La prodigio del saxofón retorna a sus tierras natales para una presentación de lujo en…
Entrevista con la saxofonista Melissa Aldana: «Volver a Chile siempre es volver a casa»
Una de las destacadas saxofonistas chilenas que ha triunfado a nivel internacional regresa para una jornada musical de jazz de primera línea en el Teatro Nescafé de las Artes
En otra de las tantas jugadas buenas para los amantes del jazz y los sonidos más vanguardistas, Santiago Fusión tiene en su agenda la presentación de Melissa Aldana, una de las saxofonistas chilenas destacadas en la actualidad en el género a nivel mundial, primera mujer en ganar el premio Thelonious Monk, quien ha triunfado en los clubes más importantes del estilo en Estados Unidos y que además viene a presentar repertorio de su nuevo álbum «12 Stars», como también música compuesta exclusivamente para esta visita. Por lo cual tuvimos la oportunidad de conversar con ella en la previa de su show de 14 de septiembre en Teatro Nescafé de las Artes.
Te dejamos nuestra conversación completa:
Hola Melissa, te agradecemos tremendamente participar de esta instancia impulsada por Santiago Fusión y Nación Rock, cuya finalidad sigue siendo acercar a los artistas de rock y géneros afines a su fanaticada chilena y latina. Sabemos que estás girando en esta ocasión en formato cuarteto, ya que el año pasado lanzaste el disco “12 Stars”, el cual además es el primero bajo el sello Blue note: ¿Nos podrías contar sobre el proceso de composición y grabación? ¿Cuáles fueron tus inspiraciones?
-Fue un disco que tiene harto desarrollo personal. Me revisé en muchos aspectos. Entonces aprendí que cada persona tiene una arcana mayor que la representa. Y la mía es la Emperatriz, la cual tiene 12 estrellas. Entonces, para mí las 12 estrellas representan los 12 años que viví en Nueva York, y los 12 meses de 2020 que fue la pandemia. Lo que quiero describir es como mi jornada personal, las crisis, todo musicalmente.
-Un disco bastante íntimo entonces, bastante personal.
Sí, todos mis discos generalmente son personales. Yo creo que todos los discos de los músicos generalmente son personales. Uno está mostrando lo que uno es y el proceso por el que está pasando. Yo creo que el reflejo de lo que uno hace es el reflejo de quién tú eres.
-Se percibe una evolución natural entre tu nuevo trabajo y tu lanzamiento previo “Visions”, disco desde el cual yo te sigo ¿Tú consideras que hay un hilo conductor en tus trabajos o cada uno por sí mismo busca identidad?
-Yo creo que cada proceso está relacionado; es un proceso inconsciente también pero es consciente a la misma vez. Yo creo que está situado cada uno. O sea, todas las personas acá siempre cambian, nosotros todos siempre cambiamos a pesar que al pasar de los años con la experiencia, las buenas experiencias, las malas experiencias, nos formamos como adultos. Entonces para mí esa es la idea, que cada disco es una muestra de mi evolución como persona y mi evolución como músico en esos años, de todos los estudios que he hecho, de las cosas que he aprendido, de mis crisis, de todos los procesos personales.
Me parece bien interesante conocer esto de los músicos, este aspecto mucho más personal y que yo creo que hacen súper especial la manera en que conectan con el oyente; con sus artistas de referencia. En dicha línea, ¿nos pudieses anticipar qué será lo que tus seguidores presenciarán en tu presentación en el Teatro Nescafé de las Artes? ¿Tendrá algún sello especial esta segunda visita a Chile?
-Sí. Pues bueno, volver a Chile siempre es volver a casa, y yo le estoy eternamente agradecido a Santa Confusión y a Guillermo Bedellani por el apoyo y por traerme a Chile en realidad. También ha estado Roberto Barahona, quien hace el festival de jazz de Providencia y que me ha invitado a Providencia antes. Entonces, sí siento que hace muchos años no he podido traer a mi banda y me sorprende mucho poder traerla una nueva vez. Y bueno, la diferencia esta vez es que voy a estar tocando con un pianista en vez de un guitarrista y que vamos a estar presentando música de lo que va a ser mi nuevo disco; y música también que he escrito especialmente para este concierto acá en Chile. Entonces, va a ser una sorpresa y una evolución de lo que fue el año pasado.
-Con entusiasmo esperaré tu presentación, ya que asistiré y esperaré presenciar lo que me acabas de contar. Ya mencionaste algo sobre quienes te acompañarán en esta velada, cuéntame ¿Cómo es la relación con los otros músicos? ¿Cómo pudiste construir esta propuesta que se va a presentar el 14 de septiembre?
-Yo llevo con la idea de tener una banda consistente hace muchos años. Yo he estado tocando con Pablo Menares (contrabajo) por 15 años y con Kush Abadey (Batería) por 5 años y a Glenn Zaleski (pianista) lo conozco hace mucho tiempo también. A veces es muy difícil, mantener al guitarrista o al pianista porque siempre están ocupados, pero este es un proyecto que yo llevo hace muchos años, desde que vivo en Nueva York. Y es un proyecto que ha cambiado por el paso de gente y ha ido desarrollándose. Que ha ido cambiando con mi experiencia, con todos los años que llevo acá, con todo el estudio que he hecho.
