Fantômas en RockOut 2014: Luz, cámara, noise
La expectación por ver a esta cuna de cracks en este proyecto estaba en el ambiente, no sólo por la presencia del líder de Faith No More que tiene un romance ultra declarado con nuestro país y que cada vez que lo convocan a tierra local llega encantado, sino por la presencia del gran Dave Lombardo (ex-Slayer) y toda la destreza descomunal en la batería y de King Buzzo en la guitarra, que ya había marcado presencia con Los Melvins hace un rato al igual que el bajista Trevor Dunn, conformando así la alineación dorada de este proyecto. La venida era particular, era el «The Director’s Cut»completo y el eterno homenaje de Patton al cine clásico, un disco que hace una cruza perfecta de idolatría por los soundtracks de cintas de la altura de «El Padrino», «El Bebé de Rosemary», «Vendetta» y muchas más, pero contagiadas del vómito sónico, la vanguardia y la experimentación de uno de los más interesantes proyectos del buen y querido Mike Patton.
El escenario se dispuso de una forma extraña, Patton llegando con mochila a espaldas al escenario cual colegial, una mochila que se pensaba traería algo para regalar o sacar en el concierto, pero no, la llevaba puesta como si llevara algo muy valioso y no se la sacó sino hasta el segundo tema. Se plantó mirando hacia la izquierda casi todo el show, en tanto la batería de Lombardo se estacionó a la derecha poniéndolo de costado prácticamente cara a cara con el carismático vocalista. Eso sí, el podio de Patton estuvo recubierto con una bandera chilena, señal inequívoca de su cariño hacia el rockero pueblo que lo idolatra. Tras la presentación de los primeros temas del «The Directors Cut» llegaba el saludo de Patton «¿Qué tal putos? ¿Cómo están hueones?» en su ya característico español mal pronunciado que seguiría sacando risas durante su presentación. Pero era hora de desatar más de la música esquizofrénica del cuarteto, como ‘Cape Fear’ y ‘Experiment in Terror’ de Henry Mancini, los juegos con los dos micrófonos y las máquinas de distorsiones de voz insanas de Patton sumada a la potencia enorme que surgía de la banda nos dejaba prácticamente sin oídos.
En los silencios, entre tema y tema, se escuchaba el ruido de la banda nacional Hielo Negro que estaba en el escenario del otro extremo, lo cual inquietó a Patton al punto en que en determinado momento dijo: «¿qué es esa banda de mierda que suena? Necesitamos un poquito de intimidad aquí», lo cual causó reacciones encontradas, ya que por un lado se hacían chistosos sus dichos con ese español tan mal hablado, y por otro lado estaba ofendiendo nuestro orgullo nacional al tratar así a una banda criolla y de harto empeño y continuidad como lo es HN, más aún sin saber ni siquiera de cual se trataba. Así que entre pifias y risas continuó el show.
Su show se presupuestaba terminara a las 20.20, pero la verdad es que terminó media hora, solo el disco ( y con un canción repetida ya que según Patton «cuando algo sale mal se hace otra vez») y una despedida para volver con un solo tema, que también es parte de él por cierto. Se transformó en un show marcado por la intensidad y la potencia, a ratos Patton se descontrolaba con esta impronta de noise experimental y a otros parecía muy inspirado y concentrado, por lo demás se notaba que cada miembro de la banda sabía muy bien de libro lo que tenía que hacer. Show número 18 de Patton en Chile en un eterno romance que no tiene síntomas de terminar.
Setlist: