Este viernes 19 de agosto el Sello Leviatán que ha potenciado la difusión de bandas…
Fonosida en Viña del Mar: La tierna melancolía en clave sadpop
Los días en la Región de Valparaíso comienzan a mejorar. El sol aparece como un verdadero aliado a estos gélidos vientos tan propios de un puerto que sabe dolor, ese puerto olvidado que solo existe como imaginario en la memoria colectiva cuando de vacaciones se trata, olvidando que acá la lucha cotidiana también quiebra estas almas.
La cita de hoy es en Viña del Mar, comuna marcada por la lucha habitacional y la inexistencia del derecho a la vivienda propia. Territorio en que la brecha de la desigualdad sangra cada vez que recordamos la histórica “Toma Manuel Bustos”. Nos encontramos en la cuidad en que se oculta la pobreza bajo las sombras del Festival de Viña y el periodismo sensacionalista que solo aparece cuando hay shows de renombre, y nunca cuando la gente desde los cerros clama dignidad.
De la mano del sello Leviatán, es que nuevamente nos volvemos a reencontrar con la música en su carácter más under, desconcentrado, pero políticamente descentralizado. La cita es a las 20:00 en el histórico Café Journal, espacio que ha albergado a tantas bandas como proyectos solistas, y tantos artistas, como comediantes. Muros cargados de historias y decoraciones es que le otorgan una calidez especial a este lugar.
Quienes se encargan de dar el kick off de esta jornada es la banda Dardonuá, trío que no dudó en dejar su corazón a disposición de un público. Le sigue la banda Calcopiritas, sexteto que se encarga de dar forma y sentido a esta fiesta, en la que se deja de manifiesto el sentido de unificación. Entre temas como “Tu Mirada” y “Desvanecer”, fue que encontramos verdaderos guiños baritonales tan propios de Paul Banks, Justin Warfield e Ian Curtis, otorgando así precisa profundidad al acto enunciativo como performance vocal. “Reciprocidad” se toma la última fracción del show en el que la amistad y cercanía se demuestran que en esta jornada, el protagonismo recae en aquel público ávido de sonoridad.
Menos de 10 minutos bastaron para que el escenario estuviese listo para la próxima banda. Un silencio cómplice tiñe la espera de quienes buscan el mejor lugar para disfrutar a la banda Santiaguina. Unos segundos bastaron para que la delicadeza de Saskya se transforme en el brillo de esta presentación.
“Las Vueltas” fue el track que marcó el inicio de la presentación de Fonosida en Viña del Mar, sencillo que se estrena como antesala a un nuevo trabajo discográfico. Con trajes y una estética similar a lo presentado en Sesiones En El Tercero, es que continúan con “Laberinto”, track del LP “Dorama” que los llevó a nominación en Los Pulsar 2020.
“Grana”, “Islas” y “Hagamos Como Si Nada De Esto Hubiera Pasado (EmmOK)” fueron los tracks con los que el público se permitió esbozar emociones constreñidas en lo más profundo, emociones que acompañadas de “Boro”, “Clonazepan” y “Findesemana” permitieron depurar en colectiva performance, la retórica del sadpop.
Entramos al segundo tercio del show de la enérgica banda capitalina, el que se caracteriza por la potencia de la agrupación que no teme conectar con su público. Entre bromas y gracia es que se evidencia el carácter hilarante del feedback entre el público y Fonosida, como si se tratase de una verdadera junta de amigues que se conocen de toda la vida.
“Navajas” y “140” son los tracks que marcan el camino de último tercio de la presentación. Ya no existen las distancias en el momento en que al unísono se une una colectividad para enunciar “Tiremos, y tirémonos del séptimo piso de tu edificio”. Cristóbal en medio de un escueto crowd surfing continúa dándole vida a este track. Pancho, al costado de Saskya se encargan de encausar el álgido tono de la estrofa icónica de “Tiremos”, mientras que Richi, con pulcra serenidad se mantiene cauto, atento al disfrute colectivo que protagoniza Fonosida.
Un público insaciable pide una canción más, porque sí, vivir en región implica habitar la constante incertidumbre de “¿volverán a regiones?”. Por lo que en escueta improvisación sentenciaron que la complicidad de la banda es tal, que solo unas miradas bastaron para que Saskya, Pancho y Richi decidieran el último track, y con esto, cerrar de la mano con un público que los quiere a rabiar.
La jornada termina en compañía de El Significado de las Flores, la querida banda porteña que se roba los corazones de quién escucha sus primeras melodías. Un sólido show que nuevamente está marcado por la dinamización del público que los grita como si no hubiese un mañana. Siempre Radiohead en mente, pues es la verdadera aproximación a las bases inspiracionales de toda la escena alternativa de los últimos 15 años, pero esta vez, sería el contexto político el punto en que marca la completa confianza de la esencia de quienes asisten a este evento. Vítores para Apruebo, pifias para rechazo es que sentencian un marco interpretativo que posiciona la dignidad como centro de una lucha que es colectiva, lo que nos recuerda también que la música también es acción política.