Al parecer la vigencia y demanda por dos bandas de metal sigue tan popular como…
Gama Bomb: “Sea Savage” (2020)
Prosthetic Records, 2020
Producido por Domo Dixon y mezclado por Zack Ohren, Gama Bomb sacó de la manga un nuevo disco como, exactamente, queremos que sea: thrash rápido y cargado de riffs. “Sea Savage” es un sólo concepto basado en el mar; de ahí nace la inspiración para cada track, las cuales son una invitación a subirnos a una nave y deleitarnos con historias de Moby Dick, de la expedición de Franklin, de historias de Poe. Aunque también incluye canciones sobre películas de los ‘80 y ‘90, porque Gama Bomb no pierde su humor afilado.
En su estructura musical, hay que imaginar lo más rápido de Judas Priest o Accept y entrar con esa disposición a escuchar. “Judo Killer”, la pieza que abre, es efectiva y golpea fuerte, mientras Philly Byrne grita a través de una canción muy alegre; la batería se siente inspirada y se ancla al riff preciso de las guitarras. “Sea Savage” sigue el mismo rumbo, mientras la batería explota en energía; “Miami Supercops» se rinde a los pies galopantes de James Stewart, y su tono burlón nos recuerda a “Beverly Hills Robocop” e “In the Court of General Zod”, donde los irlandeses combinan su lado humorístico con riffs de locura. En “Sheer Khan”, tema que contiene uno de los mejores riffs del álbum, en un verdadero tributo al heavy metal, Byrne nos da su mejor versión de Halford, mientras que “Rusty Jaw” brinda un saludo a las pistas clásicas de Gama Bomb, apalancado en un electrizante trabajo de cada miembro de la banda. “She’s Not My Mother, Todd” hace un guiño al clásico de Terminator 2 en su letra, mientras nos ofrece algo más punk, misma esencia que “Iron Blood”, con una línea melódica súper estimulante. “Lords of the Hellfire Club” continúa esta exuberancia de riffs a mil por hora, y un pulso reforzado por gruesas líneas de bajo.
Tras quince minutos de atenta escucha, es claro que el frenético trabajo de la batería realmente estimula la intensidad y llenará el gusto de los sedientos de mosh; a pesar que James Stewart venía de la escena más extrema (apoyando a Vader y Decapitated) su estilo diferente aporta aire fresco a todo el disco. El final se corre a mil por hora gracias a la aniquiladora “Electric Pentacle”, la que nos prepara para el juicio final de “Gone Haywire”, haciendo que los escasos treinta y ocho minutos de duración nos arrasen como un tsunami.
Lo clásico en Gama Bomb es el speedy-thrash, receta que en “Sea Savage” se siente más clásica que eso, e incluso con tintes de NWOBHM. Si a eso le sumamos los coros que alternan voces de pandillas y falsetes, junto a un montón de buena onda y riffs más que bien logrados, Gama Bomb saca adelante un trabajo que continúa por el sendero de la diversión, entregando doce canciones fuertes. Si bien no reescribe la historia, trae thrash de impacto y directo para los adictos a la adrenalina.