen momento, se potenciaron entre si, o bien se “profesionalizaron”. Las tocatas tenían mejor sonido, las bandas mostraban más experiencia y solidez en vivo, convocaron más seguidores o el público los apoyó más asistiendo a los shows, comprando los discos o pidiendo temas en radios, por ejemplo. No sé si etapa dorada, específicamente por los noventa. Entre el 84, 85 y por ahí también se dio una época fértil y pionera que tampoco se ha vuelto a dar. Si la pregunta se refería a esto mismo, entonces podríamos hablar de un pasado glorioso que aun evoca nostalgia, a pesar que los recursos eran incipientes. En la actualidad puede que la cantidad de bandas se ha duplicado o triplicado a nivel nacional, hay más locales para tocar y más acceso a la música, pero el público es más cómodo, o menos comprometido y apañador que antes, sin generalizar por supuesto. No cuesta nada llenar un Teatro con bandas de afuera, pero no es igual con las bandas nacionales, y ni Dorso se salva tocar para pocas personas. Tal vez en eso ya no es como antes.
¿De qué forma recomendarías el libro a los fans de Dorso, con qué se van a encontrar?
Principalmente un relato entretenido, con el Pera como hilo conductor y principal creador del concepto Dorso. Una historia cronológica que resume la trayectoria de la banda, su discografía y principales hitos, salpicado de anécdotas, personajes y tallas. No se van a encontrar con un ensayo periodístico con alguna hipótesis que demostrar, ni con un exhaustivo despliegue de cifras, fechas ni estadísticas. Visto de otra forma, este libro también podría ser considerado un “documental escrito”, muchas de las escenas relatadas fueron sacadas de VHS, backstage, ensayos y similares, con diálogos transcritos tal como se escuchan y escenas descritas visualmente. Por último, esta historia habla del paso del tiempo y cómo la música no envejece, relatado desde un artista, y sus creaciones.
Desde tu perspectiva personal y profesional: ¿Qué significó hacer este libro? ¿Aprendiste con él cosas nuevas?
¡A escribir! (risas). Por supuesto, fue un tremendo desafío en todo sentido, personal y profesional, solo que me di cuenta después, a medida que tomaba forma y cada tanto parecía interminable. Dedicarle tiempo y compromiso fue agotador y complejo, pero a la vez eso permitía que fluyera todo lo demás. A pesar de ser mi primer proyecto de escritura, diría que fue la parte más fácil, lo disfruté mucho y contar con apoyo permanente fue fundamental. Por otra parte, sin conocer a la banda desde sus inicios, sino hasta muchos años después, los valoré en su real dimensión como músicos y como parte importante en la historia del rock chileno , y me alegra poder contribuir con esto, al generar productos que le dan ese valor.Agradezco cada testimonio ofrecido, desde las entrevistas formales hasta los lugares más insólitos donde conocía algún fan, un amigo de la banda o testigos de algún episodio con los que fui completando el relato. Por todo esto, resulta un experimento narrativo que mezcla distintas fuentes y voces (que explica en parte la bajada del título)
Siempre hemos pensado que Dorso es una banda muy buena para realizar un documental de su historia, ¿Crees lo mismo y/o lo has pensado como proyecto o materializar ese documental pendiente?
Considerando la respuesta de la primera pregunta, cae de cajón preguntar “cuándo el docu”
En un mediano plazo, creo que se puede hablar de una “segunda etapa” de la biografía de Dorso, que sería concretar el documental pendiente. En cierta forma llevar el libro a lo audiovisual, considerando que la historia ya está ordenada y escrita, hay escenas descritas cuyas imágenes existen en video, cosas así. El material y la idea siguen, solo que esta vez amerita financiarlo como corresponde, un detalle no menor.
¿Has pensado en escribir otro libro? ¿De qué se trataría de ser así?
Cuando me lo preguntan, aun no tengo la respuesta. Mi trabajo cotidiano se relaciona más con el mundo audiovisual, entonces escribir en paralelo requiere doble pega mental, por decirlo de algún modo. Me dan ganas sí, tal vez otra biografía musical, pero hasta ahí llega la idea. De momento sigo descansando de esta ópera prima.
Muchas gracias.
¡A ustedes!
El libro tendrá su lanzamiento oficial el martes 13/06 con un show acústico de la banda en el Cine Arte Alameda