Garbage en Chile: Alabada sea la reverenda Manson
Miércoles 14 de diciembre, Teatro Caupolicán
En los tiempos que corren, donde al rock cada vez le cuesta más encontrar consignas, causas o relatos para justificar su rabia sin caer en inconsecuencias, las propuestas lideradas por mujeres siempre son refrescantes, nos hacen ver que todavía hay cosas que pasan ahí arriba del escenario que son reales. Que la visceralidad, la urgencia por gritarle al mundo en canciones, es algo real. Es cierto, propuestas lideradas por mujeres existen hace rato, pero en los 90, en la generación de Garbage, aún las bandas donde la persona fuerte del grupo era la mujer, eran una novedad, algo digno de resaltar.
Lo que vimos ayer en el Caupolicán tributa a ese espíritu. En la propuesta escénica de Garbage está todo pensado para que Shirley Manson sea la maestra de ceremonia y concentre todas las luces. Sin necesidad de caer en sobre actuaciones, la escocesa llena el escenario en base a carisma, fuerza a ratos y generación de cercanía con el público, entre otros. Esto, hoy por hoy, sin duda que es tremendamente saludable.
Primero fue Lucybell, quienes fueron recibidos con el respeto que se merece una de las voces autorizadas del rock de los 90 en nuestro país. Claro, ya no es lo mismo de antes, cuando lo que generaban en el público eran gritos ensordecedores e idolatría pura. Claudio Valenzuela y sus secuaces eran verdaderos Rock stars, y hoy lo que podemos ver es a una banda que se para con tranquilidad y oficio en el escenario, que siente que ya no tiene que convencer a nadie de nada. Es más, con el listado de canciones escogido, la banda no hizo demasiados esfuerzos por complacer, al contrario, la mitad del setlist fue dedicado a su etapa post Amanece, y prescindieron de casi todos sus singles clave, ante un escenario en donde no jugaron necesariamente de local (Cote Foncea trató de hacer cantar al público en más de una ocasión, recibiendo tibia respuesta). Pese a todo eso, Lucybell cumplió con calentar los motores, con un show tremendamente potente, gracias, en gran parte, a un Cote Foncea que le da fuertísimo a la batería, lo que por sí solo le aumenta la potencia a la propuesta en directo de la banda.
A eso de las 21:30 sale Garbage a escena a presentar un show que, pese a ser idéntico a todo el resto de la gira latinoamericana, la banda, y particularmente Shirley Manson, se encarga de hacer sentir a los presentes como algo único. Y hubo de todo. Un inicio cargado a los clásicos, con una ‘Stupid Girl’ con un interesante ingrediente electropop que la hizo pegar bien con otra más nueva, ‘Automatic System Habit’. Hubo largos discursos, uno de agradecimiento algo meloso, tal como lo reconocería con simpatía la misma Shirley, y otro de corte más político, criticando el estereotipo tradicional de mujer de la sociedad occidental. Ambos momentos, a su modo, hicieron sentir al público cómodo, acogido, logrando generar una conexión.
Pero Garbage vino a defender Strange Little Birds, su interesante sexto disco. ‘Blackout’, ‘Night Drive Loneliness’ y ‘Magnetized’, fueron gratos momentos para todos aquellos que durante 2016 hicieron la tarea, y agregaron la nueva placa a sus reproductores portátiles. Pero lo mejor vino con la tremendamente intensa ‘Even Though Our Love Is Doomed’. Qué privilegio tuvimos de escuchar una canción que, probablemente, no formará parte de su repertorio habitual en el futuro, aunque a juzgar por la intensidad de la interpretación, no sería raro que se ganara su lugar. Ni hablar de ‘Empty’, la escogida como caballo de batalla para las radios: por dios, qué máquina de sacar buenos singles es Garbage.
Finalmente, también hubo rock, guitarras ruidosas y decibeles. Hacia el final sonaron ‘Only Happy When It Rains’ y sobre todo ‘Vow’, una clase de rock noventero. Incluso, hasta la sobreproducida ‘Push It’ sonó potente en esta pasada final.
La lamentable ausencia de Butch Vig (alguien que echamos de menos, tal vez, más por fetiche melómano que por otra cosa), solo sirvió para realzar mucho más el monopolio de la reverenda Manson, quien fue la dueña de cada emoción transmitida esa noche. Garbage, a más de 15 años de su peak compositivo y de popularidad, no pierde un ápice de su capacidad en directo. De seguro, tanto fanáticos como admiradores del buen rock con vocación popular salieron felices del Caupolicán. Y ya que hablamos del Caupolicán: ¿Hasta cuándo vamos a seguir con esa teleserie llamada “Teatro Coliseo”?
Por Felipe Godoy Ossa
Fotos: Nicolás Sánchez
Setlist:
Supervixen
IThink I’mParanoid
Stupid Girl
Automatic System Habit
Blood for Poppies
The Trick Is to Keep Breathing
Sex Is Not the Enemy
Blackout
Magnetized
Special
#1 Crush
Even Though Our Love Is Doomed
Why Do You Love Me
Night Drive Loneliness
Bleed Like Me
Shut Your Mouth
Vow
Only Happy When It Rains
Push It
Queer
Empty
Cherry Lips (Go Baby Go!)