Finalmente llegué a la conclusión que esta es la banda con la que estoy trabajando. siempre están ahí son Pablo y Kush, el baterista y el bajista. Y muchas veces está el guitarrista Lage Lund, que produjo mi disco también. Pero él vive en Noruega, entonces a veces es un poco difícil viajar desde ahí a Sudamérica. Es un músico bien cotizado, en general los pianistas y los guitarristas son bien indispensables en las propuestas actuales, imagino el tiempo que deben estar separándose para poder cumplir con todos los compromisos.
-Eres una de las saxofonistas actuales más cotizadas, cuestión que además es reforzada por ser pionera en varios aspectos: la primera mujer tenorista en ganar el premio Thelonious Monk, sumado a tu origen sudamericano. ¿Cómo ha sido tu experiencia en la diversificación de un género que, si bien desde sus inicios ha tenido presencia de mujeres, sigue siendo prominentemente masculino?
Han sido años de trabajo. Yo tengo 34, pero llevo acá en Estados Unidos desde los 18, y desde los 21 en Nueva York. Y llevo una carrera consistente en cuanto a tener un proyecto, una idea, un sueño en mente, que es tener una banda propia. Y me han pasado muchas cosas, como el Thelonious Monk, estar en el momento indicado; pero también yo creo que gran parte del reconocimiento que tengo es por el trabajo que he hecho como músico, por el trabajo consistente de crecer y de indagar. Ahora, no necesariamente tener una carrera está relacionado con que uno es buen músico o no es buen músico. Pero para mí siempre ha estado en mi cabeza que hay un momento en que es “undeniable” (innegable*), un momento que es como… que es lo que es. No puedes decir: “ah, ella es mujer chilena” o “es ella de acá”. La música es muy fuerte y eso es lo que yo estoy trabajando. No necesariamente estoy trabajando en eso por una cuestión externa, pero sí sé que el conocimiento es lo que te ayuda a profundizar, y a crecer, y a llegar a otros lugares. Entonces, para mí significa mucho el reconocimiento, especialmente acá donde vivo ahora. Es música con la cual yo crecí, pero conocí en Chile, con la cual me conecté de una manera muy diferente desde chica.
-Un importante acceso que han tenido los fanáticos actualmente al catálogo de tu música ha sido a través del servicio de streaming, las redes sociales y la digitalización. Algunos adeptos al jazz señalan que esto ha mutilado o entorpecido la forma en que el género es apreciado, ¿Cuáles son tus reflexiones al respecto?
-Creo que las redes sociales pueden ser súper tóxicas o te pueden ayudar mucho. Afortunadamente yo tengo una relación súper sana con las redes sociales. Igual a veces que me da la adicción de ver esto y lo otro, pero no paso mucho tiempo en Instagram ni en las redes sociales, como que estoy un poco desconectada. Y parte de eso tiene que ver porque todavía estoy estudiando todo el día. Me levanto y, como mi propósito es aprender, o me estoy memorizando música o estoy como constantemente trabajando. Entonces no tengo tiempo para ver esas redes sociales. Pero también tengo un entendimiento de – como empecé en eso un poco más adulta- lo tóxico que pueden ser las redes sociales, y ocuparlo de una manera que me ayude a poder conectarme con gente en otros lugares y poder promocionar los conciertos que estoy haciendo, y poder crear un “fan base”, que es súper importante. Lo importante para los músicos es aprender a ocuparlo como una herramienta de promoción en vez de algo tóxico.
-Y bueno, solo dirigiéndome al streaming ahora, ¿cómo para ti es la relación que tienes con este modo de difundir la música? A propósito de cómo también la gente se ha aproximado mucho más al jazz también por estos medios
-Obviamente no es muy bueno para el músico porque hay muchos “royalties” y dinero que nosotros en realidad nunca vemos o no ganamos, pero sí creo que es genial tener la posibilidad de tener acceso a cosas que no eran tan fáciles de conseguirse antes. Creo que hay una ventaja en las generaciones nuevas poder tener acceso a todo este tipo de información. Ahora no sé si es tan bueno en ese sentido, porque siento que hay poco tiempo de atención a los detalles. No se toma el tiempo de asimilar un disco, de volverlo parte de lo que realmente eres. De asimilar la música y toda la historia que está diciendo. Tiene ventajas y desventajas.
¿Algo más que agregar? ¿Un último anticipo al público chileno que te iremos a ver el 14 de septiembre?
Reitero que he estado componiendo música para esta noche. El motivo es solo el volver a casa. Se siente raro decirlo, pero es poder tocar para mi gente, para mi hogar. Antes pensaba que el hogar son los padres, la familia. Pero desde la última vez que volví a Chile, a pesar de que el jazz no es masivo allá, he sentido mucho cariño y apoyo desde que soy chica, por lo que estas composiciones son para aquellos que siempre han estado ahí desde que empecé a tocar música.