Flotsam and Jetsam: “The End of Chaos” (2019)
AFM Records, 2019
Hablar de Flotsam and Jetsam es referirse a casi 40 años de historia jugando en injustas líneas secundarias del thrash. El disco “Doomsday for the Deceiver” es considerado una joya del género gracias a la innovadora vocalidad de un joven Eric A. Knutson, por la técnica a las seis cuerdas de Michael Gilbert y, también, porque de estas huestes egresó, rumbo a Metallica, el bajista Jason Newsted. Aunque cueste creerlo, en la era de “Master of Puppets” se hablaba tanto de ese disco como del “Doomsday…” de los Flotsam and Jetsam, banda que ha sabido de fragmentaciones varias en su trayectoria las que, sin duda, atentaron a que pudieran alcanzar una notoriedad mayor a nivel de ventas, porque dentro del estilo se les respeta tanto como a los más «famosos»; sin embargo, esto no ha sido obstáculo para que siempre hayan lanzado al mercado trabajos de excepción.
El 2019 no pudo iniciar mejor para los metaleros gracias a “The End of Chaos”, producción que trae doce temas que subrayan un resultado agresivo y sin pérdidas de tiempo. “Prisoner of Time”, “Control”, “Prepare for Chaos” son realmente imprescindibles, con sendos riffs y estribillos provocadores. “The End” sorprende en el coro, el cual queda enganchado por días en la cabeza. “Architects of Hate” y “Snake Eyes” son especialmente emocionantes, con un metal de elaboración cuidada y un sonido más fresco.
“The End of Chaos” es un disco rápido, de los que destrozan cuellos sin mucho preámbulo, y que demuestra que el espíritu del thrash está intacto.
Tras un par de escuchas, son más las líneas melódicas y los matices que empiezan a aflorar, los que están muy bien adornados por el trabajo de Gilbert y Conley, cuyos solos rememoran el éxito de antaño. Más que destacable es el trabajo vocal, acabado y bastante prodigioso, por parte de Eric A.K. Con más de 50 años, está cantando mucho mejor que varios de sus correligionarios. Y otro detalle que eleva la calidad de la producción es el bajo, el cual gana protagonismo en varios temas, notándose la siempre presente influencia Maiden.
La portada es lo peor del disco. Un diseño poco original, que al parecer simula a la estatua de la libertad mostrando su verdadero rostro, pero que a estas alturas se nota poco creativo. Este detalle sirve para graficar que de haber trabajado con un productor o un sello más interesante, el resultado del álbum podría haber sido incluso mayor, pues faltaron algunos medios tiempos o esas pseudo baladas que tan bien le quedan a la voz de A.K. Pero en general, “The End of Chaos” es un disco rápido, de los que destrozan cuellos sin mucho preámbulo, y que los pone en órbita para salir de gira y así seguir demostrando que el espíritu del thrash está intacto, la mayoría de las veces, gracias a la existencia de bandas como ésta.