Entrevista con Mawiza: un canto a la liberación
Una fusión innovadora y espiritual, Mawiza con su sonido poderosamente ancestral, nos relata en su musicalidad la experiencia y resistencia del pueblo Mapuche entre sonidos agresivos. En sus letras se da cuenta de la esencia reflexiva de la banda que viven y ritualizar el arte de tocar en vivo, convirtiéndose en una sinfonía cultural, un arma poderosa contra la opresión y poca visibilidad de una realidad trascendental que es parte de nuestra historia nacional. La música es un puente entre realidades, un símbolo de riqueza y diversidad, un recordatorio a preservar y celebrar nuestra herencia en un canto universal.
Proyectos como el de ustedes he visto pocos y llama la atención esta fusión del metal con elementos mapuche. ¿Qué nos podrían contar al respecto? ¿Cómo nació esta idea y cómo incorporan esto en su proceso creativo?
Mari mari Kom pu che, Quiero darles las gracias por el espacio y saludar a todas las personas que puedan leer esto, que se están informando acerca de nosotros. Muchas gracias también por la consideración. Más que nada, Mawiza es una búsqueda personal, histórica y espiritual. Todo parte desde que somos chicos, con , somos de los mismos colegios. Sentimos la necesidad de que algo iba mal en un colegio cristiano. Queríamos hacer música y escapar un poco de estas cosas aprendidas.
Se fue dando una forma de hacer música más contestataria y política y siempre estuvo esta búsqueda de hacer una música lo más original y sincera posible respecto a donde vivimos. Nos dimos cuenta de que el territorio hablaba Mapuzungún, de que nuestros ancestros son mapuche y de que hay cosas aún super importantes.
Eso es muy interesante. ¿Cómo abordan el sentimiento de sus presentaciones en vivo? imagino son una especie de ritual
Siempre que tocamos, el respetar lo mapuche parte de la fecha en sí. Mientras ensayamos, ya lo hacemos pensando en la visión en la cual estamos. Todo lo hacemos con la perspectiva de respetar el rakidam y el kimun mapuche. El día de la tocata, siempre hacemos rogativas antes de tocar, le pedimos a las entidades que habitan este territorio que nos protejan, eso también es parte importante de lo que tenemos que hacer en la fecha, para nosotros, desde que se inician los ensayos, es un ritual.
¿Qué me pueden decir de la invitación a Knotfest? ¿Cómo la reciben?
Con mucho entusiasmo, con honor. Es una oportunidad para mostrar quiénes somos, para entregar nuestro canto como una ofrenda hacia el territorio y como un regalo a otros que vienen de otras partes del mundo.
Siento que esta música nos da la oportunidad de tener una relación más cercana con el pueblo Mapuche. ¿Ustedes creen que esa lucha y resistencia la incorporan en su música, ya sea en letras o sonidos?
Sí, pero no solo en la música, somos mapuche y esto se vive diariamente. La oración que hacemos en la mañana, el agradecimiento, es como una extensión de lo que somos. Siempre hemos estado en una corriente contestataria ante el sistema. La música nos une y permite que haya un encuentro que sirva a las personas para tener su propia lectura de lo que ocurre.
Muchas veces somos ignorantes sobre cómo vive la cultura mapuche. ¿Tienen planes de nueva música que quieran compartir?
Las últimas cosas que vienen en camino son la re-grabación y el lanzamiento de un disco que contará con todas las voces re-grabadas en Mapuzungún, será lanzado el 25 de octubre, también tenemos material nuevo listo que esperamos lanzar el próximo año, y hemos tenido sesiones con Joe Duplantier en Nueva York. Tenemos muchos planes de internacionalización de la banda y esperamos que el próximo disco impacte la escena metalera latinoamericana.