Como ya se había adelantando hace unos meses Amy Lee ha estado ocupada con muy…
Evanescence – «The Bitter Truth» (2021)
BMG Entertainment, 2021
Un regreso ansiado por aquellos que crecieron y padecieron su adolescencia con Amy Lee y compañía. Una banda icónica y referente a estas alturas y que ha dejado alentadoras impresiones a nivel general. Se trata del nuevo álbum de Evanescence, The Bitter Truth (2021). Trabajo que viene a suceder lo hecho por la banda en 2017 con el bautizado Synthesis, pero que en estricto rigor, es un álbum con material cien por ciento nuevo, sin reediciones ni remixes de canciones ya hechas con anterioridad. Por lo que podemos decir que después de nueve años Evanescence nos regala un disco con canciones completamente nuevas luego de su último estreno de larga duración homónimodel 2011.
Un regreso que consta de doce canciones y donde podemos constatar la experiencia acumulada de los músicos de la agrupación, sobre todo lo bien lograda que está la labor de Amy Lee, quien mantiene aquel ímpetu, potencia y desgarradora forma de cantar característica de los inicios de esta banda. Doce canciones que no arriesgan demasiado hacia explorar otros sonidos, sino más bien abrazan y son presentadas como una marca registrada de la banda, ya que The Bitter Truth recuerda mucho lo realizado en el icónico The Open Door (2006) y Fallen (2003), repitiéndose el sonido de la banda; sin arriesgar mucho al respecto. Aun así y dicho esto, es justo decir que la emocionalidad, dedicación y cuidado en la producción del álbum son elementos a destacar plenamente.
Todo comienza con el tema “Artifact The Turn”, cuya atmósfera funciona realmente bien para tratarse del comienzo del álbum, como si de una película dramática se tratase. Un arranque lento y contenido junto a la voz prístina de Amy Lee y unos sintetizadores en agudo dan la preparación perfecta para “Broken Pieces Shine” donde lo más destacable es el trabajo vocal, sin duda alguna; con un juego de voces a modo de coro y refuerzos. Elemento característico de Evanescence.
El sencillo “The Game Is Over” continúa la propuesta acompañado de un video clip experimental que juega constantemente con un viaje introspectivo hacia la ansiedad, trastornos y conflictos personales a la espera por ser resueltos. Muy Evanescence todo.
Quizás la obra más disonante en este álbum es “Yeah Right” al atreverse con una sonoridad más pop y efectos de sonido mediante sintetizadores con una presencia más latente. Destacan ciertos toques electrónicos, ritmos que dan un toque más popero y un pequeño solo de guitarra contenido antes del último coro. Aun así, lo más destacable de este tema va más allá de la música, puesto que la letra declara una superación personal y una autoestima restaurada por parte de Amy Lee. El tipo de licencias y desahogos artísticos que se esperan de una banda consagrada.
Destaca con brillo propio el tema “Wasted On You”, single publicado en abril del año pasado cuyo videoclip fue grabado con los smartphones de los mismos integrantes debido a las restricciones de la pandemia que en un comienzo complicó la hoja de ruta de la banda. Pero la tenacidad creativa de los músicos y del director Paul R. Brown, hicieron posible una propuesta audiovisual que explora las dificultades mentales que hemos tenido que sortear debido al encierro provocado por la pandemia. Y a pesar de que la letra no estuvo pensada para un contexto como este, la propia Amy Lee declaró que quiso replantear el significado de este tema para publicarlo con un significado acorde a lo vivido en cuarentena: «Wasted On You» no era la canción que planeábamos lanzar primero, pero cuando todo el mundo entró en un bloqueo indefinido y todo cambió, también lo hizo el sentimiento y el significado de lo que queríamos decir en este momento. No escribí estas letras sobre lo que estamos pasando ahora, pero de alguna manera eso es exactamente lo que son”.
En sintonía a lo anterior, la cantante también declaró en algún momento como la pandemia dificultó de cierta forma la concreción de este álbum: «Estábamos grabando esta música hasta que ya no pudimos entrar al estudio, y la terminamos de forma remota a través del intercambio de archivos y llamadas telefónicas. Ajustar mezclas, agregar voces de fondo, crear el video y la carátula del álbum desde casa ha sido como el agua en el postre para mí, mi luz en un momento oscuro…”
El decir que este nuevo álbum rememora las dos primeras publicaciones de Evanescence no es una ocurrencia injusta, todo lo contrario. Ya que “Feeding The Dark”, “Blind Belief”, “Part Of Me” y “Better Without You” son canciones que nos llevan de vuelta a la nostalgia de aquellos álbumes con los que Evanescence se hizo mundialmente conocido. El melódico trabajo en el piano, sumado a la fuerza sufrida en las voces y la tesitura oscura y nítida característica de los demás instrumentos crean de manera distintiva la identidad sonora de esta banda.
También destaca por sí sola “Take Cover” cuya tintura progresiva se anota como la canción más inquieta de The Bitter Truth. Unos dobles bombos en batería que sorprenden gratamente y unos graves, cortesía del bajo y las guitarras, proponen al unísono intrincados cambios de ritmo y variantes poco habituales en esta banda. La balada de turno encargada de poner la cuota de melancolía pura en este álbum corre por cuenta de “Far From Heaven”. Canción de casi cinco minutos donde el piano y la voz de Lee nos regalan una emocional y sufrida experiencia. Una declaración y desahogo ante el ser querido que se pierde; en este caso y probablemente sea así, una canción dedicada a Robby Lee, el hermano de la vocalista, fallecido en 2018. Un bello ejemplo de la música como canalizadora de emociones.
Aunque The Bitter Truth no arriesgue casi nada es un álbum que reboza en emociones y dedicación no solo en la música y en los múltiples arreglos, sino también en la letra de cada una de sus canciones. Aspecto poderoso que ha sido una constante en la existencia de Evanescence; lo cual destaca una vez más la habilidad de Amy Lee como compositora e intérprete con su sentida y potente voz. Artista que prácticamente lleva las riendas de la banda al salvaguardar su característica propuesta musical a pesar de los cambios de integrantes y años sin nueva música. Un regreso que califica bien, digno; sin grandes sobresaltos ni demasiados puntos débiles.